Crisis del Estado de Bienestar y Gestión de Recursos
Hoy en día en nuestra sociedad globalizada y tecnológica suceden cambios sociales, políticos y laborales que afectan en mayor y menor grado a nuestra sociedad, así como también las oportunidades y condiciones distintas para cada persona y que hacen la diferencia si este va a tener mayores o menores oportunidades de desarrollo que determinaran su vida futura. Es por eso que el Estado juega un papel importante en esa creación de oportunidades para los ciudadanos con el tan elogiado y a la vez criticado ESTADO DE BIENESTAR.
El Estado del Bienestar también conocido como estado benefactor, de providencia o sociedad de bienestar es la intervención del Estado dirigida a mejorar el bienestar de la población, nació para proveer servicios esenciales en cumplimiento de los derechos sociales de una sociedad, tiene como objetivo reducir la desigualdad económica y social.
Este modelo de organización socioeconómico fue planteado en Europa y acuñado por primera vez en el Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial para responder a los diferentes cambios socioeconómicos de aquel entonces. El estado de bienestar supo dar respuesta a la crisis de los años 30 sin embargo no pudo responder a la crisis del petróleo de 1973, las medidas del estado Keynesiano se mostraron incapaces de devolver la estabilidad económica, por lo que se comenzó a escuchar críticas sobre sus limitaciones, así el Estado de Bienestar entro en un proceso de rápido deterioro a causa de varios factores.
El Estado de bienestar se hunde porque se convierte en impagable por el déficit de recursos del Estado, por las demandas que tiene la población cada vez de forma más creciente y continúa ya que la población piensa que el Estado es un productor de bienes sociales sin fin, por la de burocratización de los servicios de manera que resultan cada vez más caros y menos eficientes, a la vez que marginaliza a una parte de la población que se acostumbró a vivir por generaciones de la ayuda social como resultado de un exceso de la intervención pública. Por otro lado desde un punto de vista político los partidos políticos lo han utilizado como promesas de grandes cambios en mejora de bienestar de los ciudadanos en sus campañas electorales pero estas “promesas” no se encuentran avaladas por el Estado que supuestamente realizaran estos cambios, esta situación se produce cada vez más hoy en día en nuestro contexto globalizado.
Ahora ideológicamente hay una crisis por el crecimiento incontrolado de las presiones sociales según el pensamiento liberal ya que cada vez más hay más beneficiarios, por ejemplo si damos una mirada al escenario latinoamericano tenemos que: “En solo una década el porcentaje de latinoamericanos receptores de subsidios condicionados ha aumentado en un 73%. Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 132 millones de personas estaban registrados en 2013 como beneficiarios de algún programa de transferencias condicionadas, frente a los 29 millones de 2002.” (Sánchez, 2017)
En esta misma dirección también hace su aparición la pérdida de confianza hacia este modelo de bienestar por su lento funcionamiento y su ineficacia hacia las necesidades de la población. El Estado es criticado duramente por la población por el despilfarro de recursos sin hablar de los actos de corrupción por parte de los políticos. Un ejemplo muy claro de esta situación es nuestro país que al parecer no se puede ver desarrollo si no hay un crecimiento económico, se resalta así un desafío de convertir la riqueza en bienestar, si bien es cierto que Perú se encuentra dentro de los países que más ha progresado y transformado su riqueza en bienestar en los últimos años como lo dice: “El ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva, informó que en el año 2019 la economía peruana liderará el crecimiento económico entre los países de la región, con un 4,2%, superando así a Chile, Colombia, Brasil y México.” (Finanzas, 2018) Este no garantiza la calidad de los programas sociales que ha creado el Estado Peruano ni tampoco el bienestar de los más necesitados, cada vez hay más desconcierto sobre estos programas por parte de la población. Como lo dijo Santiago Levy, “el Gobierno debería revisar y actualizar los padrones de beneficiarios para reducir el nivel de filtraciones.” (Mariluz, 2016)
Uno de los casos más llamativos y preocupantes es el del Programa Vaso de Leche según la Encuesta Nacional de Hogares, seis de cada 10 familias que reciben este subsidio alimentario no deberían hacerlo, ya que no cumplen con el requisito principal que es ser pobre. Es así que en casi todos los programas sociales que tiene el Perú tienen como principal problema el de beneficiar a personas que no lo necesitan que muchas veces ingresan por ser amigos de políticos, gente que bien podría pagar sus propias necesidades ya que contarían con los recursos suficientes socioeconómicamente hablando y como consecuencia directa de esta mala administración se deja de ayudar a los que realmente lo requieren, la corrupción afecta la labor de los programas sociales. Como ya lo dijo la exministra de Desarrollo e Inclusión Social, Liliana La Rosa, “manifestó que la corrupción afecta a los programas sociales, y perjudica la vida de miles de personas que se encuentra en situación de pobreza y pobreza extrema. Sostuvo que la corrupción no solo significa pérdidas económicas sino que pone en cuestión la viabilidad de nuestro país, y también pone en cuestión la confianza de la población.” (Social, 2018)
Ahora bien desde otro punto de la sociedad nos topamos con un factor social, que el Estado de Bienestar se estableció en la concepción de la FAMILIA. Años atrás la seguridad social y el pleno empleo que brindaba el Estado de Bienestar fue exclusivamente concebido para la población masculina quien tenía a su cargo a su familia. Hoy en día este tradicional modelo se ha ido modificando donde se ha experimentado transformaciones, por ejemplo en el mercado laboral actual se generado una dualizacion donde se encuentra población con alta calificación laboral pero a la vez con escasa calificación que tristemente en esta se encuentra la mayor parte de la población, muchos de ellos encontrándose laborando en situación de precariedad siendo así que el modelo de Estado de Bienestar no tenía contemplada la protección de este crecimiento, ya que solo contemplo la protección para el inicio del ciclo de la vida y el fin de esta, y quedo en el vacío la formación y protección de los trabajadores a lo largo de su existencia.
Tampoco contemplo la incorporación de la mujer al ámbito laboral para contribuir en la familia al igual que la población masculina dado que los salarios se han reducido y como resultado de estos cambios sociales la estructura familiar también se ha ido modificando. La mujer ya dejo de estar solo al cuidado de los hijos sino que también hay una necesidad de crecer laboralmente, como persona para su satisfacción. Por ejemplo El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), reveló que en el Perú, cada año más mujeres entran al mercado laboral. “Más mujeres trabajan porque cada vez más mujeres estudian y se gradúan, porque quieren aportar al desarrollo de su familia, del país y, sobre todo, al suyo propio”, señaló la Ministra del sector, Sylvia Cáceres Pizarro. (Empleo, 2019).
Nadie puede poner en duda que el Estado de Bienestar ofreció una oportunidad de igualdad a los ciudadanos luchando contra la pobreza, pero los tiempos han cambiado, las realidades de hace 50 años se han modificado rotundamente y este modelo de Estado de Bienestar tiene que ajustarse al contexto económico mundial de este mundo globalizado y este es un reto que tiene que lograr pero sin dejar los valores que tomo como cimiento desde sus inicios (justicia social, solidaridad, igualdad, libertad, participación etc.)
Si bien es cierto el crecimiento económico es importante pero no debe ser la principal meta a plantearse, también se tiene que cambiar la desigualdad en todos los ámbitos. No olvidar que este modelo de Estado de Bienestar representa los valores culturales y sociales de cada país, de cada estado del mundo.
Lo que se necesita y sobretodo en nuestro País es una intervención acertada de nuestro Estado, con buenas políticas, con una buena administración de los recursos, con una buena organización que nos lleven a un desarrollo no solo económico sino también social donde si bien no podremos eliminar toda la pobreza tenemos que reducirla lo más que se pueda y así abrirse camino para mejorar las condiciones de vida de las próximas generaciones que con una buena base en la educación es más que seguro que el cambio se puede llegar a lograr en un gran porcentaje. Asegurar un futro para los más jóvenes y una calidad de vida para la población adulto mayor. Necesitamos que las políticas sociales dejen de ser asistencialista para dar paso a un enfoque productivo, en que la educación y el empleo aseguraren que las poblaciones más excluidas cuenten con una mejor posición competitiva para superar la pobreza.
Bibliografía
- Empleo, M. d. (13 de Marzo de 2019). Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Obtenido de Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo: https://www.gob.pe/institucion/mtpe/noticias/26489-mtpe-cada-vez-mas-mujeres-se-suman-al-mercado-laboral
- Finanzas, M. d. (20 de Diciembre de 2018). Ministro de Economía y Finanzas. Obtenido de Ministro de Economía y Finanzas: https://www.mef.gob.pe/es/noticias/notas-de-prensa-y-comunicados?id=5848
- Mariluz, O. (26 de Septiembre de 2016). RPP Noticias. Obtenido de RPP Noticias: https://rpp.pe/economia/economia/el-35-del-gasto-en-programas-sociales-no-llega-a-los-que-lo-necesitan-noticia-997672
- Sánchez, A. B. (20 de Junio de 2017). Estudios de politica Exterior . Obtenido de Estudios de politica Exterior : https://www.politicaexterior.com/latinoamerica-analisis/un-estado-del-bienestar-para-america-latina/
- Social, M. d. (01 de Octubre de 2018). Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. Obtenido de Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social: https://www.gob.pe/institucion/midis/noticias/19608-ministra-la-rosa-advierte-que-corrupcion-afecta-lucha-contra-la-pobreza-y-labor-de-programas-sociales