El Libre AlbedrÍo Visto Durante La Historia

EL LIBRE ALBEDRÍO VISTO DURANTE LA HISTORIA

 

En la actualidad el concepto de libertad suele venir unido a la disponibilidad de poder actuar en conciencia y sin que otro intervenga diciéndote si hacerlo está mal o bien. Pero no siempre ha sido así. Es por eso que en el presente capítulo se tratará el concepto de libertad en base a la filosofía (filósofos como Aristóteles y Kant), el Cristianismo, el pensamiento Liberal y la Ilustración.

Empezaremos explicando la etimología de la palabra libertad, que su origen lo encontramos en el latín «libertas», «libertātis». A su vez, la Real Academia Española lo define como un estado de la persona que no es esclavo o que no está sujeto a otro de forma coercitiva. Como vemos la forma más básica de libertad. [1: Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, 23va ed., s. v. ‘ libertātis.’ ]

Libertad como Filosofía.

La libertad forma una parte de los presupuestos del ser humano, que junto a la dignidad humana construye la esencia de los derechos de la persona, dentro de su ámbito legal como personal.

La libertad ha sido una de las principales preocupaciones del pensamiento filosófico clásico, y en aquella temporalidad encontramos exponentes como Aristóteles y Tomás Moro, que son quienes forman parte de la base del pensamiento filosófico liberal e inspiraran a John Locke y Emmanuel Kant.

Una de las concepciones más antigua del termino libertad, y en algunos casos la más recurrente (como vimos es parecida a la definición de la R.A.E.), es la romana, la cual se entiende como la facultad natural en virtud de la cual el hombre puede hacer lo que quiera y como quiera, salvo que lo prohíba la fuerza (de otro ser) o el derecho (el Estado). Ahora bien, se trata una noción bastante limitada, pues a pesar de ser una de las ideas básicas de libertad, encuentra en sí una limitación directa en la fuerza de un agente exterior a uno mismo. Pero el concepto filosófico de libertad es solo la capacidad natural del hombre de hacer, con lo cual se deriva que es intrínseca en la condición de ser humano, se contempla como la capacidad de obrar y de decidir en la manera en que se desee, en el momento que uno crea conveniente. [2: Montanelli, Indro, Historia de Roma, Barcelona, DeBolsillo, 2003, p. 284.]

Desde este punto de vista, o conceptualización, la libertad es presentada como convicción individualizada, no insensible de la naturaleza humana, sino como autodeterminación positiva de actuar de una u otra forma.

Para Aristóteles, la idea de libertad proviene y, a su vez, está ligada a la esencia del ser humano. La libertad aristotélica reconoce a la persona la capacidad para decidir libremente y de manera racional frente a una amplia gama de opciones previamente ofrecidas, y de esto se sigue la libertad de actuar según la decisión que el individuo haya podido tomar. [3: Aristóteles, La política, trad. de Pallí Bonet, Julio, España, Bruger, 1974, p. 78.]

En su obra clásica intitulada La política, planteó que el hombre es político por naturaleza y, por ende, debe ser libre, es decir, no estar sometido a la potestad de alguien más, por lo que la persona sujeta a la esclavitud o cautiva no tiene esa naturaleza por estar impedido para participar en la vida social mediante la expresión de sus propias ideas y decisiones.

La libertad en el sentido socio-político se opone a la esclavitud, indicando la pertenencia física o no de un hombre frente a sí mismo, lo cual trae consigo grandes ventajas y beneficios sociales para quien posee a otro.

Por otro lado Kant, empieza hablando de voluntad antes de libertad, siendo ésta última una propiedad de la causalidad de voluntad, ya que él entiende a la voluntad como una especie de causalidad de los seres vivos. [4: Kant, Manuel. Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. San Juan, Puerto Rico. P 59.]

También explica que la anterior definición es negativa y por ello no podemos conocer su esencia. Pero de ella se deriva un concepto que “de una causalidad lleva consigo el concepto de leyes según las cuales, por medio de algo que llamamos causa, ha de ser puesto algo, a saber: la consecuencia. De donde resulta que la libertad, aunque no es una propiedad de la voluntad, según leyes naturales, no por eso carece de ley, sino que ha de ser más bien una causalidad, según leyes inmutables, si bien de particular especie; de otro modo una voluntad libre sería un absurdo”. [5: Kant, Manuel. Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. San Juan, Puerto Rico. P 59.]

La libertad no solo va ligada al concepto de voluntad, sino que a través de la misma nos habla que es perteneciente a todos los seres racionales, que están dotados de libertad. Pues “todo ser que no puede obrar de otra suerte que bajo la idea de la libertad, es por eso mismo verdaderamente libre en sentido práctico, es decir, valen para tal ser todas las leyes que están inseparablemente unidas con la libertad, lo mismo que si su voluntad fuese definida como libre en sí misma y por modo válido en la filosofía teórica. Ahora bien; yo sostengo que a todo ser racional que tiene una voluntad debemos atribuirle necesariamente también la idea de la libertad, bajo la cual obra. Pues en tal ser pensamos una razón que es práctica, es decir, que tiene causalidad respecto de sus objetos”. [6: Kant, Manuel. Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. San Juan, Puerto Rico. P 61.]

Con esto, Kant nos dice que ningún ser puede actuar fuera de su voluntad y por lo tanto no puede no actuar sin libertad, puesto a que como ya mencionamos antes, la libertad sigue a la voluntad del ser racional. Y se puede inferir que fuera de los seres racionales no existe voluntad y, por lo tanto, tampoco libertad. Y, para actuar con voluntad, pareciera que en el hombre existen imperativos que debe cumplirlos si quiere ser libre, pues será libre en cuanto actúe según esas normas o leyes.

Libertad y Cristianismo.

Para el Cristianismo, se considera libertad dentro del marco de Dios. La moral presupone la libertad. La única forma para ser libres y Cristianos, al mismo tiempo, es por medio del Evangelio, que es la Palabra de Dios predicada por Jesucristo y transmitida a lo largo de los años por personas allegadas a él. Una vez que poseamos la Palabra de Dios; en ella encontraremos suficiente alimento, alegría, paz, luz, arte, justicia, verdad, sabiduría, libertad, y toda suerte de bienes en superabundancia. Y la palabra no es otra cosa que la predicación de Cristo, que está contenida en el Evangelio.

Del Evangelio se puede desprender dos afirmaciones:

  • El cristiano es libre y señor de todas las cosas y no está sujeto a nadie.
  • El cristiano es servidor de todas las cosas y está sujeto a todos.

 

Ambas afirmaciones se encuentran claramente expuestas en las epístolas de San Pablo: “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos”.Asimismo: “No debáis a nadie nada, sino el amarse unos a otros”.El amor empero es servicial y se supedita a aquello en que está puesto; y a los gálatas donde se dice de Cristo mismo: “Dios envió a su hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley”. [7: 1 Cor. 9:19 Versión estándar revisada.] [8: Ro. 13:8 Versión estándar revisada.] [9: Gá. 4:4 Versión estándar revisada.]

Se distinguen tres modos de libertad:

  1. Libertad de coacción, que es la condición del sujeto que no está impedido por nada.
  2. Libertad de elección, es la libertad de querer. Tomar una decisión u otra, es contraria al determinismo psicológico.
  3.  Libertad como valor, ser libre de los impulsos de los pecados.

 

En Santo Tomás, la libertad significa la excelencia humana, el cumplimiento total y absoluto de su destino; aquello que nos distingue como persona humana del resto de seres del mundo natural.

Santo Tomás concibe sin embargo el libre arbitrio como “la voluntad misma en el ejercicio de la elección de los medios para conseguir su fin”. Siguiendo con el espíritu y el sentido de ambas definiciones de libertad, me arriesgo a definir la libertad como “capacidad de elegir deliberadamente lo mejor posible”.[10: AQUINO, T. Suma Teológica. Madrid: BAC, 1989.]

La libertad de querer (más conocida como libre arbitrio) es una libertad interior. Una decisión es libre cuando está exenta de una inclinación necesaria a poner el acto, a hacer tal elección, tomar tal decisión.

Un ejemplo biográfico de que la libertad más importante es la interior, es la vida de San Maximiliano María Kolbe, más bien su muerte. Estando preso en el campo de concentración de Auschwitz, al ver que iban a ejecutar a un padre de familia, ofreció su vida a cambio de la del padre de familia y murió encerrado en una celda, muerto de hambre y sed. Ese padre de familia pudo asistir a la canonización del santo, inmensamente agradecido. [11: Frossard, André. No olvidéis el amor: la pasión de Maximiliano Kolbe. Palabra Editora.]

Pareciera que estando preso estaba privado de todas sus libertades, pero vemos que la prisión solo priva de la libertad de actuar o de coacción, la exterior, pero la interior, la de querer permanece siempre libre, si nosotros así lo queremos.

 Libertad en el Pensamiento Liberal y la Ilustración.

El liberalismo es una doctrina política que predica defender la libertad individual, además los partidos que siguen esta corriente, llamados Partidos Liberales se presentan a sí mismos como defensores de la libertad frente a la socialdemocracia, ya que, le atribuyen una dependencia excesiva del Estado y aseguran que esta dependencia limita la libertad del individuo.

La pregunta que nos lleva después de entender que es el liberalismo, es ¿Cuál es la libertad que dice defender el liberalismo? En efecto, pareciera responderse con una simple “defiende el actuar del hombre, ya que el Estado no te reprime”. En realidad no, para entender esto hay que analizar que grupos y clases sociales se han beneficiado con estas políticas liberales.

Son justamente las clases empresariales son las que más se han beneficiado frente a las clases populares, es un liberalismo económico, que se aparta al estado como fiscalizador y mediador.

Pero no es solo económico, sino, que también se habla de una igualdad ante la ley, referida a campos jurídicos y políticos. Los ciudadanos son iguales frente a la ley y frente al Estado. División de poderes del Estado y libertad de cultos, esto implica una Iglesia separada del Estado.

Esta libertad se basa en el derecho a la resistencia de Locke. En él se explicaba que al Estado tirano y opresor no se le debía seguir, y solo quedaba una apelación al cielo. El pueblo no está obligado a obedecer cuando se infringen las normas “Locke se refiere en todo momento a la pérdida de autoridad, a la ilegalidad como condición de posibilidad de la disolución del gobierno, ante la cual se habilita la resistencia en forma legítima’​la pregunta es ¿podrá el pueblo sublevarse por cualquier cuestión que considere importante? La respuesta es no, “Locke insiste en que el pueblo no se subleva por nimiedades, y es capaz de tolerar un gran número de injusticias. Sólo cuando las violaciones a la ley o a los fines de la sociedad se perpetúan en el tiempo los pueblos se resisten’. [12: Rodríguez Varela, Alberto. Historia de las ideas políticas. Buenos Aires: A-Z Editora. P 223.] [13: Rodríguez Varela, Alberto. Historia de las ideas políticas. Buenos Aires: A-Z Editora. P 224.]

En cuanto a la Ilustración hay que sostener que fue un movimiento cultural e intelectual del siglo XVIII. Los pensadores de la época sostenían que el conocimiento humano podía combatir la ignorancia y la tiranía.

De manera conjunta, los autores de la Ilustración defendían la idea de que el hombre ha nacido libre y por ello tiene derecho a elegir el gobierno, a participar en las instituciones estatales y a la búsqueda de la felicidad.

Uno de los personajes más importantes e influyentes de la época de la Ilustración, fue Jean Rousseau, quien en su obra cumbre “El Contrato Social” tocará temas de nuestro interés como la libertad en el hombre y sociedad [14: Rousseau, Jean-Jacques. Contrato Social. Madrid: Espasa Calpe.]

Habla de una libertad común que es consecuencia de la propia naturaleza del hombre e iguala a las primeras sociedades a las familias normales, detallando que en ella han nacido todos libres e iguales. Es entonces que en base a ésta libertad, Rousseau se dispone a hablar sobre la esclavitud, sobre la cual sostiene que “puesto que ningún hombre tiene autoridad natural sobre sus semejantes, y puesto que la Naturaleza no produce ningún derecho, quedan, pues, las convenciones como base de toda autoridad legítima entre los hombres”. [15: Rousseau, Jean-Jacques. Contrato Social. Madrid: Espasa Calpe. P 37.] [16: Rousseau, Jean-Jacques. Contrato Social. Madrid: Espasa Calpe. P 39.]

Afirma que renunciar a la libertad es renunciar a la cualidad de ser hombres, hasta renunciar a sus derechos y obligaciones como tal. Tal renuncia es incompatible con la naturaleza del hombre. [17: Rousseau, Jean-Jacques. Contrato Social. Madrid: Espasa Calpe. P 41.]

Finalmente, plantea un Contrato Social por el cual cada hombre que quiera pertenecer, debe enajenarse, con todos sus derechos, a una comunidad que será formada por quienes deseen formar una comunidad. Descarta que el vínculo se dé por medio de la fuerza, sino de manera voluntaria, ya que el hombre nació libre por naturaleza. [18: Rousseau, Jean-Jacques. Contrato Social. Madrid: Espasa Calpe. P 45.]

27 Jun 2021
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