Convivencia Intecultural en la Película Quiero Ser como Beckham
La mayoría de las películas intentan representar aspectos de nuestra vida cotidiana, así como la forma en la que nos relacionamos los unos con los otros o las diferentes culturas y tradiciones a las que cada uno pertenece siempre enfocándolo desde un punto de vista concreto, como, por ejemplo, analizando el choque cultural que supone para una persona que se acaba de mudar a un país que no es el suyo o cómo llevan su relación dos personas de dos clases sociales diferentes. Un muy buen ejemplo de análisis cultural donde intervienen además los prejuicios y el incumplimiento de las tradiciones es la película Quiero ser como Beckham en la que, principalmente, se trata el tema del fútbol femenino y lo que este implica para las mujeres y sus diferentes tradiciones.
La película aborda tanto la cultura inglesa como la india haciéndonos ver de esta forma también las diferencias entre ambas culturas y no tan solo la manera en la que estas tratan a las mujeres, en este caso, futbolistas. Aquello que más podría chocarnos es, a mi parecer, las tradiciones indias y el papel que la mujer juega en estas, ya que cómo podemos ver, la venidera boda de Pinky (hermana de la protagonista Jess) es de gran importancia para la familia y todos deben implicarse en ella, especialmente su hermana Jess. Aunque para esta lo más importante es jugar al fútbol con su equipo femenino, sus padres no quieren saber nada sobre eso, puesto que, para ellos, eso no es lo que una chica debe estar haciendo y menos delante de los hombres. Aquí es donde más podemos observar la imposición de la cultura india que se adentra tanto en la vida de la protagonista que ni siquiera le deja llevar una vida normal, sino que le obliga o bien a mentir a su familia o bien a resignarse y hacer lo que esta y sus tradiciones digan.
Por otra parte, tenemos a la familia de Jules en al que podemos ver que la madre, aunque sin percatarse, adopta la misma postura que la madre de Jess delante de su hija; esto es, que le repite una y otra vez que jugar al fútbol no es algo que una chica debería hacer, que no entra dentro de los estándares femeninos. En este caso la diferencia que podemos percibir es que la madre de Jules sabe que su hija juega en un equipo femenino y que las formas de prohibirle seguir con eso muchas veces son más sutiles que las de la madre de Jess, pero bastante más crueles, a mi parecer.
Por tanto, como conclusión, podemos afirmar que las desigualdades e injusticias hacia las mujeres que pretender realizar “actividades de hombre”, como es el fútbol en este caso, traspasan las barreras culturales y, con ello, nos hacen ver que realmente no somos tan diferentes entre nosotros en cuanto a ciertos aspectos de la vida. Además, también es algo general, según vemos en la película, ver a una chica como “poco femenina” o asumir que es lesbiana solo por jugar al fútbol, prejuicios que hoy en día siguen existiendo y que, sinceramente, no albergan ningún sentido. También es importante añadir que las protagonistas Jess y Jules se trataban como un igual lal una a la otra sin importarles sus orígenes y cultura, como sí lo hacían sus familias. Esto nos hace comprender, por tanto, que la convivencia intercultural es posible siempre y cuando seamos capaces de comprender y aceptar la cultura del otro como igual a la nuestra y olvidarnos de los prejuicios hacia lo ajeno.