Alerta Contra La Violencia Escolar
Introducción
La violencia escolar, en parte, se debe a la insensibilización ante la violencia de la sociedad en la que se vive (Estrada). Se ha observado que los profesores suelen tener dificultades para resolver los problemas de indisciplina y tienen naturalizadas y consideradas como necesarias algunas formas de actuar agresivas como gritar y amenazar a los estudiantes con reportarlos o expulsarlos Cubas y Sarmiento.
Estudios como el de Espelage et al, han encontrado que las actitudes y prácticas de los profesores son una variable que puede afectar el nivel de violencia que se viven las aulas y al mismo tiempo aumentar la agresión contra los docentes mismos. Se ha observado que existe una relación entre los altos niveles de estrés de los profesores con el uso de medidas violentas para el manejo de la disciplina escolar (Ssenyonga, Hermenau, Nkuba, y Hecker).
Desarrollo
Se ha encontrado que el apoyo emocional que los profesores pueden brindar a sus alumnos ayuda a disminuir el efecto negativo de las circunstancias de violencia en las que los estudiantes viven (Romero, Hall y Cluver) Karcher, expone que la violencia escolar está más relacionada con la desconexión de los profesores que con la desconexión de la escuela.
La evidencia muestra que algunos profesores con años en servicio intentan entender el problema de la violencia en los estudiantes. Ellos a través del conocimiento empírico e intuitivo obtenido a través de sus años de experiencia en el aula actúan en medida de lo posible para apoyar a los estudiantes. Sin embargo, enfrentan un gran desafío al intentar satisfacer las necesidades de los estudiantes en espacios violentos (Kinkead-Clark).
La producción de estudios enfocados a analizar los recursos y capacidades con las que cuentan los nuevos profesores cuando terminan su formación docente es escasa. (Álvarez-García, Rodríguez, González-Castro, Núñez y Álvarez). Entre los estudios que se han realizado con futuros profesores en países anglosajones (Nicolaides, Toda y Smith; Bauman y Del Río) y España (Benítez, García y Fernández; Álvarez-García, et al.)
Se ha evidenciado que los profesores no se sienten capaces para enfrentar los casos de violencia escolar. Los docentes necesitan adquirir conocimientos y habilidades sobre la problemática. Sin embargo, se espera que sean capaces de prevenir la violencia escolar (Sibel). La mayoría de las estrategias de cambio educativo se centran principalmente en sesiones de desarrollo profesional. Estas estrategias no luchan directamente con las culturas existentes dentro de las cuales se pueden requerir nuevos valores y prácticas.
La formación de docentes no prepara a los docentes para las realidades del aula. Tanto para el maestro principiante como para el experimentado, los problemas de control y disciplina en el aula son una de las principales preocupaciones (Fullan). Los estudios que tratan el tema de la violencia escolar y que se centran en los futuros profesores, se han enfocado principalmente en las habilidades con las que cuentan para manejar los casos de violencia.
Así, la evidencia ha mostrado que estos no cuentan con los recursos necesarios para tratar adecuadamente las situaciones de violencia que se puedan presentar en el ambiente escolar (Ivarez-García, et al). Gomes y Pereira, encontraron que las personas que se encuentran formándose para ser profesores no están preparados una vez que se encuentran frente a los grupos de alumnos. Esto es debido a que las escuelas formadoras de docentes, los preparan para dar clases en ambientes ideales.
Sin embargo, en la realidad se encuentran con una serie de obstáculos que no han sido considerados. Es de suma importancia que los docentes y futuros docentes sean conscientes de la problemática y adquieran habilidades para enfrentarla (Sibel). No obstante, no existen datos que indiquen si los docentes al momento de comenzar a ejercer su profesión cuentan con la formación adecuada para detectar y resolver de manera adecuada los problemas de violencia escolar.
Por ello es necesario el análisis de los conocimientos, habilidades, técnicas y creencias de los docentes de escuelas primarias públicas de Sonora para enfrentar los casos de violencia escolar. Como mencionan Álvarez-García et al. Una de las medidas para resolver y prevenir los problemas de convivencia que surgen en las escuelas, es que el personal docente conozca los procedimientos y tenga las herramientas que resultan eficaces para enfrentar dichos problemas. Además de la formación inicial se debe preparar a los profesores continuamente para poder crear una cultura de paz en las escuelas (Gomes y Pereira).
Es fundamental que los profesores y futuros profesores reciban una mejor formación inicial para manejar las situaciones que afectan una sana convivencia, puesto que se ha comprobado que los docentes tienen escaso conocimiento para tratar los problemas de violencia escolar (Álvarez-García et. al). Espelage et al, mencionan que es necesario que los programas de formación docente traten diversas teorías y prácticas para el manejo del aula, así como experiencias de campo durante todo el programa. Los países deben desarrollar políticas de capacitación continua y regular con características específicas acordes a las distintas características culturales (Sibel).