Consumismo Y Tipos De Consumidor: Felicidad Comprada
Consumo. Acción tan natural que, desde bebés e incluso antes, realizamos a la vez que generamos residuos en el proceso. Pero ¿Consumir es solo exclusivo en la naturaleza del ser humano? Pues no. Este accionar es parte de los procesos naturales de sostenimiento y reproducción de la vida. Se vuelve un ciclo sin fin. El consumir es una parte del proceso de intercambio de los seres vivos con el ambiente inmediato y mediato (Bauman, 2007).
Sin embargo, actualmente vivimos en la sociedad del consumo. Se ha alterado su naturaleza que es realmente necesaria, pues no hay una manera de existir sin realizar un intercambio con el entorno, hacia una reformulación ficticia de condiciones formales adaptadas como prerrequisito del ser dentro de la sociedad postmoderna. Se estableció como regla socioeconómica que el consumo era la clave hacia el crecimiento, así mismo se da un pase hacia la aptitud irrenunciable para el desarrollo humano.
“La mayoría de las personas buscan lo que no tienen y están esclavizados por las mismas cosas que desean adquirir” nos dice el Primer Ministro de Egipto, Anwar el-Sadat. El consumismo es un mal que nos afecta, llega a causar un desequilibrio en los recursos naturales y como sociedad no somos consecuentes de nuestro accionar. Compramos porque queremos, aunque no sea necesario en nuestras vidas, solo para complacer un deseo superficial. Una vez que lo poseamos nos termina aburriendo o sale el mismo producto, pero “mejorado”. Anhelamos lo nuevo y acumulamos lo viejo para sentirnos más “felices”. ¿Felicidad a cambio de qué?
El consumir, según la RAE es utilizar comestibles u otros bienes para satisfacer necesidades o deseos. De lo contrario, el consumismo es una tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios. Desde estos dos conceptos se plantea lo siguiente: Si bien soy un ser que consume por naturaleza ¿Cómo sé yo que estoy consumiendo desmesuradamente?
Por ese motivo, tenemos que conocer qué tipo de consumidor somos y cuáles significan “peligro”.
- El consumidor Racional. Es el tipo de persona que, primero, analiza las características del producto y poder ver si es adecuado a sus necesidades y condiciones. Este consumidor planifica sus compras, o sea no sale por las tiendas pensando qué va a comprar. Llega a reflexionar con antelación, toma una decisión acerca de su compra y la ejecuta según sus medidas: Tipo de producto, marca y que el precio se encuentre dentro del presupuesto. Cabe destacar que este consumidor consigue ahorrar fácilmente porque planifica.
- El Consumidor Experimental. Esta persona compra productos nuevos y está dispuesto a probarlos. Vincula la experiencia de la compra con las emociones. Le fascina probar productos que desconoce y no es fiel a las marcas.
Ya que el consumo tiene que ver con la emoción, el ahorro es el protagonista. Por ejemplo, si el consumidor experimental quiere irse de viaje a las Maldivas, no va a querer tomar el primer viaje que vea, sino que va a elegir una fecha prudente y así no desperdiciar el dinero tan rápido.
- El Consumidor Sugestionado. Esta persona se ve influenciado por la publicidad que lee, ve o escucha. Termina haciendo compras innecesarias, ya que no reflexiona si realmente es lo que desea. Los consumidores sugestionados son ideales para las acciones de marketing, pues sin duda alguna confían. Pero cabe destacar que sus compras no son de una gran magnitud.
El problema es que son propicios a adquirir una dificultad financiera por esta tendencia consumista. Aunque según diferentes expertos, la recomendación para estos casos es ver si es totalmente necesario el producto. Si la respuesta es “sí”, lo único que se puede hacer es comparar los precios y elegir el más barato posible.
- El Consumidor Impulsivo. El consumidor esta cegado por el anuncio, quiere de inmediato el producto. No es consciente del gasto y si este es poco o mucho dinero. Su deseo es casi irracional por la compra, como una adicción. La facilidad que tienen estas personas, y que es perjudicial, son las tiendas online. ¿Cómo? Pues con hacer simples clics ya tiene una infinidad de productos a su disposición. ¿Autocontrol? Recomendado. Pero como sabemos… Es más fácil decirlo que hacerlo.
Si bien cierta población se puede llegar a sentir identificada con un solo consumidor, en la mayoría existe una combinación de estos 4 perfiles. Aunque debemos reconocer que los medios de publicidad siempre van a dirigirse a los consumidores emocionales (experimentales) o los que son impulsados por el deseo de querer (impulsivos y sugestionados). Además, se contribuye a la idea errada de un éxito a base de bienes: “Mientras más tengo, más feliz soy”. Felicidad tan superficial que afecta nuestro entorno gracias a nuestras acciones. Pero como todo ser humano, esperamos a ver qué pasa para poder reaccionar. Las consecuencias de ser una persona consumista son:
Desde la perspectiva ambiental, en primer lugar; el consumo de objetos con un envasado, en su mayoría de un solo uso abarca el 50% del total de los residuos a nivel mundial. Cabe destacar que anualmente se usan 5 billones de bolsas.
En el 2017, según Algalita Marine Reserch and Education, se halló una isla de plástico, frente a las costas de Chile y Perú. Aproximadamente tiene una superficie de 2.6 millones de kilómetros cuadrados, casi duplicándole la superficie al país peruano.
Según el Ministerio del Ambiente, un ciudadano en promedio usa 30 kilos de plástico al año. Mientras que anualmente se incrementa cerca de 3 mil millones bolsas de este material. Lima Metropolitana y el Callao producen 886 toneladas de desechos plásticos, que abarca el 46% de estos residuos a nivel nacional.
Lamentablemente si seguimos así, según las noticias de la ONU, se estima que para el 2050 exista más plástico que peces en el mar, un 99% de las aves ya habrán sido perjudicados por este material, la basura dañará a la fauna marina, entre otras dificultades que dañarán a las futuras generaciones.
En segundo lugar, el consumo de alimentos provenientes de la ganadería industrial son un factor trágico hacia el Efecto Invernadero, pues emite el 14% de estos gases. Se debe reconocer que el modelo de la ganadería industrial se sustenta en la obtención inmediata que conlleva a la tala de árboles y así producir pasto para engordar al ganado. Según distintos estudios, se estima que para el 2050, el consumo mundial de carne incremente en un 75%, cifra insostenible para el mundo.
Por último, la industria textil es considerado como el segundo contaminante del planeta, ya que emite el 10% de carbono, según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Cada año se produce 100 mil millones de prendas de ropa. El problema es que existe un “fast fashion”, pues impulsado por la moda, se consume una mayor cantidad de vestimentas, pero que el tiempo que lo usamos es menor, ya que llega otra tendencia “mejor”. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, se eliminan 15 millones de toneladas de ropa que acaba en los desagües norteamericanos o en el fondo del mar con posibles microplásticos, si es que el material es sintético.
El agua cumple un rol destacado en esta producción, pues solo para los jeans se necesita, como minino, 3781 litros de agua y para producir algodón se utiliza más de 10 000 litros de H₂O. Con toda esa cantidad se podría hidratar una persona durante 10 años.
Desde la perspectiva personal, una persona que es adicta a las compras, psicológicamente se siente desgraciadas si no consiguen el objeto que desean o la experiencia que quieren. Pero cuando poseen lo que tanto anhelaron, se sienten insatisfechos, porque ya desean otro producto y/o experiencia que el actual no puede complacer.
Otra complicación, y esta referida a cierta población, es a las personas con obesidad, depresión o alguna otra patología. Los anuncios engañosos nos ofrecen un consumo más sensorial, pues nos dan distintos tipos de productos y que se debe consumir en abundancia, para llegar a ser más “delgadas”, para llegar a eliminar cualquier pensamiento alusivo a la tristeza y sentirnos bien, entre otros.
Conclusión
En conclusión, el consumir es algo natural en cada ser y que nos permite una unión con el ambiente. No obstante, el consumismo es el enemigo que tenemos que evitar en nuestras vidas, pues creamos problemas ambientales, tales como la contaminación del plástico, la industria ganadera y textil, entre otros. Psicológicamente, nos dejamos llevar por la publicidad de una empresa que solo busca crecer sus bienes. Nos volvemos más individualistas, ya que cada uno se preocupa por su bienestar y no por el prójimo.
Referencias
- Lara González, José David (2009). CONSUMO Y CONSUMISMO. ALGUNOS ELEMENTOS TRAZA SOBRE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS EN MÉXICO. Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 21(1). [fecha de Consulta 8 de agosto de 2020]. ISSN: 1578-6730. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=181/18111521024
- https://dle.rae.es/consumir?m=form
- https://dle.rae.es/consumismo?m=form
- https://www.publico.es/ahorro-consumo-responsable/conoce-a-los-diferentes-tipos-de-consumidores/
- http://www.minam.gob.pe/menos-plastico-mas-vida/cifras-del-mundo-y-el-peru/
- https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/consumismo/
- https://www.peru-retail.com/cinco-razones-por-lo-que-la-industria-textil-es-una-de-las-mas-contaminante-del-planeta/
- https://negocios.uncomo.com/articulo/consecuencias-del-consumismo-16934.html