Concepto de la Libertad y Riesgos Para Alcanzarla

Introducción

Cuando en clase se les pregunta a los alumnos, ¿qué es la libertad? Suelen responder que es hacer lo que uno quiere, del modo que quiere en el momento que quiere sin que haya impedimento alguno. La libertad entendida de esa forma es aquella donde no existen las normas ni los límites y, por supuesto, los demás ni siquiera están contemplados. En este sentido, ser libre pareciese que es una cuestión meramente individual, donde los intereses propios son los protagonistas y se ejerce independientemente del resto de las personas. Como docentes, este tema de la libertad tiene mucho que ver con nuestra práctica, puesto que en la medida que nos constituimos como seres libres podemos darles a nuestros alumnos las herramientas suficientes para que ellos también lo sean. Michel Foucault nos invita a reflexionar acerca de este tema de la libertad y nos brinda una perspectiva distinta en donde las personas que nos rodean juegan un papel relevante en el ejercicio de esta, que implica, además, el cuidado de sí mismo y, por ende, de los demás. Es decir, se trata de un actuar ético que es incluyente y deja detrás de sí la banalidad de su entendimiento, que muchas veces puede ser riesgosa y dejar llevarnos por deseos, dominación sobre otros ¿Cuántas veces como docentes no hemos anhelado que los estudiantes obedezcan a cabalidad las normas, piensen como nosotros queremos que lo hagan, que actúen según lo que a nosotros nos parece correcto y si esto no sucede así ejercemos sobre ellos una serie de castigos y reprimendas tratando de forzarlos a ser de determinada manera? ¿Será que esa dominación que tratamos de ejercer en el aula o esa autoridad que queremos imponer nos esclaviza a la vez y limita nuestra práctica?

Desarrollo

Para Michel Foucault, la libertad no tiene que ver con liberarnos de todo aquello que no nos hace bien, de separarnos del mundo para alcanzar una liberación absoluta, de desprendernos de los afectos de los demás, como lo dicen todos esos planteamientos superficiales que actualmente proponen las doctrinas de la superación personal. Él habla de la libertad, como la entendieron los griegos, como un problema ético “Pero la ética, en el sentido como los griegos podían entender el ethos, era la manera de ser y la manera de conducirse. Era un modo de ser del sujeto y un cierto modo de hacer, visible para los otros” (Foucault, 1984, p.263) Es decir, que el ejercicio de la libertad implica todo un cuidado de sí, porque para que una persona pueda ser ejemplar y honorable quiere decir que cuida de sí mismo y al cuidar de sí mismo cuida de los demás y, al mismo tiempo, se constituye como sujeto. Por ello, aquel que persiga apropiarse de los demás o poseerlos para conseguir ciertos fines no es un sujeto libre porque en primera instancia su actuar dista mucho de ser ético. “El hombre que tiene un bello ethos, que puede ser admirado y citado como ejemplo, es uno que practica la libertad de cierta manera” (Foucault, 1984, p.263).

Ejercer la libertad o actuar libremente no implica riesgo alguno cuando el sujeto cuida de sí mismo y para Foucault cuidar de sí mismo no es un acto egoísta, sino que es una forma de tomar en cuenta al otro. Sin embargo, aquel que no es capaz de gobernarse a sí mismo, que no ejerce sobre sí un dominio que le permita controlar sus impulsos, deseos o acciones que puedan lastimar o afectar a los demás, corre el riesgo de querer imponer su ley y su autoridad de manera arbitraria. Entonces puede surgir el abuso de poder “[…] el riesgo de dominar a los otros y de ejercer sobre ellos un poder tiránico, precisamente viene del hecho de que uno no cuida de sí y que se ha vuelto esclavo de sus deseos” (Foucault, 1984, p. 265)

Es importante no perder de vista que el cuidado de sí también tiene que ver con el conocimiento de sí. Saber que es lo que uno mismo requiere para estar bien, procurarse bienestar y preocuparse por sí mismo significa que miramos hacia nosotros sin dejar mirar a los demás. “La preocupación por uno mismo es la actividad que uno mismo ejerce sobre sí” (Garcés y Giraldo, 2013, p.190). Y aquí es donde la bioética cobra importancia y es relevante para poder sustentar esta cuestión del cuidado de sí en relación con los demás. Para Foucault, “La bioética debe liderar la reflexión de nuevos principios y valores de acuerdo con las problemáticas que amenazan la vida de los humanos en la actualidad” (Garcés y Giraldo, 2013, p. 195) Y esta reflexión ética, nos dice nuestro autor, es la práctica reflexiva de la libertad, que implica saber conducir a los otros. El ser humano no sólo tiene un compromiso consigo mismo que adquiere al cuidar de sí, sino que tiene que cuidar a todo lo que le rodea, su entorno. “Valorar lo que el mundo nos ha brindado y en especial la naturaleza corresponde a los seres humanos como seres racionales; el hombre no puede ser egoísta por creerse dueño de la naturaleza, que con sus actos la manipula y la destruye; el hombre debe reconocerse como parte de la naturaleza y cuidar las diferentes formas de vida” (Garcés y Giraldo, 2013, p.195). No obstante, este es un gran problema, los seres humanos no dimensionamos el daño que nos hacemos a nosotros mismos y a la naturaleza, tomamos de ella lo que nos sirve, de forma negligente lo destruimos todo porque toda gira en torno a intereses que no respetan la vida. En la actualidad es alarmante escuchar las declaraciones de los mandatarios de las naciones más poderosas, menospreciar y minimizar el daño ecológico y sus nefastas consecuencias para todos lo que habitamos este planeta. Como docentes, cuesta mucho trabajo incorporar estos temas del cuidado de sí en nuestra planeación didáctica. Se requiere que reflexionemos en serio acerca de la importancia de estos temas en el aula e incorporarlos con urgencia, ya que nuestros alumnos son adolescentes que están formando su criterio propio y es el momento más adecuado para fomentar en ellos el cuidado de sí mismos, pero primero hay que comenzar por nosotros dando buen ejemplo con nuestro actuar, decir y pensar como docente frente a grupo.

Conclusión

Una de las problemáticas más frecuentes en el aula es precisamente que los estudiantes parecieran no estar interesados en las asignaturas y mucho menos en aprender, sin embargo, desde la perspectiva del cuidado de sí, creo que la mayoría de los jóvenes de educación media superior no se conocen a sí mismos, no se cuidan, no se procuran y no se preocupan. Están enfocados hacia el mundo exterior, hacia los demás a través de las redes sociales, pero no de la manera adecuada, no desde un actuar ético. Por ello, la definición que tienen acerca de lo que es la libertad es tan ambigua y tan poco reflexiva que genera en ellos la impresión de que la libertad no es más que hacer lo que a uno le plazca, corriendo así el riesgo de padecer o ejercer abuso de poder. Por lo anterior, los alumnos son vulnerables a ser engañados y sometidos. La libertad se convierte entonces en algo inalcanzable o al menos para ellos la posibilidad de ejercerla se diluye poco a poco, principalmente si se vive en un entorno donde la mayor parte del tiempo el poder se impone mediante la violencia. Como docentes es indispensable reflexionar acerca de nosotros mismos, si estamos ejerciendo la libertad o no, si nuestro actuar en el aula es ejemplar para los alumnos, si me cuido y me interesa cuidar a los demás. Si a partir de la reflexión de la práctica docente advertimos que no estamos ejerciendo nuestra libertad, quiere decir que hemos descuidado o somos indiferentes respecto de nosotros.

27 April 2022
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