Característica de Carácter en la Roma Antigua
Introducción
La obediencia a la autoridad fue la principal característica de los romanos. La educación se basaba en el respeto al padre pater familias, que podía disponer de la vida y bienes de todos los miembros de la familia. En la ciudad, se centraba el respeto a la voluntad de los magistrados o de quien tuviera poderes civiles. El sometimiento a la disciplina dio cohesión política a los romanos, permitiéndoles la constitución de un vasto imperio y triunfo sobre los enemigos poderosos.
Era el padre el que les inculcaba a los hijos el amor a la patria y al orgullo por la condición de ciudadano romano. Es cierto que la mujer romana no era libre. Pertenecía al padre, que le elegía un marido, y el marido pasaba a tener dominio sobre ella. Cuando nacía una niña, el padre podía no estar conforme, abandonándola en la puerta de la casa y dejando que cualquier transeúnte la adoptase, si él lo deseaba.
Desarrollo
Si nadie se compadecía, la niña moría en el abandono. Los romanos supieron, a pesar de que todos estos defectos, dignificar a la mujer más que ningún pueblo en la Antigüedad. La mujer era la que dirigía la vida doméstica al lado el marido, orientando las actividades del hogar, las comidas, y participando incluso de las ceremonias civiles, viendo los juegos y asistiendo a las cortes.
Aunque las costumbres eran rígidas y menos afables que las de los griegos, los romanos tuvieron la preocupación de cultivar ciertas cualidades, que los dignificaron. Entre ellas la gravitas o dignidad. Esta dignidad tenía un sentido algo diferente de lo que hoy tiene. Gravitas significaba no solo carácter, honra, sino también la asociación de la inteligencia al corazón.
Otras cualidades apreciadas fueron la lealtad, la firmitas; la virtud, significado de energía viril, valentía; la constancia, firmeza de carácter; la clemencia, la indulgencia, en el sentido de la renuncia a sus derechos; la frugalitas, simplicidad, frugalidad en el comer y en el vestir; la siberita, la severidad para con uno mismo; y la pieza, respeto a los dioses. En la mujer, la cualidad que más apreciaban era la austeridad.
El mejor elogio que se le podía dar a una matrona madre de familia era escribirle en su tumba: Ella se quedaba en casa y tejía… Los romanos mantuvieron durante los primeros siglos de la República estos valores, que los ayudaron en la unificación de Italia y en el dominio de casi todo el mundo hasta ese entonces conocido. Todo ciudadano era agricultor o un soldado; fue por esto que se le debe a Roma su importancia histórica.
Conclusión
En conclusión, los romanos respetaron, hasta el fin del imperio, esos valores aunque bajo la forma ideal pues, con la conquista de Grecia y con los contactos con el mundo helenístico oriental, la sobriedad primitiva cedió ante el lujo y la inmoralidad. Sin embargo, había respeto por los valores tradicionales, en especial la gravitas, la pietas y la virtud, que mantuvo la unidad política.
Fueron esos eslabones que permitieron la unión entre un pasado con una educación familiar rígida y la asimilación de mundos nuevos. Los romanos de los primeros siglos cultivaron el humanista, la mejor herencia de su civilización. El humanista se trataba del respeto por la persona humana, el respeto por los otros y por su libertad.