Capitulaciones De Santa Fé Y Cristobal Colón
En 1480 Cristóbal Colón vivía en Portugal, en las islas Madeira, y por matrimonio formaba parte de la nobleza portuguesa. Colón tenía la idea de navegar hacia occidente por el Atlántico hasta llegar a las Indias, recuperando la idea clásica de que la Tierra era redonda. Entre 1483 y 1485 le presentó su proyecto al rey Juan II de Portugal quien, tras consultar con varios consejeros expertos en cosmografía, desechó la idea. Tras su fracaso, Colón se trasladó al reino de Castilla y le propuso su proyecto a los reyes de Castilla y Aragón, Isabel y Fernando, que tampoco lo aceptaron. En aquel momento estaban conquistando Granada, el último reino musulmán de la península.
Colón viajó nuevo a Portugal, en 1488, donde asistió al regreso de Bartolomeu Dias del viaje en el que había descubierto el cabo de Buena Esperanza, en el sur de África. A partir de entonces Juan II se centró en la explotación de esa ruta y desestimó la exploración hacia occidente. Colón regresó a Andalucía, al monasterio onubense de la Rábida. Allí, tras unas semanas de reflexión y apoyado por fray Juan Pérez, gestó un último intento para conseguir la venia de los reyes. Pérez había sido confesor de la reina Isabel y confió que ella le atendería si se lo pedía.
El 25 de noviembre de 1491 Granada se rindió a los cristianos. Los representantes del reino nazarí y los de Castilla y Aragón firmaron las capitulaciones de Granada. Colón se unió a la corte en Santa Fe, el campamento que usaban los reyes como cuartel general durante el asedio. Se entablaron negociaciones entre Colón y la Corona. Aprovechando el éxtasis religioso en el que se encontraban los reyes, Colón informó de que su viaje permitiría cristianizar a los pueblos que encontrase, y se podrían usar las ganancias obtenidas en la empresa para financiar una cruzada que liberara Jerusalén de los musulmanes. Además pedía los títulos de almirante y virrey, por lo que no fue posible llegar a un acuerdo y fue despedido de la corte. Tras esto, Luis de Santángel, un alto funcionario, intercedió por Colón ante la reina y se comprometió a adelantar el dinero que tendría que invertir la Corona. Isabel cambió de opinión, y le ordenó al secretario Juan de Coloma que aceptase las peticiones. El 17 de abril de 1492 finalmente se redactaron las Capitulaciones de Santa Fe.
La idea fundamental del texto era el conjunto de recompensas que recibiría Colón si el viaje era exitoso. Las atribuciones serían militares, político-administrativas y económicas, estas últimas con limitadas en gran medida por los reyes. Además se establece el reparto de tierras y beneficios obtenidos en las futuras exploraciones de Colón entre él y los Reyes Católicos. Según el documento Colón obtendría el título de Almirante de las islas y tierras que descubriese, título hereditario, que pasaría a manos de sus hijos. También sería virrey y gobernador general de estos territorios, teniendo además el privilegio de escoger a tres personas para cada cargo de importancia y eligiendo los monarcas españoles a quien les pareciera más conveniente. En cuanto a las ganancias que resultaran de intercambios comerciales y otros, la décima parte pertenecería a Colón y el resto a los reyes. En cuarto lugar el documento habla de las posibles quejas jurídicas que pudieran surgir a raíz de estos viajes, que Colón estaría autorizado a juzgar. Por último, el decreto establece que Colón contribuiría financiando una octava parte de las exploraciones que tuviesen lugar tras su viaje, recibiendo a cambio la octava parte de los beneficios que resultaran de ellas.
Los viajes de los que trata el documento forman parte de un primer ciclo de viajes de exploración más allá del Mediterráneo realizados por Europa (fundamentalmente Portugal y Castilla) desde el siglo XV. Tenían dos objetivos: encontrar nuevas rutas alternativas a las mediterráneas y extender la fe cristiana. Se producen por el aumento de las ganancias derivadas del comercio con especias, metales, esclavos y marfil, y gracias a los avances tecnológicos de la época (mapas, brújulas, astrolabios…).
Las capitulaciones que usaron los Reyes Católicos también las estaban empleando en la conquista de Canarias y continuarían usándolas en viajes futuros. Se tratan de acuerdos entre la Corona y particulares para que éstos lancen viajes de exploración en nombre de los monarcas. El viaje de Colón se inició finalmente en Palos de la Frontera (Huelva), unos meses después de estas capitulaciones, en agosto de 1492, y tras un duro e incierto recorrido culmina con la llegada a Guanahaní (San Salvador) y La Española (Santo Domingo), en las Antillas, en octubre.
En el viaje participaron tres carabelas: la Pinta, la Niña y la Santa María, al mando de Martín Alonso Pinzón, Vicente Yáñez Pinzón y Juan de la Cosa, respectivamente. Las naves partieron de Palos el 3 de agosto de 1492 y se dirigieron a las Canarias. El 12 de octubre llegaron a la isla de Guanahani. Colón siguió con su periplo por el Caribe, llegó a Cuba el 28 de octubre y a La Española el 6 de diciembre. El 24 de diciembre la Santa María encalló en La Española y con sus restos se construyó el Fuerte Navidad. La expedición emprendió el regreso el 16 de enero de 1493 y unos días más tarde una tormenta separó a los dos barcos. La Pinta llegó a Bayona (Galicia) a finales de febrero y anunció a los Reyes Católicos el descubrimiento. Al recibir la noticia los reyes decretaron la prohibición inmediata de ir ‘a las Yndias’ sin autorización y encargaron a sus embajadores en Roma la obtención de unas bulas, (las ‘Bulas Alejandrinas’), con las que el papa Alejandro VI otorgaría a Castilla y León el monopolio de las tierras descubiertas. Entre tanto, la Niña, en la que viajaba Colón, llegó el 4 de marzo a Lisboa. Embajadores portugueses salieron inmediatamente hacia la corte de los Reyes Católicos, situada en Barcelona, para reclamar las tierras descubiertas, en un ambiente de tensión diplomática y pre-bélica. Colón regresó a Castilla por el puerto de Palos y de allí marchó a Sevilla y después a Barcelona, donde fue recibido por los reyes, que reconocieron su descubrimiento y le confirmaron sus títulos de almirante, virrey y gobernador. Al mismo tiempo le apremiaron a completar la preparación de un segundo viaje, mucho mayor.
Colón emprendió un segundo viaje, un tercero y un cuarto, hasta que murió en 1505, convencido de que ha llegado a las Indias, cuando en realidad había llegado a un continente desconocido, como se descubriría gracias a Americo Vespuccio a comienzos del siglo XVI. Ante la perspectiva de todos estos territorios desconocidos para los europeos, los Reyes Católicos llegan a un nuevo acuerdo con Portugal para repartirse el Atlántico y el dominio de sus tierras: el tratado de Tordesillas de 1494. Con ello, con los nuevos viajes de exploración en América y el Pacífico y con la ocupación de muchos de sus territorios se pone en marcha un imperio colonial que altera profundamente la evolución de todo el mundo al crear el primer sistema mundial de la historia.
En mi opinión, los títulos que se le otorgan a Colón no son exagerados, ya que al fin y al cabo el viaje que iba a hacer no se había hecho nunca, y el riesgo era enorme, ya que podía ser un viaje sin retorno. Pese a ello, los reyes se quedaban con demasiados beneficios, ya que la novena parte de las ganancias encontradas me parece excesivo.