Comunicación Interpersonal En Las Empresas

Introducción.

La comunicación se ha convertido en una de las habilidades directivas más importantes. Cada vez más organizaciones fomentan la formación de sus directivos en habilidades de comunicación, tanto interpersonal como institucional. Disponer de directivos que sepan comunicarse de un modo correcto es fundamental para que la organización transmita su marca internamente y externamente.

Muchos profesionales de este sector consideran que, en los próximos años, la clave para lograr que los directivos tengan buenas relaciones con los empleados no consistirá tanto la diseminación de información, sino más bien en la construcción de relaciones comunicativas estables. Y ello implica un mayor esfuerzo comunicativo por parte del directivo, así como una mayor profesionalización del Departamento de Comunicación Interna.

El Departamento de Comunicación Interna fomenta la formación del directivo en habilidades de comunicación interpersonal. En muchas organizaciones, los perfiles profesionales de los empleados son muy diferentes entre sí, lo que dificulta la comunicación interpersonal. Así, por ejemplo, al director médico de un hospital le puede resultar complicado interactuar con el responsable de informática o con el director de contabilidad.

Desarrollo.

Nuestro capital más valioso es el empleado, en esta empresa no hay trabajadores, sino personas, todo nuestro negocio gira alrededor de las personas. Estas son algunas de las frases que están presentes en la comunicación institucional de millas de empresas en todo el mundo. Todas ellas resaltan el rol del empleado como artífice del valor añadido que las opciones ofrecen a sus clientes.

Sin embargo, ¿son las empresas las que han decidido que esto sea así, o es el contexto el que las ha obligado a ello? Si bien es cierto que habría que analizar el caso particular de cada una de ellas, se puede afirmar que la evolución de una sociedad industrial a una sociedad del conocimiento en la que el consumidor tiene cada vez más contacto con las empresas y donde estas se centran en los aspectos intangibles para diferenciarse ha provocado que la “empresa” pase a ocupar un segundo plano, y que la “persona” se convierta en el verdadero protagonista de la organización. Esta nueva realidad convierte al empleado en uno de los protagonistas de la creación de marca.

El proceso de comunicación

En definitiva, El proceso de comunicación es cuando en el mismo una persona se pone en contacto con otra a través de un mensaje:

En su Retórica, Aristóteles nos indica que dentro de la comunicación existen al menos tres elementos claves: el que habla, lo que se intenta decir y el que escucha. También que el objetivo del comunicante es el de persuadir al otro, ajustando los mensajes y pensamientos a la persona o personas a quienes va dirigida la comunicación

De modo muy sencillo, podemos decir que en un acto de comunicación hay como mínimo cuatro componentes básicos e imprescindibles: un emisor, un canal, un mensaje y un receptor. Entendemos por emisor a la persona que inicia el proceso comunicacional y, por ello, es también quien lo da por terminado. Un emisor puede ser una persona o varias, es decir, un conjunto organizado de personas, como pueden ser una empresa, una asociación o un sindicato.

El mensaje es el conjunto de información o contenidos que se quieren transmitir. El canal es el medio por el que se hace llegar el mensaje desde el emisor al receptor. No es lo mismo comunicar en persona que hacerlo por teléfono o mail.

Y el receptor es el destinatario del mensaje que envía el emisor. Lo queramos o no, nos convertimos en receptores por deseo del emisor. Para comunicar, el emisor debe tener un objetivo o un propósito que puede ser el de informar, entretener, corregir, convencer o persuadir. A tales efectos debe codificar su idea en signos y elegir un modo de transmisión, como puede ser el lenguaje oral o escrito, en los diversos idiomas, el morse, el braille, las señales de circulación, las de humo, el lenguaje musical, etc. Todos ellos son ejemplos de códigos diferentes.

Como ya decíamos, el mensaje puede ser transmitido por diferentes canales, hasta que llega a la persona receptora, que lo descodifica y reacciona emitiendo una respuesta.

Barreras y obstáculos de comunicación

El 80% de nuestra jornada la dedicamos a comunicarnos, y las tres cuartas partes de ese tiempo lo pasamos en una comunicación cara a cara. Sin embargo, por lo general, esa comunicación que mantenemos suele ser muy deficitaria. Se calcula que en cada acto de comunicación perdemos de media el 50% de la información, pudiendo incluso llegar a ser mayor.

La pérdida de eficiencia en la comunicación se produce porque entre un emisor y un receptor existen, de manera permanente, una gran cantidad de filtros. Nosotros visualizamos los filtros como una especie de colador o red que va filtrando y distorsionando la información entre dos personas. Son filtros, por ejemplo, el cansancio, la opinión y percepción que tenemos sobre el receptor, el miedo, las preocupaciones, etc.

Conclusión.

Existen filtros tanto en el emisor como en el receptor, en el canal y en el mensaje. Es conocido el famoso ejercicio del mensaje en cadena, en el cual un emisor transmite un mensaje que se va transmitiendo a diferentes interlocutores y es perceptible cómo se va deteriorando de forma sucesiva hasta que llega al último receptor. 

Y si esto ocurre en un ejercicio que tanta gracia nos hace, la realidad suele superar a la ficción y se reproduce en nuestra vida casi todos los días, aunque no solamos ser conscientes de ello, a no ser que las consecuencias sean muy llamativas.

05 May 2021
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