Creencias De Los Desórdenes Mentales A Través Del Tiempo

.Las personas a lo largo del tiempo han ido evolucionando en cuanto a las creencias de los trastornos mentales se refieren, desterrando la ignorancia que se tenía anteriormente sobre esta enfermedad hasta llegar a investigaciones científicas, las cuales a su vez permiten un abordaje más fundamentado sobre el tratamiento que deben seguir las personas con algún tipo de desorden mental. Así, en la actualidad se han estudiado las distintas causas, factores que provocan un trastorno mental, pero para llegar a esta concepción, se tuvo que pasar por un largo período de postulaciones desde las más primitivas, que creían que estas personas estaban poseías por un espíritu maligno, llegando a las primeras investigaciones que daban una luz más clara sobre lo que realmente hacía que una persona se comporte de una manera u otra.

En un inicio las culturas antiguas y primitivas asignaban la locura a dioses, demonios o espíritus malignos, algo que dio lugar a que los tratamientos para los “locos” sean crueles e inhumanos; les hacían penetraciones craneales pues su objetivo era dejar que salieran los demonios, además, los exorcizaban, torturaban y los aislaban de la sociedad, haciéndolos ver ante la sociedad como personas peligrosas.

De esta manera la sociedad empieza a etiquetar a aquellas personas, incrementando el rechazo y la exclusión. Los estereotipos se vuelven cotidianos asimilando a los desórdenes mentales con violencia, debilidad de carácter e impredecibilidad, esta creencia es fuerte hasta el siglo IV a.C, pues desde ahí empieza una interpretación nueva acerca de las enfermedades mentales, con él la teoría humoralista de Hipócrates, un médico griego que manifiesta que la conducta de los individuos se debe a causas y procesos mentales.

Según Hipócrates los desórdenes del comportamiento se debían al desequilibrio de los cuatro fluidos o “humores básicos” que están en el cuerpo humano, siendo estos: la flema, la bilis negra, la bilis amarilla y la sangre. En el siglo II d.C Galeno también aceptaba el carácter natural de las enfermedades mentales, así, la tradición galénica las dividía en: manía, producida por un exceso en la bilis amarilla o sangre expresándose en alucinaciones y la melancolía originada por el exceso de la bilis negra manifestándose en depresión.

La clasificación de los humores se mantuvo durante el Imperio romano, siendo ellos los que fomentaron las primeras manifestaciones de la salud pública, pero en la Edad Media existe un retroceso hacia la explicación de los desórdenes mentales, pues, la Iglesia es la que empieza a tomar el control sobre aquellas personas que tenían este tipo de trastorno, lo que trajo como consecuencia que el tratamiento quede enclaustrado entre la exclusión y el temor ante la presencia de un Dios. Esta concepción religiosa hizo que se limitara la comprensión de las perturbaciones mentales, y se condicionara a estas personas a un cuidado alejado del sector de salud pública, motivo por el cual este tipo de posesión sobrenatural debía ser tratada por el sacerdote o médicos convertidos al cristianismo.  

En el siglo XX, en 1930, aparece la primera institución para los enfermos mentales en Inglaterra, es en este lugar donde los internos fueron encadenados, azotados, golpeados, se les practicaba purgas, es decir, los trataban de una manera deplorable. Por otro lado, la idea de los trastornos mentales comenzaba a visualizarse hacia una parte más científica y de experimentación, de este modo, en 1976 Wundt, crea el primer laboratorio experimental, siendo necesario, pues se ve una nueva perspectiva para abordar el tema de las enfermedades mentales. La teoría del origen de la especies de Darwin en la que se manifiesta la importancia de la selección natural y las características individuales se vuelve otro punto clave para que las concepciones anteriores de trastornos mentales desaparezcan.

Lo que daría fin al discurso de la locura, está relacionado con el nacimiento del psicoanálisis, donde Freud manifiesta que la conducta de una persona se desenvuelve a nivel inconsciente, la aparición de pruebas mentales desarrolladas por Catell, Galton, Binet que buscaban medir las diferencias individuales psicológicas del ser humano y la reincorporación de la medicina en el tema de enfermedad mental ya que yacía bajo ella un desorden de carácter orgánico.

Aunque es importante recalcar también a figuras emblemáticas de la psiquiatría del siglo XVIII, como son: Vincenzo Chiarugi y Philippe Pinel, quienes dieron inicio a un trato humano con los enfermos mentales, Chiarugi introduce el componente “psicológico” a la enfermedad mental, pues descartó que esta fuera hereditaria, mientras que Pinel se inclinó al aspecto psicológico priorizando los aspectos emocionales en la parte terapéutica.

A inicios del siglo XXI, con la mayor necesidad de resolver la inquietud de los factores que influyen en el comportamiento de una persona con trastorno metal se hace evidente conocer no solo acerca de su definición sino también de profundizar en el tratamiento y su inclusión como un problema de prioridad en el ámbito de la salud, sin olvidar las implicancias que tiene en la sociedad ya que las etiquetas que se le asignaron a los sujetos con algún desorden mental hicieron que perdieran su oportunidad de vivir en una comunidad, al ser discriminados, la excluidos y el aislados del contacto con el resto de seres humanos.

Conclusión

Los trastornos mentales han tenido que pasar por diversos tipos de ideologías hasta llegar a una verdad más empirista. Desde sus inicios al no tener muchas fuentes de información, la ignorancia de la sociedad en ese entonces hizo que se creyera en la posesión de demonios o espíritus, luego se pudo ver que con el paso de los años y mayores investigaciones los trastornos mentales estaban vinculadas con aspectos psicológicos y biológicos del individuo. A pesar de ello, las personas que vivieron en esos tiempos tuvieron que pasar por torturas y otras situaciones inhumanas para tratar de curarse.

Bibliografía

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17 August 2021
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