Crimen y Castigo: Cambio Ideológico En Las Posturas Sociales Y Políticas De Dostoievski
La obra Crimen y Castigo (1866) escrita por Fiodor Mijailovich Dostoievski permite al lector encontrar distintas características que le otorgan cierta complejidad en comparación a algunas novelas. Uno de esos elementos que eleva la calidad de la obra a otro nivel literario es el manejo de un cambio o ruptura ideológica, siendo este el tema central de este ensayo. Una ruptura es la interrupción de algún proceso o estado en cualquier ámbito, por lo tanto, si en la obra existe una ruptura ideológica, lo más probable es que esta tenga cierta representación en algunos personajes que reflejan el cambio ideológico del autor desde su experiencia personal y finalmente la decisión que la sociedad rusa debe tomar desde el análisis de Fiodor en la novela.
El joven Rodion Románovich Raskolnikov resulta responsable del osado asesinato de una usurera de avanzada edad debido a notables problemas económicos. El protagonista expresa un desacuerdo profundo ante la poca aportación de la prestamista en la sociedad. Por ello, con fines de cooperación humanista, comete el homicidio. Repentinamente la hermana de la usurera aparece en la habitación desconcertando al joven y obligándolo a tomar la decisión de asesinarla igualmente. Por ello, la culpa se vuelve el castigo que sobrellevaría durante la trama, llevándolo a esconderse de la ley y, eventualmente, rendirse ante los efectos psicológicos de esta.
En primer lugar, desde la experiencia del autor podemos notar ciertos rasgos similares al protagonista de la novela. Ambos sufren un castigo en sus vidas provocado por acciones con cierta determinación. De alguna manera no son comparables frente a la penalidad de estos, sino que son equiparables respecto al cambio que generan en las vidas de ambos. Los múltiples castigos generaron un cambio sustancial en la postura ideológica de Dostoievski y, posteriormente, en la representación de su personalidad audaz en el protagonista.
En consecuencia, la narración omnisciente dirige nuestra atención al protagonista de la obra. Raskolnikov muestra una postura fuertemente influenciada por el Nihilismo. Esta ideología de origen europeo se caracteriza por el incumplimiento de las leyes no escritas de la moral y la sensación de ser invencible. Por ello, él considera tener la capacidad de dividir la sociedad en dos grupos: los seres ordinarios y extraordinarios.
Desde las definiciones de Rodia, un ser extraordinario representa todo aquel ser capaz, ajeno a la moral o la ética y confiado en sus habilidades para conseguir un objetivo o logro. Rodia describe al hombre extraordinario como un individuo que “(…) tiene derecho, (claro que no un derecho oficial), a autorizar a su conciencia a saltar por encima de ciertos obstáculos y únicamente en el caso en que la ejecución de su designio (…) así lo exigiere” (Dostoievski, 1866, p. 374 – 375). Menciona igualmente “(…) aún los capaces de decir algo nuevo, vienen obligados, por su naturaleza a ser criminales sin remisión” (Dostoievski, 1866, p. 375).
Por otra parte, él considera a un ser ordinario como todo aquel ser común destinado a la procreación, sin distinción condenado a “vivir en la obediencia” (Dostoievski, 1866, p. 374) y que “no tienen derecho a infringir las leyes” (Dostoievski, 1866, p. 374). Entonces, es deducible que el autor nos intenta demostrar mediante esta división social las características de ambos seres que después buscará clasificar en las ideologías que entraron en el combate ideológico para así mostrar su postura.
En consecuencia, es posible que el autor juzgue temas de trascendencia y actualidad en su contexto inmediato a través de la encarnación de las ideologías occidentales y tradicionales en personajes importantes en la trama. El nihilismo europeo encarnado en Svidrigailov y el tradicionalismo ruso encarnado en Sonia. Con ello, Dostoievski busca representar su experiencia personal durante la metamorfosis ideológica que sufrió mientras cumplía con una condena en Siberia a partir de una encarnación propia en el protagonista Raskolnikov. Es así como los dos personajes ideológicamente representados influencian de forma independiente al personaje principal. Es debido a esto que él intentará prevenir a toda costa que la sociedad imperialista rusa sufra la misma metamorfosis que resistió difícilmente el autor.
Desde el análisis de los personajes, el autor procura sostener una posición negativa ante la ideología nihilista. Con el fin de buscar el bien común de la sociedad, el colectivo intentaría adaptarse a la vanguardia ideológica a toda costa tomando actitudes similares y ruines. Entonces, Svidrigailov representa la idea de un ser nihilista que Rodia llego a admirar. Él consideraba que tendría la capacidad de transformarse y adaptarse al nihilismo lleno de egoísmo y engreimiento, como en su momento lo intentó el autor. Dostoievski personifica el nihilismo europeo de -vanguardia- desde una perspectiva personal. Exterioriza un individuo con experiencia en el control de una vida doble e independiente donde esconde su remordimiento por la violación de una joven muda de 15 años y 2 “feminicidios” nombrados en la trama (esposa y sirvienta).
En contraparte, Sonia representa la idea de un ser lleno de fe y generosidad. La joven devota encuentra en la prostitución la manera de mantener a su familia a pesar de que la profesión sea mal vista por la generalidad. Por lo que a Rodia respecta, existen ciertas cualidades de la joven, como la protección y solidaridad, que cautivan lentamente al protagonista y se ven representadas en la ideología oriental ortodoxa. Estas se sobreponen a la detracción general hacía aquella labor. Él encuentra en la chica la protección y el esfuerzo por un mejor futuro que nunca había conseguido. Ligado al respeto que Raskolnikov tenía por los principios religiosos de Sonia, este -abre sus puertas- lentamente al amor que iniciaría con la chica para posteriormente restablecer un lazo con Dios.
Este conflicto ideológico es personificado desde la razón y la fe de nuestro protagonista, el autor contrasta las distintas repercusiones que ambas corrientes traerían consigo al ser tomadas por la sociedad rusa que se representa a través de la psique de Rodia y, por consecuencia, la del mismo Dostoievski. No obstante, en la trama del libro al ser descubierto y tener una oportunidad de escapar de este castigo confuso, Rodia comprueba los alcances de la moral y de la conciencia. El autor muestra un simbolismo de victoria cuando Sonia obsequia a Rodion una cruz, representativo de la religión que ella seguía. Después de aceptar el regalo, él acepta el castigo que se le impuso por el crimen cometido con la motivación que significaba una vida con Sonia.
A pesar de haber aceptado el castigo, Dostoievski esclarece que el cambio ideológico es alcanzable únicamente con sacrificio. Raskolnikov entra a prisión, específicamente en Siberia, donde sufre la metamorfosis ideológica en su totalidad. El narrador omnisciente describe una de las noches posteriores a la captura de Raskolnikov: “Por otra parte, aquella noche era incapaz de pensar demasiado, de concentrar su pensamiento en un objeto cualquiera, de resolver una cuestión con conocimiento de causa; no experimentaba más que sensaciones. La vida había sustituido al razonamiento.” (Dostoievski, 1866, p. 727). Dostoievski fue hecho prisionero y estuvo al borde de la muerte por pertenecer a un grupo de opinión de posturas utópicas. Por ello, al ser encarcelado en Omsk, Siberia y quedar condenado a trabajos forzados, el reconsidera las que serían las posturas ideológicas personales de su obra posterior.
A través de los finales de cada uno de los personajes se puede entender que sus últimas etapas terminan por mostrar la tajante opinión de Fiodor sobre la problemática y que decisión cree él que aporte más al desarrollo de la cotidianidad de la sociedad rusa. Svidrigailov sucumbe ante la presión y la imposibilidad de ser un hombre extraordinario. Por otro lado, Sonia convence y ocasiona que Raskolnikov con los rasgos hogareños y motivacionales que la caracterizaban. Esto marcó la decisión del personaje principal y, finalmente, una postura religiosa e ideológica de Fiodor.
Finalmente, podemos notar que, a partir de la influencia de los personajes sobre el protagonista, el autor personifica la manera en que él sufre aquella transformación. De manera que presenta humanamente cuales serían los pasos que habrían de sufrir los ciudadanos de la sociedad rusa al tomar esta difícil decisión. Dostoievski necesitó de un castigo, como los trabajos forzados en Omsk en Siberia, para dejar atrás el ateísmo y nihilismo que lo caracterizaban. Posteriormente tomaría el camino de la religión ortodoxa para encaminar su vida y así sufrir el cambio ideológico final que le daría el estilo singular por el cual su obra fue exitosa.
Referencias y fuentes de consulta
- Dostoievski, F. 1866. Crimen y Castigo. 1ºed. México: Editorial Austral.
- Avilés Farré, J. 1996. La novela como fuente para la historia: el caso de Crimen y castigo (1866). Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, H.’ Contemporánea, t. 9, págs. 337-360.
- Linares, B. J. 2008. El nihilismo en Crimen y Castigo de Dostoievski. p. 21 – 39
- Davoine Morales, V. (2014). El cambio de paradigma ideológico en Dostoievski. Recuperado de: http://revistamito.com/el-cambio-de-paradigma-ideologico-en-dostoyevski-y-en-uno-de-sus-hijos-literarios/