Carl Philipp Emmanuel Bach

Introducción

Carl Philip Emanuel Bach, fue el compositor más importante del Empfindsamer Stil, la variante alemana del style galant francés, y, de manera más general, de mediados del siglo XVIII. Trabajó como músico de la corte en Berlín y, más tarde, como director musical en Hamburgo. Como músico preclásico, de transición entre el Barroco y el Clasicismo, y que vivió en pleno apogeo de la Ilustración, sus obras y sus palabras van a tratar de generar una ruptura con todo lo anterior, con las ideas y las maneras de componer del barroco, criticándolo y promoviendo el cambio hacia un pensamiento ilustrado. De esta manera, su música va a tender a ajustarse a los cánones del nuevo estilo del que es impulsor, partícipe y pionero, reflejando en su propia obra un intento de tratar de dejar de ser pretenciosa, rica en virtuosismo y técnica.

Desarrollo

El texto comienza directamente criticando a quién piensa que la técnica y la vistosidad de un intérprete es la pieza clave para triunfar como músico. Este comienzo no solo juzga a esas personas, sino también a los músicos con habilidad innata para transportar, para tocar ágilmente, para tocar con buenas digitaciones, que dominan el trino… Lo que, claramente, hace una crítica hacia el Barroco (y su obsesión por la técnica y el virtuosismo sin alma) de manera implícita y explícita, como hace referencia con el trino. Menciona que esta habilidad técnica, sin sensibilidad, es digna de alabanza, pero que comparado con un intérprete que es capaz, que tiene la capacidad, de trasmitir emociones y sentimientos, más allá del movimiento generado por el virtuosismo, típicamente del género musical anterior en la cronología, y siendo capaz de llevar esas sensaciones más lejos de su propio oído y forma de entender la música, a los oyentes, es imposible considerar por un solo momento que el primero pueda siquiera ser la mitad de bueno que este. En definitiva, para CPE Bach priman las emociones transmitidas en una interpretación, ante una perfección técnica aséptica e incapaz de transmitir nada. 

Por consiguiente, y para lograr esta transmisión de sentimientos del intérprete al público, conmoviéndolo, el primer paso es que este músico se conmueva a sí mismo; si este detecta un tono afligido o triste en la obra, debe estar compungido y taciturno, y transmitirlo con su interpretación; del mismo modo, si detecta un carácter apasionado, alegre, debe de encenderse y saltar de una emoción a otra, con pasión, haciendo que se vea y se oiga. Si la expresividad de la obra radica en la intención del propio autor, el músico debe de apropiarse de esa intención y, si lo logra realizar con éxito y añadir ligeramente su toque personal, quizás el autor descubra que en lo que ha compuesto hay más de lo que él siquiera hubiera imaginado, creando una mezcla que resulta «deliciosa» para el oído hasta de la persona más inexperta en el ámbito musical. Esta intencionalidad que trata de reflejar en sus composiciones, influirá decisivamente en el desarrollo y la estilística del naciente estilo clásico. 

Conclusión

Carl Philipp Emanuel Bach, sin quererlo, es partícipe de una evasión del Barroco hacia una estilística más afacetada y se convertirá en referente de las ideas más relevantes del clasicismo: la gran variedad de elementos que modela la obra haciéndola perder los contrastes y la rigidez típicos barrocos, las frases claras, diferenciadas y simétricas con líneas limpias de adornos, implementación del crescendo y decrescendo o las texturas son más transparentes y ligeras con una tendencia a la melodía acompañada por encima del contrapunto Por ello, podemos extraer que por muy dominada que se tenga la técnica de un instrumento es imposible triunfar y hacer disfrutar a nuestro público si no somos capaces, siquiera de trasmitir lo que nos insta, a través de la partitura, el compositor.

Esto no quiere decir que nos tengamos que ceñir de manera estricta a esta intención.  Si somos capaces de aportar, con cierto criterio e inteligencia, ciertas emociones que creemos adecuadas, podemos mejorar una pieza, incluso podemos hacerla brillar de un modo único y nuevo, incluso aunque originalmente tenga un valor mediocre.