Cómo ser un Escritor Liberal en la Actualidad

Introducción

Alonso Sánchez Baute nació y se crio en Valledupar, se trasladó a la ciudad de Bogotá para iniciar sus estudios universitarios. Es Abogado y escritor colombiano, ganador del Premio de Novela “Ciudad de Bogotá en 2002 con Al diablo la maldita primavera” La cual lo ha lanzado a convertirse en un referente de la literatura urbana colombiana de principios del nuevo siglo.

Desarrollo

Sánchez Baute en su carrera ha estado vinculado con proyectos relacionados con el arte y la cultura, es el escritor de la música y el conflicto colombiano, En su novelística aborda el universo gay, la muerte, la fiesta, las drogas, el sexo y el conflicto social además ha publicado novelas como: ¿De dónde flores, si no hay jardín? Y “Sex o no sex”, también aborda temáticas y libros que lo muestran como un autor polifacético que, explora el mundo de la homosexualidad, el sangriento conflicto del país y la cultura de su natal Valledupar.

Sánchez baute ha tenido escritos catalogados tales como Cuentos y crónicas de su autoría han aparecido en antologías y revistas iberoamericanas como Soho, Gatopardo, El Mal pensante, entre otras. Ha sido estudioso de la vida y de la cultura vallenata

Se inició en la narrativa, en su adolescencia escribió algunos relatos que no pasaron a mayores, volvió a escribir literatura en 1997 dándose a conocer con en 2002 con la novela, Al diablo la maldita primavera, desde entonces no parado de escribir. Sus novelas tocan realidades distintas como La exclusión en donde los personajes de sus historias tienen en común la marginalidad, en algunos casos la marginalidad escogida, en otro impuesto.

Como aporte a su carrera literaria

AB. ¿Cómo se elabora esa apropiación del lenguaje bogotano de la juventud y del mundo gay?  

ASB. ¿El manejo del islam, del lenguaje cotidiano y del argot? No sé… Supongo que es algo natural, pues yo hablo así. Al escribir, al igual que Cortázar, utilizo todas las jergas que conozco, y cuando hablo de jergas, me refiero a la jerga caribe, costeña, de la que soy producto, y en eso soy bastante profuso en la novela. Una anécdota: Edwin Rodríguez tiene un correo electrónico en la novela y recibe correo normalmente, y Edwin lo contesta, no Alonso Sánchez. Pues bien, esta mañana recibí un correo de un español que acababa de leer la novela y le había gustado mucho, pero que no entendía muchas palabras. Este lector quería que yo se las explicara. Me escribió una larga lista de todas las palabras que no entendía, y todas pertenecían a mi jerga costeña: “corroncho”, “mañe”, “camajo”, “chiflando iguanas”, “majanpoluo”, todas ella esas hacen parte de mi genética.  Adicionalmente está todo el lenguaje gay del que ya hemos hablado, es decir, el “Gayrulla”, el “Gayhills” y toda esta mariconeria del lenguaje nuestro.

AB. Ahora, hablando de la novela, ¿cómo surge el título? 

ASB. Bueno hay una lista larga de todos los títulos que tuvo la novela antes de llegar al definitivo. Muchos títulos me gustaban mucho más, pero “Al diablo la maldita primavera” finalmente fue el que ganó el “testeo” personal. El título sale de la historia misma: Edwin Rodríguez es una persona que todo el tiempo está buscando el amor, la novela es básicamente sobre eso, no es una novela sobre la homosexualidad en Bogotá ni sobre “dragquinismo”. Es una novela sobre la búsqueda del afecto y sobre la insistencia de la soledad. Hay un Edwin todo el tiempo que está buscando una pareja con quién estar. Al final, después de todas estas tragedias que le suceden, él no la encuentra. Es algo así como decir al diablo el amor, ya no me interesa el amor, ya no me voy a preocupar más por eso. Es una mandada a la mierda del amor. Al mismo tiempo es un homenaje a una canción de Yuri de los años ochenta -“La maldita primavera”-, que de alguna manera es el himno de los homosexuales en Bogotá. 

AB. La crítica sabe muy bien por qué la novela tuvo tanto éxito, pero ¿UD. por qué cree que lo tuvo? 

ASB. Creo que hay un cúmulo de circunstancias. No hay una sola cosa que yo pudiera decirte. Por ejemplo, el tema, que de alguna manera resulta novedoso en este país. Pero igual la novela está teniendo éxito en España y España es un país que tiene mucho movimiento literario homosexual. Segundo, podría decir que porque ganó un premio, el único premio nacional de novela que hay en Colombia. Pero al mismo tiempo hay quienes me dicen que antes de mí no conocían ese concurso. Yo siempre he pensado que la novela ha tenido una serie de avales muy importantes. Primero se ganó el premio; segundo, resulta que dentro del jurado del premio estaba R.H. Moreno Durán, que es uno de los escritores más respetados en este país. Eso fue un aval muy grande y a partir de ahí comenzaron a salir todas unas críticas que le fueron dando avales a la novela. El último en aparecer como gran aval fue Jorge Allí Triana al anunciar el montaje teatral de la obra, que es en lo que estoy trabajando actualmente. Ahora bien, lo que si resulta novedoso es el lenguaje. Otra cosa es que la novela tiene mucho humor. El protagonista es una persona que se burla de sí mismo todo el tiempo, que es muy crítico con la sociedad heterosexual, pero que es muchísimo más crítico con la sociedad homosexual. Esto ha gustado también pues en ningún momento escribí un panfleto o victimicé al protagonista: Aquí no hay ni malos ni buenos. 

AB. Alonso, ¿Alguna opinión acerca de los nuevos escritores que narran la Bogotá actual?

ASB. Yo celebro muchísimo que haya una especie de “boom” de la literatura colombiana, que haya mucha gente escribiendo, y escribiendo bien, y que además estén publicando. Hay una generación bastante amplia donde están incluidos autores reconocidos internacionalmente, como Santiago Gamboa y Jorge Franco, pero también jóvenes que están surgiendo, como Antonio Ungar y Carolina Sanín. Son jóvenes de veintitantos años que están publicando por primera vez. A mí, eso me parece supremamente válido pues cada vez hay más gente que se va involucrando con la literatura. Yo he leído a casi todos, hay unos que me gustan mucho más que otros, por alguna razón. Me gusta mucho el humor de Toño García, por ejemplo. Sergio Álvarez también debe ser mencionado, pues es un escritor sin ninguna pose intelectual que escribe básicamente por el placer de escribir, no porque se sienta comprometido o porque crea que va a ser un personaje buscando la fama.

Conclusión

Sánchez baute se basa en la investigaciones, en lo que descubre y en su intuición, para que la narración sea contada desde la ficción, anécdotas, Nunca se ha definido como un escritor “de escritorio es muy de la calle, le gusta hacer reportajes, investigar, hablar con la gente, observar, caminar, sentir yo mismo lo que luego describo; meterme de lleno en el personaje que describo.

17 August 2021
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