Alfonso X Rey De Castilla, Rey De España
Alfonso X de Castilla “El Sabio” fue uno de los reyes más importante de la época medieval cristiana de España entre los años 1253 al 1284. Él fue uno de los monarcas más cultos ya que fomentó la literatura, la música y la astronomía durante su reinado, también, fue uno de los personajes más influyentes en el enriquecimiento del castellano ya que él demandaba que se escribiera y se hablara como lengua oficial. Durante su reinado también participó en distintos conflictos entre religiones y en guerras civiles, lo cual lo llevó a escribir Las Siete Partidas. Alfonso X fue un absolutista cristiano puesto que, en Las Siete Partidas, especialmente la séptima, había diferencias económicas, sociales, y libertad de expresión entre los cristianos y musulmanes y judíos.
Durante los siglos de la Edad Media la península ibérica se convirtió en un espacio de contacto entre cristianos, judíos y musulmanes. Dominada en el norte por los distintos reinos cristianos y en el sur por el estado islámico de al-Ándalus, la península contó además con una importante comunidad judía que pudo prosperar bajo los gobernantes andalusíes y después con los reyes cristianos. La convivencia de las tres comunidades religiosas llevó a relaciones complejas que produjeron manifestaciones culturales y fenómenos sociales de gran diversidad, incluyendo situaciones de intercambio cultural y también episodios de guerra y conflicto.
Dicha convivencia, positiva y negativa, llevó al Rey Alfonso X a hacer públicas Las Siete Partidas. Esta era la obra más importante del derecho español ya que su contenido abarcada diversos temas. Anteriormente llamado libro de las leyes, este documento intentaba crear un código jurídico unificado. La primera partida trataba de la creación de las leyes, la religión católica, y que todo lo Dictado por el monarca a debía ser obedecido. La segunda partida trataba de los deberes de la corte y de los emperadores. La tercera partida trataba sobre el derecho procesal judicial. La cuarta trataba te temas de testamentos, la regulación de matrimonios y ámbitos familiares. La quinta partida trataba sobre préstamos, compras y el comercio. Le sexta se ocupaba del derecho sucesorio. Y, por último, la séptima partido, la as compleja y polémica de todas, trataba sobre la vida diaria y profesión de la fe de los cristianos, judíos, y musulmanes (Las Siete Partidas, Alfonso X).
En el título veinticuatro de la séptima partida, El Rey “Sabio” habla sobre los judíos. Esta partida comienza con un prólogo diciendo que los judíos son libres de vivir y profesar su fe entre los cristianos; sin embargo, las leyes dicen lo contrario. La ley segunda dice que “los judíos deben pasar sus vidas entre cristianos en silencio y sin desorden, practicando sus propios ritos religiosos y sin hablar mal de la fe de Nuestro Señor Jesucristo, que los cristianos reconocen. Por otra parte, un judío debe tener mucho cuidado para evitar predicar o convertir a cualquier cristiano a el fin de que pueda convertirse en judío, exaltando su propia creencia y menospreciando la nuestra”. Así, la ley tercera les prohibía que los judíos tuvieran cargos o empleos que oprimieran a los cristianos. Entre las once leyes sobres los judíos también había prohibiciones en la locación de sus sinagogas, no podían hablarle de su religión a los cristianos, había castigos para aquellos que se convertían en judíos, y prohibiciones sobe las relaciones entre hombres judíos y mujeres cristianas. Si los judíos fallaban en acatar todas estas normas y leyes impuestas por Alfonso X, se les castigaba con la pena de muerte y el despojo del derecho de todas sus propriedades.
De tal forma, el título 25 trataba sobre musulmanes (moros). “Decimos que deben vivir los moros entre los cristianos en aquella misma manera que dijimos en el título antes de este que lo deben hacer los judíos: guardando su ley y no denostando la nuestra. Por esto en las villas de los cristianos no deben tener los moros mezquitas. . . y las mezquitas que tenían antiguamente deben ser del rey, y puédelas él dar a quien quisiere. Y comoquiera que los moros no tengan buena ley, sin embargo, mientras vivieren entre los cristianos, en seguridad de ellos no les deben tomar ni robar lo suyo por fuerza” (Alfonso X, 196). En título 25 había diez leyes impuestas antes los musulmanes por el rey, aunque se podían encontrar un derecho en varias, la mayoría eran prohibiciones, así como el título 24 lo fue para los judíos. En estas leyes se hacen menciones sobre los castigos que les otorgarán a aquellos que se conviertan en musulmanes, a los musulmanes que les falten el respeto a los cristianos, a los musulmanes que roben, y a los que tengan relaciones con cristianos o judíos. Los musulmanes tenían castigos menos severos que los judíos: a ellos la mayoría de las veces solo se les encarcelaba o se les despojaba de sus bienes.
Según el teólogo e historiador, Alexander Marey, “[Alfonso] se define como un mal rey que recibió su poder de modo incorrecto o, habiéndolo recibido correctamente, lo utiliza de mala manera” (Marey, 237) Marey argumenta que Alfonso X fue un monarca tirano ya que en sus primeras cuatro partidas el mismo se otorga el máximo poder, es decir, que nadie podía estar sobre él y todo el pueblo debía acatar sus órdenes y deseos, de lo contrario sería castigado con la pena de muerte. También dice que los pueblos (cristianos, judíos, y musulmanes) no se atrevían a levantarse en rebelión ante el rey ya que “están ligados a él por vínculos orgánicos y, segundo, es responsable él mismo por los pecados y perversiones del su rey-tirano’ (Marey, 238).
Indudablemente, Alfonso X fue uno de los reyes más influyentes de la historia de España gracias a sus vastas aportaciones a la literatura, la cultura, la lengua castellana, y a la Escuela de Traductores de Toledo, pero, no se deben ignorar los crímenes de los cual él fue participe: la muerte de millones de judíos y musulmanes. Independientemente a la religión de la cual cada individuo perezca, no debe de haber poder, como el que Alfonso X tenía, para dictar qué religión es superior que otra y qué es lo que se les tiene permitido o prohibido hacer.