Analisis De Partes De La Cancion Del 'Gran Varon'
>El Gran Varón
En la sala de un hospital
a las 9:43 nació Simón
Es el verano del ’56
El orgullo de don Andrés, por ser varón
En la primera estrofa de la obra se sitúa en un hospital, un espacio que dentro de la teoría de Michel Foucault representa una maquinaria que opera en función del biopoder y la biopolítica, y es el cuerpo el receptor de los mecanismos de control y regulación. Es entonces el nacimiento de Simón un acontecimiento que empieza en un hospital, y desde que se conoce su sexo a través de las partes de su cuerpo, le es impresa la imagen de masculinidad y el deber ser de la masculinidad, y al ser un hombre, su cuerpo corresponde con determinado género y a un determinado deseo. La imagen de masculinidad esta estrechamente relacionada en una primera instancia por el cuerpo (el zoe) que al nacer debe empezar a recrear un performance o rol que es enseñado por parte del padre y la madre. En principio se piensa la masculinidad como algo absoluto, o una serie de rasgos estereotípicos que no se encuentra diferenciado por diferentes categorías como la clase, la cultura, entre otras, sin embargo, se ve como las masculinidades se acercan a un ideal de genero. Los hombres son enseñados a adoptar una serie de roles e ideales enmarcados en una colección de comportamientos y actitudes que en algunos casos son favorecidos y apremiados, y otras que son ignorados o duramente castigados.
Hay un comportamiento hegemónico dentro de las masculinidades que obliga a los hombres a adquirir un rol de heterosexual en la sociedad. Dentro de los imaginarios de la masculinidad, desde algunas perspectivas se ve como una manifestación del zoe, entendido como la vida de los seres vivos o la vida desnuda, de la biología del hombre o que son actitudes y comportamientos aprendidos y reforzados socialmente por ideas y estereotipos. Es también común en América Latina encontrar una tendencia de asociar la masculinidad con la heterosexualidad y la homosexualidad con lo femenino y lo pasivo. De acuerdo entonces con la lectura de Agamben, el varón es una máscara con un determinado rol e identidad social que busca ser reconocida por los demás y que edifica un patrón de personalidad.
Fue criado como los demás
Con mano dura, con severidad
Nunca opinó
Cuando crezcas vas a estudiar
La misma vaina que tu papá, óyelo bien
Tendrás que ser un gran varón
Es quizás en esta parte de la canción donde se ve de manera discursiva como el padre de Simón intenta disciplinar a su hijo a partir de la dominación severa, una serie de prácticas muy comunes para la época, dan a entender como son aplicadas una serie de conductas que tienen un fin moldeador que corresponde con un rol de género marcado por la masculinidad. En el gran entramado y variedad del ejercicio de la paternidad en América Latina es posible ver como el rol corresponde a una esfera ideal de labores de género divididas en donde el padre no tenía responsabilidades domésticas mas allá de ser el proveedor principal de recursos, y ante la incompetencia del cuidado infantil es posible observar como emerge una figura de autoridad dominante que busca educar desde un distanciamiento afectivo.
Es entonces el castigo un mecanismo corrector que actúa sobre el cuerpo con violencia, ya que la expresión “Con mano dura” refiere a un estado en el que es necesario utilizar la fuerza física y/o psicológica para disciplinar o prevenir conductas que, a su vez, deben ir en concordancia con un patrón o modelo a seguir que para este caso es el varón encarnado en el mismo padre de Simón. Es por tanto necesario resaltar que los limites claros del ser, estar, sentir se encuentran dentro de la norma y la disciplina, y es el poder que trasciende a las relaciones sociales y que se incrustan en las prácticas de relacionamiento cotidianas.
Los estudios y la extensa literatura de las masculinidades en América Latina en principio partieron de la idea de la dicotomía del género, es decir que la pregunta se enfocó en hacer una búsqueda de la masculinidad en contraposición a lo femenino y se encuentra muchas veces anclado a conceptos de autoridad, tradición y competencia presentes en los roles de lo masculino, que en términos generales aporta el inicio de un análisis pero que no va a las singularidades de los casos y a la diversidad de formas de habitar socialmente. Sin embargo, cuando se acerca a la paternidad menciona que es una de las formas mas altas de responsabilidad, independientemente si es una figura ausente o presente, es la parte mas importante en la experiencia de los hombres, en tanto es natural porque es muestra de la virilidad de los hombres, domestica en tanto es el lugar donde se inculcan los valores necesarios para los roles de la esfera publica, y trascendental porque asegura la continuidad de la vida.
Al extranjero se fue Simón
Lejos de casa, se le olvidó aquel sermón
Cambio la forma de caminar
Usaba falda, lápiz labial, y un carterón
Cuenta la gente que un día el papá
Fue a visitarlo sin avisar
Vaya que error
Y una mujer le habló al pasar
Le dijo hola, qué tal papá, ¿cómo te va?
No me conoces yo soy Simón
Simón, tu hijo, el gran varón
En esta parte de la obra de Willie Colon se introduce en la vida de Simón. Después de haber vivido una infancia difícil logra salir de casa para empezar a construir su vida, y es como travesti que logra asumir un nuevo rol en la sociedad. El género, entendido desde una construcción social, que a su vez es normativa, y al estar en un régimen donde existe lo que es “normal” y todo aquello que abra el espectro del genero es catalogado como lo anormal. Sin embargo, fuera del discurso de la normalidad existen otras perspectivas que permiten un entendimiento mas acertado del travestismo, y es el elemento de discontinuidad que no se centra en la definición o categorización y que de acuerdo a Judith Butler debe desnaturalizarse para salir de la practica estereotipada y ver la constante repetición de actos que son y no legitimados.
Siempre se ha pensado el travestismo desde la marginalidad, y en Latinoamérica, travestismo y homosexualidad son dos elementos que van de la mano, y el discurso desde la homosexualidad es dominante, e incluso el termino travesti se acuño al español no hace mas de una década, lo que permite encontrar un espectro más amplio de lo que significa ser travesti, toda vez que algunos travestis se reconocen como mujeres, otros como homosexuales que son como mujeres pero que no son femeninos, sin embargo se encuentra que construyen su subjetividad en referencia a lo femenino.
Es el Travesti Simón, la encarnación de una máscara o rol ligado a una identidad, y si se va a la definición de la palabra travesti, vemos que se trata de un performance de genero de lo que es catalogado como feminidad, se encuentra en la barrera del ser y del otro y se manifiesta en la desnaturalización de los géneros o una deconstrucción de la normalidad dentro de lo binario, pero creado un efecto de “realidad” reproduciendo los roles de otros.
En la canción de Willie Colón es posible identificar que Simón es un travesti que busca encarnar la exageración de lo femenino “usaba falda, lápiz labial y un carterón”, es entonces el vestido un medio por el cual es posible interactuar con una identidad y existe un juego de significados.
sin embargo, para la perceptiva de su padre, esta transformación podría llegar a considerarse anómala y llena de comportamientos que no se encuentran dentro de la normalidad heterosexual. Palabras como normal, naturaleza, moralidad, decencia y pecado hacen parte de acervo critico de lo que contradice lo normativo e incluso es catalogado como una patología de tipo psiquiátrico de identidad de género, que solo evidencia el estado de superioridad de una estructura patriarcal que no acepta las diferentes formas de roles sociales. Es quizás de forma irónica que Simón en la ultima frase le recuerda a Andrés que es su hijo, el gran varón, recurriendo al mismo juego de palabras con el que fue disciplinado, pero con un significado diferente en donde se podría interpretar se asume una nueva postura desde la resistencia a los modelos impuestos por el padre.
No se puede corregir a la naturaleza
Palo que nace doblado, jamás su tronco endereza
No se puede corregir a la naturaleza
Palo que nace doblado, jamás su tronco endereza
No se puede corregir a la naturaleza
Palo que nace doblado, jamás su tronco endereza
Esta parte de la obra es quizás la mas controvertida. El coro repite una y otra vez en el fondo de la canción una serie de refranes que aluden a la habladuría popular y que personifica la sociedad. En el contexto social, en un intento de reflexión sobre la situación de Andrés y Simón existe un ánimo por entender la situación de la relación padre e hijo, sin embargo, la ambigüedad de los refranes muestra que a pesar del intento por evidenciar las circunstancias en las que se enmarca los discursos del cuerpo y género de la obra, es una critica que se asocia todavía al discurso machista. La frase “no se puede corregir a la naturaleza” introduce nuevamente en la narrativa de lo natural, donde hace quizás una alusión a que la naturaleza es perfecta, prístina, y sabia, y que no se debe intentar corregirla. Este es un punto en el cual se puede reflexionar sobre lo que se corrige, una palabra que implícitamente carga un juicio de valor negativo y que busca modificar “para mejor” la situación en la que se encuentra Simón, pero que a su vez nos recuerda que Simón hace parte de la naturaleza.
La ambigüedad anteriormente expresada es más acentuada cuando la canción repite varias veces la frase “Palo que nace doblado, jamás su tronco endereza”, y de las múltiples interpretaciones que puede tener, resalta la sabiduría popular del refrán en donde las costumbres o malos hábitos aprendidos en la infancia ya no pueden ser cambiados o modificados. Bajo la dualidad perfección e imperfección gira la narrativa fundamental de la obra, y así mismo es razón por la cual se puede inferir que la crítica que se realiza al machismo latinoamericano se realiza desde la misma posición de poder.
Se dejó llevar de lo que dice la gente
Su padre jamás le habló
Lo abandono para siempre
En esta sección de la obra se identifica cómo la virilidad del padre de Simón en juego, si es la paternidad una de las máximas de las masculinidades en América Latina, se produce un abandono en tanto que la figura de Simón no corresponde con la educación inculcada por el padre. Hay un fallo del sistema y la virilidad reflejada fracasa, es también un lugar de resistencia, donde Simón también es capaz de revelarse frente a la hegemonía masculina. La construcción de un modelo autoritario, que se veía en la segunda estrofa de la canción es derrumbado por la no comunicación.
En la sala de un hospital
De una extraña enfermedad murió Simón
Es el verano del ’86
Al enfermo de la cama 10 nadie lloró
Simón, Simón
Simón
Llegando al final de la canción, la escena final de la vida de Simón muestra como muerte a causa de una extraña enfermedad, asociada al VIH. Simón entonces se convierte en la representación de un cuerpo enfermo que, ya dentro de los espacios de exclusión en los que se encontraba, su vida desde el principio estaba expuesta a la muerte sin memoria. Una vida desnuda que no merece ser recordada, un cuerpo que solo es zoe, que no esta inscrito en la bios y que esta en la liminalidad. La década de los años 1980 es quizás donde se manifiesta la enfermad asociada al VIH, una epidemia que en el imaginario social mundial se relaciono con lo homosexual y que continúa siendo parte de las narrativas contemporáneas.