Chinos en las Comunidades de la América Latina

Introducción

A continuación presentamos una perspectiva general sobre las comunidades chinas en los países en los que tienen mayor presencia, siendo éstos: Perú, Venezuela, Brasil, Panamá, Argentina, Cuba y México. En la siguiente sección del documento vinculamos cada país con el elemento distintivo de cada comunidad. Perú destaca claramente sobre las demás naciones, puesto que tiene una comunidad arraigada, con peso económico y representación política. 

En los demás países ese poder se diluye en diferente medida, hasta llegar a los casos de Cuba y México. Estos últimos son casos opuestos, ya que en la isla caribeña es difícil que la comunidad china florezca, mientras que es previsible que lo haga de manera importante en el país norteamericano. Por lo tanto, presentamos los diferentes casos en manera decreciente, conforme a una interpretación actual, misma que probablemente vaya cambiando en un futuro cercano, debido al impacto de las inversiones de China y nuevas tendencias en la inmigración desde ese país.

Desarrollo

Perú

La comunidad china en Perú es la mayor en población y poder en la región y es en parte el reflejo de runo de los patrones migratorios más antiguos entre el continente asiático y el americano. Además, la población local de ese origen étnico se involucra en brindar apoyo social, cultural y económico a sus compatriotas. La comunidad tiene una organización encomiable, con influencia en diferentes aspectos de la sociedad local. 

Además de los lazos ancestrales con los núcleos geográficos origen de su emigración, tienen vínculos con comunidades en California, en ambos casos con acceso a recursos financieros que han respaldado las actividades comerciales en el barrio chino de Lima. Adicionalmente, han conservado sus valores ancestrales, en gran medida porque las familias y las asociaciones han sido fundamentales para mantener unidos a sus miembros, tanto internamente en el país anfitrión como externamente con la madre patria.

Venezuela

Venezuela alberga la segunda comunidad étnica china más numerosa, probablemente con cerca de 400,000 personas. Para muchos de ellos, la llegada es reciente, aunque hay cuatro períodos migratorios distintos. La primera ola comenzó a mediados del siglo XIX, la segunda unos cien años después, la tercera durante los años setenta y la última todavía está en curso. Los movimientos más recientes siguen al fortalecimiento de las relaciones bilaterales debido a la proximidad ideológica entre sus líderes y la explotación a gran escala de depósitos de petróleo y minerales. 

Los factores políticos también estuvieron en la raíz de la tercera ola migratoria que ocurrió durante los años setenta cuando algunos grupos vinieron de otros países. Muchos de los emigrantes llegaron desde la provincia de Guangdong, mientras que la ciudad de Valencia es el hogar de la comunidad más importante. De hecho, Valencia es famosa por sus festivales y mercados típicos, con muchos elementos de identidad cultural china. Como sucede en otros países, muchas personas de este grupo tienen un estatus ilegal en el país, pero su presencia es notable y últimamente han sido objeto de hostilidad y violencia.

 Brasil

La inmigración china se remonta al período colonial portugués cuando los gobernantes locales los trajeron como esclavos de la antigua colonia de Macao y Lisboa. Su conocimiento de la lengua portuguesa les permitió integrarse más fácilmente en la nueva sociedad (Conrad, 1995), y posteriormente muchos más chinos vinieron de Hong Kong, Guangdong y Macao. Lo hicieron en diferentes periodos históricos, principalmente tras el establecimiento de la RPC en 1949, tras el restablecimiento de relaciones bilaterales en 1974. Para entonces, la comunidad había alcanzado tanto el poder económico como el político, lo que finalmente permitió ofrecer un apoyo considerable a los recién llegados (Mei, 2014). Se calcula que puede haber más de 250,000 chinos étnicos en Brasil, formando una comunidad muy arraigada (Bedinelli, 2017). Al menos 200,000 de ellos viven en el estado de Sao Paulo, en la mayoría de los casos con un estatus ilegal en el país y en muchos casos conviviendo junto a la próspera colonia japonesa. La presencia de los brasileños originarios de China se vuelve paulatinamente más notable en el comercio y su capacidad de adaptación al nuevo entorno está favoreciendo la expansión a otras ciudades de Brasil, aunque en detrimento de su cultura ancestral.

Panamá

Los chinos llegaron a Panamá desde América del Norte, en la segunda mitad del siglo XIX. Al principio, fueron contratados para trabajar en la construcción del ferrocarril nacional, pero pronto pudieron prosperar en el sector comercial. La prosperidad no llegó sin dolor, ya que sufrieron discriminación constante. Trabajaron en condiciones extremas en la selva, muriendo por cientos. En muchos casos, se suicidaron después de ser privados de opio, la droga que demandaban como medio de pago. 

En 1941, el gobierno local inició una persecución contra la población de origen chino, lo que provocó la creación de 35 asociaciones en todo el país. Otra ola significativa se produjo por razones políticas, con los que huyeron de su país después de los enfrentamientos en la Plaza Tiananmen. Se estima que hoy en día superen los 135,000 miembros en el país centro americano. 

La comunidad chino-panameña ha podido mantener muchas de las tradiciones vernáculas. Sus ciudadanos han mantenido vínculos estables a través de la familia y las relaciones de mutuo apoyo, sea en un orden formal o mediante la práctica del Guanxi, donde las relaciones personales favorecen los intereses de los negocios.

Argentina

La comunidad china en Argentina está formada por casi 120.000 miembros y es una de las más jóvenes de la región (Sánchez, 2010). Los momentos de situación económica estable, sirvieron para atraer a muchos inmigrantes de Fujian. Se aventuraron en actividades minoristas y pronto lograron una posición dominante en los supermercados de la capital Buenos Aires. 

Tuvieron tanto éxito en este comercio como para desplazar a la industria y obligar a los recién llegados a buscar oportunidades de negocios en otros lugares. Hoy en día, se dedica una gama más amplia de actividades, como la industria de restaurantes y los salones de comida para llevar, la venta de alimentos por peso o la importación de juguetes y artículos baratos. Esta comunidad mantiene poca cohesión, existiendo disputas internas,

Cuba

Hay más de 100,000 cubanos de origen chino viviendo en la isla, por lo que constituyen la comunidad más importante en el Caribe. Su llegada no es reciente, y han estado llegando en diferentes momentos y por varias razones. La abrumadora mayoría fue traída por los españoles durante la época colonial, en condiciones de semi esclavitud. Un grupo importante llegó a Cuba evadiendo la hostilidad encontrada a veces en los Estados Unidos. Esta comunidad es completamente diferente de las otras, ya que sus miembros pasaron por un proceso continuo de mezcla racial. 

La razón detrás de la adaptación distinta es porque los chinos que llegaron a la isla eran casi exclusivamente hombres, y se casaron con mujeres criollas o mestizas. La mayoría de los cubanos de origen chino también tienen descendencia africana y española. A pesar de su profunda adaptación a la sociedad local, los chinos de ultramar en Cuba han podido mantener su identidad cultural. Este grupo tuvo una participación importante en la política, más allá de lad defensa de sus intereses comerciales o la defensa de sus derechos fundamentales, y ha tenido una aportación significativa en el proceso de transición hacia una economía de mercado.

México

Pese a que el país norteamericano ha mantenido importantes lazos históricos con China, la presencia de emigrantes procede de este último país es sorprendemente reducida, contando con poco más de 70,000 miembros, dispersos por todo el país. Salvo en el caso de determinados núcleos en algunas ciudades, especialmente en Mexicali, Baja Calfornia Norte, apenas hay signos notables de su presencia. 

Aunque han dejado un legado cultural a México, sus manifestaciones exteriores son sumamente limitadas. La emigración china a México se produjo en gran parte en la época colonial, aportando las habilidades requeridas en ciertas actividades y importantes contactos en territorios de Asia con los que se establecieron vínculos comerciales permanentes. 

Gracias a ellos, el llamado “rotaviaje” del Galeón de Manila prosperó durante casi trescientos años, permitiendo el flujo de productos chinos en el continente americano y el envío de metales preciosos desde México a China, si bien mediante rutas indirectas desde las Islas Filipinas. Es difícil hablar de una colonia china en México, puesto que la emigración se produjo desde puntos diferentes, con poca comprensión entre sus miembros, y sin desarrollar elementos que podrían favorecer una identidad común. 

Además, ésta fue una comunidad abierta a prejuicios, actos de discriminación y ocasiones en deportaciones y persecuciones cruentas. Pese a intentos recientes de inclusión en la sociedad mexicana, no se puede decirse que haya quedado atrás esa actitud hostil a lo largo de todo el país. Permitir el flujo de productos chinos en el continente americano y el envío de metales preciosos desde México a China, si bien mediante rutas indirectas desde las Islas Filipinas. 

Es difícil hablar de una colonia china en México, puesto que la emigración se produjo desde puntos diferentes, con poca comprensión entre sus miembros, y sin desarrollar elementos que podrían favorecer una identidad común. Además, ésta fue una comunidad abierta a prejuicios, actos de discriminación y ocasiones en deportaciones y persecuciones cruentas. Pese a intentos recientes de inclusión en la sociedad mexicana, no se puede decirse que haya quedado atrás esa actitud hostil a lo largo de todo el país. 

Permitir el flujo de productos chinos en el continente americano y el envío de metales preciosos desde México a China, si bien mediante rutas indirectas desde las Islas Filipinas. Es difícil hablar de una colonia china en México, puesto que la emigración se produjo desde puntos diferentes, con poca comprensión entre sus miembros, y sin desarrollar elementos que podrían favorecer una identidad común. 

Conclusión

Además, ésta fue una comunidad abierta a prejuicios, actos de discriminación y ocasiones en deportaciones y persecuciones cruentas. Pese a intentos recientes de inclusión en la sociedad mexicana, no se puede decirse que haya quedado atrás esa actitud hostil a lo largo de todo el país. puesto que la emigración se produjo desde puntos diferentes, con poca comprensión entre sus miembros, y sin desarrollar elementos que podrían favorecer una identidad común. Además, ésta fue una comunidad abierta a prejuicios, actos de discriminación y ocasiones en deportaciones y persecuciones cruentas.

 Pese a intentos recientes de inclusión en la sociedad mexicana, no se puede decirse que haya quedado atrás esa actitud hostil a lo largo de todo el país. puesto que la emigración se produjo desde puntos diferentes, con poca comprensión entre sus miembros, y sin desarrollar elementos que podrían favorecer una identidad común. Además, ésta fue una comunidad abierta a prejuicios, actos de discriminación y ocasiones en deportaciones y persecuciones cruentas. Pese a intentos recientes de inclusión en la sociedad mexicana, no se puede decirse que haya quedado atrás esa actitud hostil a lo largo de todo el país.  

17 August 2021
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