Cine Histórico De Ficción: Desafíos Para Su Estudio
Introducción
La disciplina de la Historia cumple un papel importante para el conocimiento debido a que ella estudia las actividades humanas en el tiempo y en el espacio. Su objetivo principal es explicar la dinámica de la sociedad en sus estructuras; analizadas a través de la heurística, las fuentes orales, visuales y documentales. Y, con la interpretación hermenéutica, llegar al conocimiento de lo sucedido en el pasado, para su comprensión, explicación y síntesis histórica. Como lo expresó Cicerón, la historia es la ciencia de los hombres en el tiempo, el análisis de las sociedades humanas sujetas a cambios y en continua transformación.
Desarrollo
La historiográfica tradicional es logo céntrico debido a que concibe la Historia como una disciplina que explica eventos recibidos del pasado. Esta afirmación continúa predominando hasta el punto de que las imágenes y los objetos solo se perciben como complemento para la construcción de un texto. Sin embargo, no hay necesidad de rechazar el valor de la palabra como lenguaje cotidiano de los seres humanos y herramienta de exteriorización del pensamiento, sobre todo cuando el conocimiento se forja con palabras. Pero también hay que reivindicar las imágenes, el lenguaje audiovisual del cine y la televisión, ya que permiten acoplar palabras, voces, entonaciones, dicciones, iconografías del pasado y del presente.
Por consiguiente los investigadores del pasado histórico nos enfrentamos a un reto cuando abordamos la relación existente entre cine e historia, sobre todo, cuando pretendemos estudiar el cine histórico de ficción debido a que existe la idea preestablecida que se trata de una fiel reproducción de las realidades.
Por tanto cuando analizamos largometrajes debemos dejar de esperar que acierten con los hechos; exhiban las diferentes caras de un problema; o que traten de manera imparcial todas las pruebas, personajes y grupos que aparecen en una situación determinada; contextualicen de forma histórica y describan un acontecimiento. En otras palabras, no las son precisas debido a que una de las peculiaridades principales y objetivos de los filmes es generar movimiento, color, sonido y drama al pasado. Por su parte, las obras de la historia escrita tampoco son espejos de lo real, sino construcciones, trabajos realizados en reglas para relacionarse con las huellas del pasado y representarlo son necesariamente diferentes.
Una simple definición de filme histórico es la siguiente: aquella que sitió su acción en un pasado reconocible con respecto a la actualidad de su producción. Esta identificación pasará por la acumulación de detalles e indicios históricos capaces de otorgar veracidad al discurso audiovisual y de hacerlo a favor de un cierto sentido histórico. De tal manera que el cine histórico se mueve entre la descripción del pasado y su interpretación. De acuerdo con la propuesta se queda en una simple visualización o una reinterpretación del mismo.
El cineasta crea un pasado acorde con las exigencias, prácticas y tradiciones de los medios audiovisuales. Esta tarea lo obliga a enfrentarse a la invención de hechos, gestos y entonaciones. Esto no significa que películas de cine histórico hayan sido reconocidas por sus contribuciones al conocimiento histórico y cineastas sean considerados como historiadores. El reconocimiento de estos largometrajes y cineastas se manifiesta en los trabajos impresos de estudiosos.
Es conveniente advertir que el cine histórico no podrá suplir la historia escrita, es decir, la cinematografía por sí solo no es capaz de enseñar historia. Una película, por lo general, construye la historia como una narración cerrada, con su nudo, desarrollo y desenlace; se caracteriza por una fuerte carga dramática, llena de emociones, miedos, aventuras y heroísmo. Individualiza los procesos históricos a través de las experiencias de sus protagonistas, de pasiones y sentimientos dependientes el suceder de los acontecimientos, elevándose al rango de leyes generales que rigen la historia.
La condición de espectáculo del cine implica que la historia quede de telón de fondo (tramas aventureras, melodramáticas, terroríficas, cómicas, etc.) de un relato subordinado a unas leyes narrativas y del espectáculo, distinta a la historia como tal. Modelos de la tradición escénica han llevado a que se priorice lo intensivo sobre lo extensivo; lo dramático de lo narrativo. Por tanto los filmes históricos se caracterizan por el predominio de una dualidad héroe/villano, amigo/traidor, mujer abnegada/ mujer fatal, entre otros.
Su sentido histórico lo ha resumido la publicidad con la frase cliché: basada en una historia real, pero las representaciones e intenciones de la película no se limitan al guion, ya que la promoción de la misma orienta al espectador.
Conclusión
Esto no implica negar la validez al cine histórico. Este tipo de cinematografía sirve para la divulgación de hechos del pasado y una oportuna y educativa reflexión sobre valores cívicos y morales. La imagen audiovisual como fuente histórica requiera de nuevas herramientas propias de las fuentes de representación visual que permitan su interpretación. Hace unas décadas Pierre Vilar escribió: la historia debe enseñarnos, en primer lugar, a leer un periódico hay que agregar a esta definición que debería enseñar también a ver y escuchar un telediario y película.