Comportamiento del Niño y la Educación
Introducción
Al año y medio notamos como el niño no hacía caso, iba como se dice en lenguaje coloquial a su bola. No obedecía, estaba irascible, no jugaba con juegos normales de otros niños de su edad, en el parque iba a columpios donde no hubiera otros niños, no hacía caso a normas básicas de comportamiento. Al tener un hijo mayor, estaba claro que no era debido a la educación que le dábamos. Había algo que fallaba, pero tardamos un año en acudir a un especialista, pensando que cambiaría. Padre de un niño de 9 años de SA.
El segmento anterior es el testimonio de un Padre de familia, que notaba comportamientos inadecuados en su hijo, que observaba que el modo de actuar del niño no era el indicado para su edad, incluso cree que ha criado mal a su hijo, en ese momento no sabía que el niño tenía síndrome de Asperger, por tanto, es importante conocer en que consiste este síndrome y cuáles son sus características.
Desarrollo
El Síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo, fue descrito por Hans Asperger en 1944. Se caracteriza por una marcada alteración social, dificultades en la comunicación, déficit en la capacidad de juego y un rango de comportamiento e intereses repetitivos, sin un retardo significativo en el lenguaje, ni cognitivo. Refiriéndose a esta población como profesores de mente ausente con un lenguaje diferente, acompañado de una mirada y movimientos peculiares, denotando limitaciones en sus relaciones sociales, haciendo énfasis en sus habilidades especiales y talentos, así como en sus rutinas obsesivas.
De acuerdo a lo anterior, este síndrome es muy difícil de identificar en los niños, pues, se tiende a correr el riesgo de pensar que son indisciplinados, hiperactivos, que son muy inteligentes y, por lo tanto, no se comunican mucho con los demás, que tienen gustos o elecciones distintas a los demás niños, entre otras situaciones que no permiten seguir patrones para la identificación de este síndrome de Asperger, además con la falta de conocimiento del mismo de sus características, y manifestación.
Por ello, es importante mencionar algunas de las características más significativas de los niños con este síndrome para tener una idea clara de cómo se comportan los niños. Según De la Iglesia y Olivar, algunas características sobresalientes en el aspecto de las relaciones sociales de las personas con el síndrome de Asperger son: Ingenuidad, honestidad, nobleza, carencia de maldad, intereses ocultos o dobles sentidos, lealtad y fidelidad incondicional, memoria facial y de los nombres de las personas que conocen, incluso aunque haga mucho tiempo que no se reúnen, seriedad, sinceridad, por ejemplo, en los juegos ni mienten ni hacen trampas entre otras.
Sin lugar a dudas con estas características positivas en las relaciones sociales, se puede asumir que el niño es maduro, inteligente, aplicado, pero la dificultad se manifiesta en los aspectos negativos en cuanto a las relaciones sociales como lo afirma Olivar: Tienen problemas para comprender las reglas complejas de interacción social, presentan dificultades para compartir emociones, muestran dificultades para compartir preocupaciones conjuntas con quienes les rodean, tienen deseo de relacionarse con sus compañeros, pero fracasan en sus intentos por conseguirlo, son parcialmente conscientes de su soledad y de su dificultad de relación.
A lo anterior, se le puede sumar que estos niños no presentan dificultades cognitivas severas pues, según APA: no hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognitivo ni del desarrollo de habilidades de autoayuda propias de la edad, comportamiento adaptativo distinto de la interacción social y curiosidad acerca del ambiente durante la infancia.
Conclusión
Como se puede observar, el síndrome manifiesta dos extremos complejos uno la madurez y uso del lenguaje que poseen y dos la exclusión social que el mismo niño asume, aspecto que es muy importante en la vida escolar, pues la interacción con los compañeros es fundamental para el desarrollo y el modo como el niño se va a desenvolver en la sociedad y un niño con este síndrome busca aislarse y él mismo es quien se excluye, situación que hace más difícil el papel de la educación inclusiva y el papel del docente en esta.
Cabe resaltar que la personalidad de estos niños es muy compleja de identificar para padres de familia, docentes y los mismos compañeros, pues, aunque tiene algunas rutinas de conducta, en el proceso de la educación y el mismo sistema aún no tiene la capacidad de disponer profesionales en la salud en las aulas de clase, además la cantidad de estudiantes en la educación pública, no da la posibilidad a los docentes de hacer seguimientos personales y los pocos estudiantes que presentan este síndrome son adsorbidos por el sistema y es poca la ayuda que se les presenta y pueden que nunca reciban un verdadero proceso educativo que los incluya y les ayude a menguar sus dificultades sociales.