Como El Crecimiento De La Violencia Afecta Al Crimen Organizado
La violencia es la conducta innata del ser humano que progresivamente se instaura en los conflictos sociales internos, empleándose como un mecanismo para resolver conflictos. Este acto se constituye como un problema social, debido al uso de la fuerza o intimidación de uno o varios individuos a otros.
El fenómeno de la violencia debido a su crecimiento en una de las problemáticas más significativas a nivel mundial, no solo por ser una problemática social sino por su ubicación en la economía, política y la cultura. La mayoría de los delitos están ampliamente vinculados con el uso de la violencia en los diversos estratos sociales que surgen a partir del afán de obtener el dominio para desarrollar actos ilegales sin restricciones.
En efecto, estudios antecesores constatan que la violencia se entrelaza estrechamente con el sicariato y con el crimen organizado considerado su principal mecanismo de desempeño. Al igual que el sicariato y el crimen organizado, la violencia lesiona directamente el bien jurídico del ser humano con el objetivo de conseguir un beneficio propio.
Sin duda alguna el crecimiento de la violencia y el crimen organizado especialmente en América Latina se han convertido en el escenario de una guerra silenciosa y no declarada, siendo la muerte una consecuencia de la violencia cotidiana. Sin tener un rostro determinado estos actores se desvanecen en un círculo vicioso de violencia, afectando no solo los intereses económicos de la sociedad sino también interfiriendo en la calidad de vida de los individuos ajenos a esta labor.
En efecto, el crimen organizado genera mayor impacto en los países de Latinoamérica no solo por el narcotráfico que es su principal labor, sino también por la violencia e inseguridad que genera en las sociedades. La migración, el sicariato, el ajuste de cuentas, el lavado de dinero son las principales consecuencias del narcotráfico que fusionada con la violencia causa miedo a la sociedad tanto en su organización como en su desempeño.
Actualmente, la gran influencia viene de Colombia desde la época de Pablo Escobar en los años ochenta, donde niños de las periferias de Medellín eran utilizados para cobrar venganzas o para eliminar a algunas personas, además México es otro país que se identifica por sicariato poseyendo organizaciones delictivas como el cartel de Los Zetas que se dedicaba exclusivamente a esta labor delictiva. Los grupos criminales son entes característicos que carecen de paz, pues instauran miedo e inseguridad, usando el sicariato para obtener por medio de la ejecución de un semejante el poder de manipular los estratos sociales.
A pesar que el sicariato ya existía en Ecuador antes de la influencia del narcotráfico colombiano y de otros grupos armados, las formas de violencia que antes se desarrollaban han variado, especialmente por la penetración del crimen organizado en la institucionalidad o en la delincuencia común. El narcotráfico interfiero en el cambio del sicariato desde una perspectiva de corrupción, pretendiendo que las grandes esferas sociales se manejen de acuerdo al beneficio de los actos ilícitos, convirtiendo a este delito no solo en un medio de ajuste de cuentas sino también en un mecanismo donde la vida es un objeto comercial.
En efecto, en Ecuador el sicariato se expandió debido a la influencia y al contacto frecuente con el crimen organizado del país vecino Colombia. Lo cual instauro que este acto antijurídico este arraigado a los actos violentos pero esto no exenta que el sicariato se consuma con el fin de obtener un beneficio remuneratorio de por medio.
Es de esta manera que el crimen organizado y la violencia introducen un delito igual de impetuoso como es el sicariato, caracterizado principalmente por ejecutar a autoridades estatales o rivales del crimen organizado. Configurándose a partir de la violencia y la premeditación un acto barbárico en donde la vida considerada el bien jurídico más importante tiene un precio.