Comparación y Contraste entre la Cultura de Japón y Colombia
De acuerdo a Bruce M. Tharp (n.d), la cultura son un conjunto de ideas, pensamientos y acciones de un grupo común de personas que se transmiten, se comparten y se aprenden de manera pasiva o activa a través de la interacción social; a su vez, el autor reconoce el lenguaje como la capacidad que tiene el ser humano para asignarle significado simbólico al mundo que le rodea, por tanto el lenguaje es un constructo del hombre que se adapta a su entorno y crea una relación con éste a partir del significado que le atribuye. Por tanto, la cultura se configura de acuerdo a una serie de significados y símbolos que tienen lugar en la interacción social. (Tharp, n.d).
Entre tanto, si se considera la cultura como la interpretación de significados, es decir, es el sentido que se le dan a las experiencias que circundan y a través de las cuales los humanos actúan, esta definición también incide en el comportamiento organizacional relacionado con la ciencia de la administración. Saylor (n.d) habla del término cultura organizacional para referirse a un sistema de valores, creencias y suposiciones que afectan el pensamiento y los patrones de comportamiento de los miembros que componen una organización. Ahora bien, comprender que las sociedades en General tienen una cultura particular de acuerdo a las significaciones que den a su entorno, implica que sin importar el número, los grupos humanos que se reúnen con una finalidad común establecen una serie de comportamientos, valores e ideas que configuran una cultura definida que les caracteriza y diferencia de los demás grupos.
Es por lo anterior, que cada organización tiene una cultura propia, una cultura organizacional que se ve afectada por sus líderes, sus empleados y la sociedad en la que se encuentre. De acuerdo Saylor (n.d), la cultura organizativa es el activo más fuerte de la organización y es tan importante como la estrategia corporativa, por lo que el éxito de la organización depende en gran medida de los valores que son compartidos por los lideres, valores culturales que fungen como mecanismo de control y de gestión del comportamiento de los empleados para que estos adopten las normas organizacionales como propias; además los valores trasmitidos por los líderes se deben ajustar a las exigencias de la sociedad que les rodea. Es decir, la cultura de un país incide directamente en la cultura organizacional; A continuación esta aseveración se aclarará al hacer un comparativo entre la cultura colombiana y japonesa y su incidencia en los resultados arrojados por Globe Project en la cultura organizativa.
Para comprender la cultura de Japón es necesario identificar varias fuentes que la configuran como sus condiciones geográficas, su historia y, sus tradiciones religiosas y filosóficas. (Gloria García, 2015)
En cuanto a sus condiciones geográficas, Japón es un país relativamente pequeño aislado en medio del océano pacífico, cuenta con una numerosa población que ocasionó una obligatoria proximidad física entre sus habitantes, permitiendo que los japoneses trabajen en grupos y cada día sientan más empatía por los demás y su posición social; además debido a su ubicación, Japón ha sido victimas de múltiples desastres naturales, que han llevado a que las comunidades establezcan una cultura de apoyo y solidaridad en las actividades cotidianas incluyendo las económicas. Es por esto, que dentro de la cultura organizacional, las dimensiones de Orientación Humana, Colectivismo Institucional y Colectivismo Grupal tuvieron puntajes moderados y relativamente altos (Globe Project) estas dimensiones dieron cuenta de que dentro de las organizaciones japonesas los líderes y demás miembros de éstas promueven el bienestar y el cuidado de los demás, prefieren mantener la armonía grupal por encima de las opiniones individuales, también son leales a su grupo de trabajo tal como lo son con su familia y comunidad (Hofstede Insights).
Con respecto a su historia, Japón ha estado influenciado por diversas culturas, desde China hasta los Países Bajos sintieron gran interés por la isla, motivo por el cual durante 200 años Japón estuvo oficialmente cerrado. Sin embargo, en el siglo XIX la influencia occidental llegó a Japón procedente de EEUU con el fin de establecer tratados comerciales y diálogo entre Japón y Occidente. “Este contacto con un Occidente industrializado llevó a Japón la democracia con un parlamento constitucional, el acceso a la tecnología moderna y el conocimiento sobre el estilo de vida occidental” (García, 2015, s-p). Dicho esto, los japoneses han aprendido a adoptar y a fusionar las costumbres y comportamientos de culturas extranjeras con las costumbres locales. Así pues, teniendo en cuenta que la cultura puede variar de acuerdo a las influencias de otros países y el alto nivel de adaptabilidad de los japoneses, la cultura organizativa dedica tiempo y esfuerzo para evitar la incertidumbre ya que son conscientes de que las circunstancias son temporales y que la realidad está en constante cambio.
Finalmente, las creencias y reglas que guían la cotidianidad de los japoneses provienen de varios sistemas de pensamiento desarrollados a lo largo de su historia y dirigen la realidad del mundo, por lo que se da importancia a los valores que consideran son convenientes en la vida diaria. Es así como su comportamiento en todos los aspectos de su vida están ceñidos a tradiciones religiosas y filosóficas, por tanto, la cultura organizativa, está construida de acuerdo al respeto por los valores propios y de los demás, valores como la disciplina, el respeto por la experiencia y la autoridad, caracterizan las relaciones corporativas (García, 2015). Por consiguiente, el acceso al poder y a la capacidad de toma de decisiones está fuertemente marcados por una jerarquización vertical de la sociedad, a su vez se espera que las acciones tengan un sentido ético, respetando el tiempo y la labor encomendada.
Por otra parte, Colombia es un país ubicado en el extremo norte de Suramérica, su cultura es el fruto de un legado una multiplicidad de etnias que durante 200 años han sido participes de la construcción de identidad. Españoles, indígenas y africanos hacen parte de la fusión cultural que caracteriza a Colombia. Es decir, la cultura colombiana está conformada por una multiplicidad étnica la cual sumada a su ubicación estratégica confiere valores particulares a los colombianos como, espontaneidad y hospitalidad.
A diferencia de Japón, Colombia no tuvo un proceso de integración de otras culturas, por el contrario se estructuró un imaginario fragmentado que no permitió establecer una clara identidad cultural, en otras palabras, no es posible identificar una cultura propia ya que los valores y supuestos comportamentales son imposiciones que no se fusionaron la cultura local, con la cultura existente antes de la conquista y posterior colonización (Zambrano Pantoja, 1994.)
De acuerdo a Isabel Cristina Posada (2010) la configuración cultural de la sociedad colombiana está marcada por la concepción del poder como medio de dominación tanto en lo político, social y económico, debido a que su territorio fue invadido, conquistado y colonizado, el poder fue usado para controlar a la población, poder que durante siglos estuvo en manos de los españoles. Luego de la independencia del país, el control de éste pasó a manos de un pequeño grupo de descendientes españoles lo que reforzó la idea de que el poder y la toma de decisiones sobre la sociedad colombiana era responsabilidad de estos pocos.
Dadas estas distinciones entre quienes controlan y quienes son controlados, las desigualdades sociales están muy marcadas, lo que implica que la situación económica, educativa y social es completamente diferente para cada nivel social (alto, medio y bajo) que conformar la estructura jerárquica de la sociedad colombiana. Por tanto, la ostentación del poder por parte de un sector privilegiado, ha impulsado los valores particulares sobre los universales, es decir, los colombianos han comprendido que el bienestar que debe proveer el Estado a su población, no es visible, por lo que cada uno se esfuerza por conseguir dicho bienestar de manera particular sin esperar que los entes gubernamentales cumplan con sus deberes. Sin embargo, es importante resaltar que los colombianos tienen fuertes vínculos con sus familias extensas y sus comunidades locales, consideran que es fundamental contar con el apoyo de los demás para lograr sus metas.
Con respecto a las creencias, la cultura colombiana está influenciada por la religión Católica, traída por los españoles durante la conquista, la cual es practicada por la gran mayoría de la población e incide en los valores comportamentales de la sociedad, valores como el cuidado de la vida y una marcada diferencia entre las buenas y malas acciones que condicionan su vida cotidiana.
Las ya mencionadas características de la cultura colombiana, son visibles en la cultura organizativa de este país, de acuerdo a los resultados arrojados por la investigación de Globe Project, Colombia tiene una cultura organizativa en la que prevalece el interés privado y las distinciones entre grupos son evidentes, además, no hay valores lo suficientemente fuertes que permitan establecer planes claros para el futuro y las decisiones son tomadas por los altos niveles jerárquicos, lo que impide el ascenso al poder desde los niveles bajos.
En conclusión, la cultura japonesa y colombiana tiene grandes diferencias que influyen en la cultura organizativa. La cultura japonesa es milenaria y se configura a partir de la adaptación y fusión de otras culturas a sus propias costumbres; mientras, la cultura colombiana surge de la imposición de creencias y costumbres que conforman la identidad de su sociedad. A su vez, la cultura japonesa rige su vida por tradiciones filosóficas que confieren libertad y respeto por su historia y su entorno; por el contrario, la religión en Colombia limita las libertades y no trascienden a valores necesarios en la cotidianidad.