Cuando El Confucionismo Retrasaba El Avance

La reforma habla fundamentalmente de naturaleza moral. La estabilidad y la armonía de la sociedad, tanto en la familia como en un grupo mayor, dependía de las cualidades morales de los individuos que formaban la sociedad en cuestión. Confucio apreciaba la tradición y el respeto a las costumbres y ritos antiguos, y pensaba en términos de la estructura jerárquica de la sociedad feudal. Para él, la familia era la sociedad básica, y el Estado ideal era precisamente la familia. Pero la posibilidad de una reforma moral y educativa de la población partía de la aceptación de dos supuestos: 

En primer lugar, reconocer que el hombre es bueno por naturaleza, nace con la necesaria capacidad para distinguir entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto, y tiene inclinación natural hacia la virtud, aunque también el hombre podía volverse malo, y para evitar eso había que educarle en el cultivo del bien y de la virtud; en segundo lugar, aceptar que los criterios morales no son puramente convencionales sino que son reconocidos por el hombre y no producidos por él. 

De hecho, las normas y valores éticos tenían para Confucio una base metafísica, emanaban del cielo, de un señor supremo universal, aunque no de seres espirituales o espíritus de los antepasados o de vidas después de la muerte. Confucio, “después de aceptar los ideales morales tradicionales, los puso en el universo y posteriormente los tomó del cielo”. El hombre es, pues, moralmente bueno, y la sociedad bien organizada y el hombre se encontraban siempre en armonía con el universo y con el cielo. Para el confucionismo privaba la idea de que hay que hacer lo correcto simplemente porque es lo correcto, practicar la benevolencia o el amor sin un sentido utilitario, buscar el beneficio general como forma de lograr el particular.

Ya en el año 136 a.C. el emperador Wu de la dinastía Hau le confirió tal estatus, con lo cual se convirtió, con algunos cambios y modificaciones, en la base de las tradiciones sociales de ese enorme pueblo; en el siglo IX, Han Yu, de la dinastía T’ang, por su parte, reafirmó el confucionismo como filosofía oficial del Estado; y el neoconfucionismo se manifestó con fuerza incluso hasta los períodos Ming y Manchú, (1619-1692). Ahora de nuevo, esa Nación retoma las ideas morales y los valores del confucionismo y los coloca a la base de una inmensa y masiva campaña de educación cívica que busca el retorno a las ideas tradicionales.

Se trata de ocho mandamientos dados a conocer oficialmente con el propósito de re inspirar a una sociedad que ha transformado a ritmo vertiginoso los valores éticos tradicionales de las enseñanzas confucionistas. El impresionante crecimiento de la economía china con las reformas del libre mercado introducidas progresivamente a partir del fin de la era maoísta ha traído consigo los beneficios de una mayor riqueza, pero también los males del egoísmo y la corrupción.  

22 October 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.