Casa de Muñecas: Roles de Género y la Independencia de Nora

Henrik Ibsen (1828 – 1906) fue un dramaturgo y poeta nacido en Noruega, en una familia burguesa la cual, cuando Ibsen tenía apenas 7 años, sufrió un cambio drástico en su situación económica. Más adelante, fue autor de prólogos a la edad de 19 años hasta convertirse en director de arte en el teatro de Oslo diez años después. Sus obras se caracterizan por describir las situaciones de la sociedad y los conflictos que las personas de la época podían vivir generando que temas de los que no se hablaban con regularidad fueran tomados más en serio y se volvieran de más importancia para las personas, por ejemplo, el papel de la mujer en la sociedad, como es mostrado en una de sus más grandes obras, titulada “Casa de Muñecas”.

Esta obra se destaca por presentar una crítica tanto a los hombres como a las mujeres, y a sus respectivos roles colectivos, mediante sus personajes principales, Nora y Helmer, una pareja de esposos que demuestran evidentemente los estereotipos y los papeles que debían cumplir las personas de la sociedad durante el siglo XIX. Además, fue escrita a lo largo del desarrollo del materialismo e individualismo, movimientos los cuales se mostrarán reflejados en los personajes de Nora y Helmer, especialmente, de los cuales influyen en gran parte de su personalidad, forma de hablar y en la toma de decisiones.

Por un lado, el materialismo se conoce como aquella corriente que considera lo material lo más relevante, por lo tanto, lo pone por encima de todo y le da prioridad sobre las cosas, oponiéndose a la existencia de lo intelectual y lo espiritual. Por otra parte, el individualismo fue la tendencia que impulsó a diversas personas al pensamiento independiente y realizar acciones por sí solos, sin requerir de la ayuda de las demás personas a su alrededor; ambas corrientes toman un papel importante en la obra puesto que, aunque se muestran de manera implícita, gran parte del comportamiento de los personajes principales se forman a partir de ellas.

El personaje de Nora es la principal representación de las mujeres en aquel siglo, mostrando su personalidad de manera débil y dependiente de su marido Helmer en distintos ámbitos, especialmente, en el económico. Desde el inicio de la obra, Nora se destaca por su gran entusiasmo e interés cuando se trata de hablar sobre bienes materiales, riquezas y lujos, a pesar de que su marido varias veces menciona que los ingresos de la familia no se deberían consumir en gastos innecesarios. Sin embargo, Nora insiste en que lo que se ahorra debe ser empleado de alguna forma ya sea para alguna decoración, muebles o ropa, para ella o sus hijos; por ejemplo, en la página 48, del primer acto, Nora menciona: “(…) Obviamente no podía dejar que mis niños anduvieran mal vestidos; siempre me pareció que lo que recibía para ellos tenía que usarlo todo. (…)”

De acuerdo con esta cita, es importante hacer énfasis en las palabras ‘obviamente’ y ‘tenía’ dado que demuestra dicha idea como si las acciones que Nora ha realizado han sido como si no hubiera tenido ninguna otra opción, por lo tanto, se deja más en claro la importancia y el impacto que generan los objetos o el dinero en la actitud de esta mujer. Otro ejemplo, bastante relevante para el inicio de la obra, son las medidas que se toman durante la enfermedad de Helmer. Por recomendación de los médicos, la pareja de esposos hace un viaje a Italia con el fin de ayudar a la recuperación de Helmer, sin embargo, esto implicaba una gran cifra de dinero de la cual ellos no disponían, por lo que Nora decide pedir un préstamo el cual no se podía realizar sin en consentimiento de su marido, lo que la impulsó a falsificar la firma de su padre para conseguirlo, dando nuevamente la evidencia de que Nora es capaz de hacer lo posible por conseguir los bienes que desea, a pesar de no ser esenciales para ella o su familia.

Por el contrario, Helmer se concierna de que los ingresos familiares no sena suficientes, por lo que hace intentos de no permitirle a Nora malgastarlos, sin embargo, este personaje demuestra su postura materialista en cuanto a que lo único que desea es mantener el dinero intacto, siendo así mismo lo que se denomina tacaño. Del mismo modo, este hombre mientras mantiene una conversación con su esposa, le comenta en el primer acto, página 22: “(…) ¿Comprado, dices? ¿Todo eso? ¿La pequeña pajarito apostadora ha estado afuera gastando nuevamente el dinero?”, después de que ella le enseña los regalos que ha conseguido para su hijos, haciendo referencia a que los gastos que Nora realiza se hacen de forma regular.

Según esto, se muestra evidencia sobre el trato de marido a mujer, no sólo en “Casa de Muñecas”, sino en demás relaciones conyugales. En consecuencia, tomando como referencia el contexto de la obra y lo que se refleja en los personajes, se encuentran las características individualistas que a las pueden llegar y hasta qué punto afectan su relación con los demás personajes y a su propia persona. Ibsen presenta el individualismo en la mayoría de los personajes de su obra, puesto que varios de ellos mencionan la forma en la que quieren vivir y que consideran que es mejor ocuparse uno mismo de los asuntos personales, lo cual puede parecer para unos algo más obvio que para otros. Sin embargo, se seguiría haciendo énfasis en los personajes más relevantes.

Por su lado, Nora presenta un significativo cambio de actitud frente a la independencia puesto que desde el primer acto se muestra cómo la vida de la mujer giraba entorno a lo que opinaba su marido, por ejemplo:

NORA. -Mira: va a haber un baile de disfraces mañana por la noche, en el piso de arriba, en casa del cónsul Stenborg, y ahora Torvald quiere que yo me disfrace de pescadora napolitana y que baile la tarantella, porque lo aprendí en Capri. Ibsen, segundo acto, página 73.

Es evidente que de cierto modo el marido es quien toma control de las decisiones dentro del matrimonio, privando a la mujer de ser libre y pensar por si misma así sea en pequeñas cosas como es demostrado en la cita presentada anteriormente.

Sin embargo, en “Casa de Muñecas” la historia toma un giro inesperado cuando está a punto de culminar, en el momento en que Nora decide romper con los estándares que se han explicado previamente, y se marcha de su hogar dejando detrás de ella su vida y su familia para finalmente llegar a vivir por sí sola y tener una vida más feliz. En cuanto a su estado emocional, se le ve un notable cambio que se demuestra en lo siguiente:

HELMER. -¿No?… ¿Que no has sido feliz?

NORA. -No; sólo estaba alegre. Eso es todo. Eras tan bueno conmigo. Pero nuestro hogar no ha sido otra cosa que una casa de muñecas. Aquí he sido tu esposa muñeca, igual que lo fui en casa de papá. Ibsen, tercer acto, página 134.

De acuerdo a este ejemplo, esta mujer por fin decide crear su propia libertad tomando una decisión difícil para cualquiera, que, a su vez, la vuelve una persona más fuerte brindando un cambio de actitud llevándola al camino que debe seguir. Es por esta razón, que es posible ver los distintos cambios en los personajes influenciados por las distintas corrientes que se presentaron.

En cuanto a otros personajes, sus posturas frente al individualismo fue casi la misma porque cada uno por su lado se mantenía de forma independiente, como lo era Cristina, quien se encontraba sola, sin esposo y con hijos mayores, en busca de un trabajo para mantenerse por su propia cuenta. Finalmente, es importante decir que no sólo se ve reflejado en las mujeres, sino en los hombres, principalmente el esposo de Nora, quien a lo largo de la obra se mantiene en su propio mundo creando una barrera con los demás personajes.

En conclusión, se puede decir que el contexto de las obras es capaz de generar un gran impacto en el pensamiento de los personajes y sus acciones. Cabe aclarar que las distintas corrientes que se presentan tienen también gran influencia entre ellas, es decir, una puede llegar a ser consecuencia de la otra. Cuando se ve en los personajes el materialismo, se puede llegar a la dependencia de ellos, generando seres egoístas e individualistas que lo único que desean es avanzar por su propia cuenta. Adicional a esto, se genera la ignorancia entre ellos y se puede llegar a la conclusión de que lo único que buscan es una forma de escapar de la realidad y los problemas a los que se enfrentan, de ahí que sea un medio para refugiarse, lo cual se ve evidenciado mediante las palabras empleadas en sus diálogos y sus acciones a través de la obra.