Comparación de la Evolución de la India y China desde Finales de la Segunda Guerra Mundial

Compara la evolución de la India y China desde finales de la Segunda Guerra Mundial y los años 90. ¿Por qué en India se estableció un sistema democrático y en China no? ¿Ha sido más eficaz en responder a los problemas de los ciudadanos la democracia india o el autoritarismo chino? Razone su respuesta.Mario Fintelmann Garrido, 1-B

La Segunda Guerra mundial supuso un antes y un después en el desarrollo de la mayoría de las potencias involucradas. Tanto los que intervinieron de forma activa en el conflicto armado como los que habían sufrido daños colaterales, tenían la oportunidad de restablecerse, reconstruir sus infraestructuras y de desarrollarse política, económica y socialmente. La República Popular China y la República de la India, son dos ejemplos en los que los cambios que experimentaron a lo largo del periodo que comprende desde finales de la segunda guerra mundial hasta los años 90 han sido especialmente acusados y cuyas repercusiones todavía se pueden palpar en la actualidad.

La independencia y partición de la India tuvo lugar en 1947 poco después del término de la segunda guerra mundial. Gran Bretaña, que había quedado enormemente debilitada por el gasto económico al que tuvo que hacer frente, se vio obligada a renunciar a la colonia y negociar la independencia. La India quedaba dividida en dos estados independientes: la India, de mayoría hindú y Pakistán, de mayoría musulmana.

A pesar de la celebración de la nueva libertad, la transición no quedó exenta de conflictos. Hubo una serie de ataques violentos contra hindúes y sijs que se encontraban en el Punjab Occidental, perteneciente a los musulmanes. Del mismo modo, en el estado del Punjab se encontraban una gran cantidad de soldados desmovilizados, la mayoría sijs, que aprovecharon su formación militar para organizarse y dirigir ataques contra aldeas de mayoría musulmana, trenes y columnas de refugiados en el Punjab Oriental.

Los conflictos se saldaron con un elevado número de muertes y sembraron a su vez el miedo en una población que desarrolló un sentimiento de lealtad hacia el Estado al que pertenecían, donde sería posible encontrar refugio seguro.

Ese mismo año se produjo una inmigración masiva, en la que un número aproximado de 5 millones de hindúes y sijs se trasladaron del Punjab Occidental a la India y unos 5.5 millones de musulmanes se desplazaron en dirección contraria.

Otro cambio importante tuvo lugar con la entrada en vigor de la nueva constitución a principios de 1950. La India rechazaba así una gran parte de la herencia colonial. No obstante, el país se inspiró en la política nacional británica adoptando un parlamento bicameral y nombrando a un primer ministro (Jawaharlal Nehru). También continúo formando parte de la Commonwealth.

En la década de 1950, las películas expresaban los ideales del nacionalismo indio, en el que primaba el interés común por encima del personal. En su vecino asiático la publicidad, la propaganda y las transmisiones de radio y televisión no tenían como único objetivo hacer un llamamiento a las clases sociales más bajas para que participaran en la revolución continua, sino también enaltecer la imagen del líder (Mao Zedong).

Algunas de las medidas que Nehru tomó en favor de la reforma agraria incluyeron, la abolición de los zamindares, el establecimiento de límites sobre la posesión de tierras y la cesión de los derechos de propiedad de fincas grandes a los gobiernos estatales. En este sentido, la India siguió también el ejemplo de Mao en China, que entendía que la apuesta por las fincas más grandes permitiría hacer efectivo un impulso a la producción.

El alcance real que tuvo el socialismo propuesto por Nehru sobre la economía india fue mucho menor que el de la China de Mao. Nunca estuvo entre los planes del primer ministro tener el control absoluto del mercado compuesto por los pequeños comerciantes. El papel de la mujer en la India también adquirió mayor relevancia con las nuevas reformas. Se garantizo su pleno derecho a voto, el divorcio, la igualdad de condiciones para recibir herencia y la posibilidad de adoptar niños. También se abolió la dote.

La India y China tomaron posturas similares con respecto a la Guerra Fría. La India estaba comprometida con una “política de no alineación”. La intención era la de hacer de mediadora entre EE. UU y la URSS junto con China e Indonesia. En cambio, la buena relación entre chinos e indios se deterioró cuando los primeros decidieron invadir el Tíbet. Tras varios intentos infructuosos de desalojar la región de Aksai Chin de chinos, estos decidieron invadir la India a través de las llanuras del Assam. Las tropas chinas acabaron retirándose, pero nunca abandonaron Aksai Chin.

En la década de los 60, Indira Gandhi, hija y sucesora de Nehru, se enfrentaba a una crisis económica por la falta de monzón y por consecuencia al descenso de la producción de grano. Se pidió ayuda a EE. UU y se optó por dejar la inversión industrial en un segundo plano, mientras se intentaba sacar adelante la producción agrícola. El uso de semillas y fertilizantes nuevos, así como el empeño por limitar el malgasto económico, desembocó en la llamada ‘revolución verde’. En un solo año (1968-1969) la India experimentó un crecimiento como nunca. Aunque aumentaron la producción y la renta nacional, el país tuvo que hacer frente a unos índices de crecimiento casi insostenibles hacia finales de la década. A pesar de los esfuerzos, las cosechas fueron a la baja en los años siguientes porque el reparto de los beneficios de la revolución no se llevaba a cabo de manera igualitaria.

A pesar de la importancia que supuestamente se daba a la ayuda para las clases sociales más bajas, nunca se llegó a tratar el problema de manera profunda, ya que la primera ministra no quería enemistarse con las clases adineradas. Gandhi fue asesinada en 1984, dejando tras de si conflictos sin resolver, como el de los sijs en el Punjab, cuyos más radicales exigían un estado independiente; el Jalistán. Le sucedió su hijo Rajiv, que adoptó una serie de medidas para que el país se abriera al capitalismo y a la empresa privada, y promover la entrada de bienes de consumo y productos de alta tecnología.

Paralelamente, uno de los acontecimientos que tuvieron lugar con el final de la segunda guerra mundial y marcaron la trayectoria de China en las décadas venideras, fue el resurgimiento de la clase obrera china, que había estado oprimida desde hacía años por el régimen autoritario de Chiang Kai-shek, líder del Kuomintang.

El 1 de octubre de 1949, tras la recuperación del territorio ocupado por los japoneses y la consolidación del Partido Comunista Chino, que había conseguido arrebatar la mayor parte del terreno al Partido Nacionalista, se proclamó la República Popular China. Mao proponía un frente nacional unido ligado a la clase trabajadora y a los países partidarios del socialismo. Prometía igualdad de las mujeres y una reforma rural para redistribuir las tierras y reducir las rentas. Hizo una reforma agraria para no perder el favor de los campesinos – que habían jugado un papel fundamental en la consecución de la República gracias a su apoyo – expulsando a los terratenientes de forma violenta.

El grupo más afectado por la guerra fueron los campesinos, que no solo estaban obligados a contribuir con dinero y comida, sino que eran utilizados como carne de cañón. La guerra trajo consigo un periodo prolongado de hambruna generalizada en las aldeas.

En 1958 se dio comienzo a una campaña de medidas sociales, económicas y políticas que recibió el nombre de ‘Gran Salto Adelante’. Una de estas medidas fue la implantación de un sistema que convertía las parcelas de cultivo privadas en comunas populares. Sin embargo, esta estructura de reparto de las tierras no quedó exenta de polémica. Al año siguiente ya había comunas que regresaban a sus formas cooperativas previas. Tampoco se consiguió erradicar el hambre.

Entre 1959 y 1962 murieron unas 20 millones de personas debido al aumento de la exportación de cereales a la Unión Soviética para sufragar los gastos de la maquinaria pesada necesaria para hacer frente al incremento en la industria.

El PCCh aprovechó además para movilizar a grandes masas de campesinos, que no solo participaron en nuevas tareas como el control del agua y regadío con impacto directo sobre el número de hectáreas de cultivo, sino que también fueron enviados a zonas aisladas del país, con el fin de encontrar combustibles fósiles o elementos químicos como el uranio para demostrar que China podía ser autosuficiente y fabricar sus armas nucleares con el esfuerzo y las facultades propias.

Posiblemente el acontecimiento con mayor calado que hubo en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial fue la Gran Revolución Cultural que tuvo lugar entre 1966 y 1976. El principal objetivo propuesto por el propio Mao consistía en la preservación del comunismo chino mediante la eliminación de elementos, símbolos, edificios y obras de arte que representaran al capitalismo o a la tradición de la sociedad china. También se persiguió y castigó a líderes del partido, administradores de escuelas e incluso maestros, que no mostraran la suficiente adhesión a las políticas maoístas.

Los estudiantes universitarios constituyeron un factor clave para el movimiento. Muchos sentían frustración por su incapacidad de impacto en la política a causa de su pasado familiar, otros habían sido desplazados de las ciudades al campo durante campañas del partido y a algunos de ellos se les denegaba la entrada en escuelas de élite.

Los radicales de la revolución les entregaban brazaletes a los jóvenes, convirtiéndolos en Guardias Rojos. El movimiento fue una declaración de intenciones, en la que los jóvenes volcaban su rabia y violencia sobre los mayores, atacando las costumbres, los hábitos, el pensamiento y la cultura antigua.

En 1967, en la llamada ‘toma del poder de enero’, tanto obreros como guardias rojos intentaron deponer a cargos del partido y hacerse con el control de sus organizaciones. Muchos obreros aprovecharon la situación para ascender en la escala política y alcanzar puestos de mando.

La intervención del Ejército Popular de Liberación no hizo más que agravar la situación. Su postura era ambigua. Por una parte, parecían apoyar en cierta medida los excesos radicales. Por la otra se encargaban de proteger instalaciones técnicas y secretas, como los campos petrolíferos de Daqing, para que los guardias rojos no los invadieran. Los enfrentamientos llegaron a un punto álgido en verano de 1967, cuando estalló un periodo de violencia marcado por protestas, huelgas y paros laborales entre el EPL y los radicales.

La relación con la Unión Soviética también tuvo una serie de altibajos. A pesar de que el PCCh y sobre todo las políticas económicas y sociales de Mao, estuvieran inspiradas en el modelo soviético, las medidas que China tomó durante el Gran Salto Adelante fueron vistas con desaprobación por su vecino eslavo.

Los países firmaron un acuerdo secreto en el cual los soviéticos prometían proporcionar a los chinos una muestra de la bomba atómica con la que poder desafiar a los capitalistas. Sin embargo, el convenio nunca llegó a realizarse, lo que dejó a una China indefensa en caso de que EE. UU decidiera tomar represalias. La década de los 60 terminó por perjudicar irreversiblemente las relaciones entre ambos países.

No es difícil adivinar el porqué de la instauración de una democracia en la India. Bajo la dominación británica se crearon instituciones idénticas a la de la metrópoli: ferrocarriles, servicios de correo y telégrafos, se fundaron colegios y universidades. Incluso tras la independencia adoptaron fórmulas y estructuras políticas semejantes a las de Gran Bretaña. Hubo una gran cantidad de indios, que viajaron a la isla para recibir formación y luego regresar a su país con los conocimientos adquiridos. La influencia que la corona británica tuvo sobre el desarrollo de la India cuando se encontraba bajo su régimen es innegable.

En China, el desgaste producido por la guerra con Japón, el descontento general de la población con el gobierno de Chiang Kai-shek y la caída del partido nacionalista desembocaron en la fundación de la República Popular China, que se inspiró en las bases del comunismo. El hecho de que el comunismo triunfara tuvo que ver con el apoyo que Mao Zedong recibió por parte de la clase social más baja. La guerra civil que tuvo lugar entre comunistas y nacionalistas debilitó enormemente el apoyo y la reputación de estos últimos, que finalmente se vieron obligados a retirarse a la isla de Taiwán, creando la República de China.

Teniendo en cuenta las medidas que se tomaron para subsanar los problemas que surgían, especialmente aquellos que afectaban directamente a la sociedad, se puede afirmar que ambos regímenes demostraron ciertas deficiencias. La pobreza y el hambre fueron recurrentes, y hoy en día perduran algunos conflictos como el de carácter religioso-político en la región del Punjab.

Comparando ambas potencias en la actualidad, se llega a la conclusión de que, a pesar de las carencias, China se impone como el segundo país más rico después de EE. UU mientras que la India no ha conseguido llegar a niveles similares de desarrollo.

01 August 2022
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