Análisis Reflexivo De La Casa De Muñecas
Introducción.
En la obra “Casa de muñecas”, del autor Henrik Ibsen, podemos visualizar cómo se abre la caja de pandora dejando en evidencia el rol de la mujer dentro de una sociedad patriarcal del siglo XIX. El autor de la presente obra, mediante el personaje principal, Nora, nos ilustra el papel de una madre europea sin derechos, que solo ocupaba la función de obedecer y complacer a su esposo. Sin embargo, Nora decide comenzar a vivir bajo sus propios términos y romper el molde de esposa modelo en busca de su independencia.
Es considerado el más importante dramaturgo noruego y uno de los autores que más han influido en la dramaturgia moderna, padre del drama realista moderno y antecedente del teatro simbólico. A criterio de este autor, esta obra es un claro ejemplo de crítica social y moral hacia la sociedad y sus injusticias. En este caso el escritor de la obra se enfoca en la situación de las mujeres, donde para entender la gravedad de las inmoralidades se pone en los zapatos de la mujer.
Nora se ve totalmente encadenada a un matrimonio sin futuro donde actúa como una muñeca, solo sonriendo y adornando la figura dominante de su esposo. Pienso que esta es una indiscutible evidencia del machismo de esa época, ya que Nora siempre debía obedecer las peticiones de su esposo, Helmer, quien además de ser un hombre manipulador, también pude relacionar cuenta con un complejo de Dios, creyéndose con la capacidad de hacer lo que quiera sin afrontar las consecuencias.
En base a estos dos personajes, me di cuenta de que ambos son solo unas víctimas del machismo presente en la entidad del siglo XIX, Nora en mayor proporción por los atropellos vividos, y su cónyuge en el sentido de que pude apreciar cómo creció creyendo que debía ser la persona por encima de los demás y no la cual se solidariza con el resto.
Como conclusión puedo decir, que la liberación de Nora de la jaula a la cual llamaba hogar es una de las más excelentes representaciones de feminismo. En cuestión de que ella se comienza a replantear absolutamente todo, desde la crianza de su padre hasta su deseo por ser madre, este hecho me parece fascinante puesto que en busca de su libertad deja de ser una muñeca convirtiéndose así en una mujer dueña de su destino.
Desarrollo.
La obra “casa de muñecas” publicada en 1979 es solo una pequeña parte del problema que representan las actitudes machistas y el patriarcado. Esta revolucionaria obra es una de las piezas maestras del reconocido escritor Henrik Ibsen, quien se encargó de representar de manera muy real a las mujeres del siglo XIX. Esto lo logró exponiendo la vida de una joven europea llamada Nora, quien encadenada a su matrimonio se da cuenta que la casa a la cual ella llamaba hogar era en realidad una jaula donde su carcelero era su propio esposo, Helmer, este hecho generará varios valores y antivalores dentro del drama que van desde el más complejo, como es el amor; hasta el más rebelde, como lo es la desobediencia.
El tipo de personajes que se presentan fueron tan planos que en ocasiones no se notaban los cambios a simple vista. En base a esta afirmación se responde la siguiente interrogante. Patriarcado: Se denomina patriarcado al predominio de la autoridad que ejerce un varón sobre un grupo de personas o sociedad, específicamente sobre las mujeres y los niños. Nora es un claro ejemplo de mujer sin derechos que supera todas las dificultades en busca de su libertad.
La sociedad de aquel entonces y la actual se encuentra envuelta en machismo, a tal extremo que podemos decir es un monstruo silencioso personificado por los seres queridos de muchas mujeres que mueren poco a poco en la soledad de manera física y mental. Esto es lo que sucede en el escrito “casa de muñecas” donde evidenciamos cómo la manera en que el autor redacta a los personajes y sus actitudes es tan realista que parece que el patriarcado cobra vida y se convierte en personajes frecuentes de la trama tomando los nombres de Helmer y Krogstad.
Estos serán los encargados de retrasar la evolución del personaje principal de manera trascendental, ya que, no es, sino hasta el final del drama donde vemos como todo cobra sentido y nuestro personaje principal decide romper el silencio y levantarse en contra de sus opresores obteniendo así su libertad e independencia. La mujer durante mucho tiempo fue tan desvalorizada que sus hogares se convirtieron prisiones, ya que vemos cómo su rol se asemeja mucho al de una muñeca cuyo objetivo es adornar la masculinidad de su esposo, quien despreció el trabajo de su prometida llegando a dudar incluso de la crianza que les estaba impartiendo a sus hijos.
Esto no es más que una demostración de la situación actual que viven muchas mujeres, en la cual se normaliza el abandono de un padre hacia sus hijos, pero se condena el deseo de no ser madre de una mujer. Es por esta razón que considera este drama parte fundamental de los conocimientos de todas las personas sin excepción, dado que nadie está exento de caer en las garras del sistema patriarcal ya sea como víctimas o victimarios. El autor Henrik Ibsen es uno de los más reconocidos por expresar la crudeza de las injusticias por medio de situaciones tan realistas que parecen contadas por una persona con una vida honrada y sufrida.
Es así como esta obra teatral no es la excepción, puesto que el simple hecho de pertenecer a la segunda etapa del estilo literario de Ibsen denominado ‘crítica social y postura ética’ ya la hace una pieza maestra y clave para generaciones futuras, pues no solo se trata de una crítica, sino de marcar un precedente en la escena occidental, donde se comenzaría a exponer todos los atropellos sufridos por las personas más vulnerables.
En cuanto a el objetivo de “Casa de muñecas” se puede decir que fue buscar la aproximación hacia los individuos y la sociedad para conocer sus padecimientos, debido a que en plena revolución industrial el clero y la burguesía obtendría más poder que antes, dejando a los rezagados a ser víctimas de un sistema con el único objetivo de velar por la seguridad de aquellos que representan una inversión.
No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente. En esta cita podemos ver como la autora expresa que aunque se logre encerrar a una persona, jamàs se podrà controlar su mente. Este es el caso de Nora en la obra de estudio, pues vemos como a lo largo de la historia Nora intenta ser independiente de su esposo, sin embargo esto no es posible sino hasta el final de la tragedia.
Un ejemplo claro del hecho expuesto es cuando nuestro personaje principal intenta solicitar un prèstamo a espaldas de su cònyuge, no obstante para que se haga efectivo el banco solicita su firma. Es aquí donde queda en evidencia como el patriarcado una vez más establece una relación basada en la dependencia entre una mujer y su eposo. Actualmente esta relación ha cambiado notablemente,
Entre los valores presentes en este escrito apreciamos como resaltan el amor y la lealtad. El amor que sintió Nora hacia Helmer ardía con tanta intensidad que llegaba a lastimarla, esto lo vemos cuando ella era capaz incluso de ir a la cárcel con tal de que su esposo siga libre y ayude económicamente a sus hijos, es así cómo podemos decir esto , era un amor que rayaba en lo enfermizo. En base a la afirmación anterior se pueden relacionar las áreas del conocimiento que perduran en toda la historia.
Una de ellas eran las ciencias humanas enfocadas en la rama de la psicología, ya que existe el riesgo donde todo amor por más puro que sea llegar a convertirse en enfermizo en las circunstancias adecuadas. Otro de los valores encontrados en la obra es la lealtad, pero en este caso es una lealtad ciega, el cual perjudico a Nora en gran manera.
El antivalor más notorio en este drama es la desobediencia, no obstante, esta era sumamente justificada y necesaria. En base a que Nora se encontraban cegada por lo dictaminado por lo sociedad dejándola así sin un criterio propio, no obstante, al final decidió dejar de escuchar a los demás y comenzar a ponerse como prioridad, dudando así de todo, comenzando por su matrimonio y finalizando con el cuestionamiento de sus verdaderos deseos de ser madre. Este tipo de rebeldía es el cual toda mujer en las mismas circunstancias de Nora debería tener, puesto que solo ellas deben ser dueñas de sus destinos sin necesitar de la dependencia de nadie.
Establecidos de manera clara los valores y antivalores podemos observar como el autor a lo largo de la obra jugo mucho con la percepción de la moralidad de los lectores, dado que se nos presentó a la desobediencia como algo bueno y al amor en exceso como algo enfermizo . Los personajes pierden su identidad a medida que transcurre la obra llegando al final con una personalidad irreconocible. Es este el caso de los dos personajes principales Nora y Helmer, siendo la primera más importante y demostrando el cambio más sorpresivo, puesto que al inicio solo era vista como una mujer con la única finalidad de servir y adorar a su esposo, sin embargo, eso se acabó dejando una Nora libre de ataduras y sacrificios innecesarios.
En el caso de Helmer la situación es bastante admirable, porque vemos un cambio de 180 grados donde al final está dispuesto a cambiar para bien con la única condición de que su matrimonio no se acabe, no obstante, la decisión de Nora ya estaba tomada y no había vuelta atrás. En esta parte podemos ver cómo el área de la razón prevalece por sobre los sentimientos, llevando a Nora a hacer lo que sabía era lo correcto para ella misma dejando de pensar en los demás y poniéndose como prioridad. Una de las formas de conocimiento más vista es el lenguaje como método de expresión por sobre la violencia o los gestos, esto ayuda a la comprensión clara del lector al momento de leer la obra.
Conclusión.
Como conclusión, solo queda decir por qué esta obra es un ejemplo magistral de revolución y superación. Y es que deja en claro que todas las mujeres que han leído y leerán este libro son mucho más que esposas, amigas, madres y hermanas. Por sobre todas esas cosas son mujeres independientes capaces de elegirse por sobre las demás y no simples muñecas o princesas encerradas en espera de un príncipe, para ser usadas como adorno de la masculinidad de un hombre.