Derechos de la Infancia en la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Al comenzar este ensayo sobre la declaración universal de los derechos humanos hace falta mencionar que en la antigüedad, los niños no contaban con derechos, se infiere que en la época medieval la idea de infancia era prácticamente inexistente ya que gran parte de los niños de aquella época, morían antes de poder cumplir un año de edad y muchos de ellos no llegaban a su etapa adolescente debido a las condiciones de pobreza y falta de cuidados médicos. A pesar de los cuidado básicos que se les daba, se les consideraban como seres cuyo propósito único era “sobrevivir” por lo que no se debía crear lazos y encariñarse.
Basándose en las pinturas de la época, que el historiador Philippe Ariès utilizó para extraer sus conclusiones sobre el papel de la infancia en la Europa moderna temprana (y aunque recibió bastantes críticas por ello), él afirmaba que se pensaba en ese entonces a los niños como adultos miniatura, y dado que sólo son interpretaciones, no está muy lejos de nuestra realidad hoy en día cuando podemos ver que en cuanto el niño desarrolla habilidades, son insertados en la vida laboral como sirvientes o comienzan a ejercer algún oficio cuando dentro de la familia existe necesidad económica.
En lo referente a la educación, en este ensayo de los derechos humanos diré que no existían escuelas durante casi toda la edad Media, lo único en lo que los niños podían tener acceso y aprender era lo que se les enseñaba en casa. Fue hasta el año 1100 que se fundaron las primeras universidades, sin embargo sólo los ricos y los nobles podían enviar a sus hijos varones a la escuela a partir de los 13 años, evidentemente las niñas no tenían ninguna razón del por qué estudiar.
Fue hasta el siglo XVII que los niños se volvieron objeto de atención especial, el filósofo John Locke Postuló que, al nacer, la mente era como una tabula rasa o pizarrón en blanco, de modo que todos los conocimientos y habilidades de cada ser humano son exclusivamente fruto del aprendizaje, gracias a sus experiencias y sus percepciones sensoriales por lo tanto, las experiencias de la infancia son determinantes.
Inspirado por Locke, Jean Jacques Rosseau escribió un libro llamado “Émilie ou de l’education” donde proponía que los niños debían ser educados según sus propios intereses y de acuerdo con su curiosidad por la naturaleza “La naturaleza formó a los niños para que fuesen amados y asistidos”.
Uno de los acontecimientos más importantes para replantearse los derechos de los niños fue la primera Guerra Mundial cuando la activista Eglantyne Jebb fundadora de organización internacional “Save the Children” siendo testigo de las penurias, el hambre, el maltrato y la violencia que sufrían los niños de la guerra, redactó la “Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño”, y presionó a la sociedad de las Naciones para que la adoptaran, gracias a su insistencia y apoyo internacional, fue ratificada por la Sociedad de Naciones el 26 de diciembre de 1924.
Por otro lado, las Naciones Unidas aprobaron en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos donde implícitamente y de manera general incluía los derechos del niño, sin embargo, posteriormente se replanteó que existían necesidades particulares de los niños y que era necesario considerar especialmente enunciadas y protegidas.
Por ello, la Asamblea General de la ONU, aprueba en 1959 una Declaración de los Derechos del Niño, que constaba de 10 principios, concretando para los niños los derechos contemplados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Seis años antes el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para los niños (UNICEF) fue considerada como organismo especializado y permanente para la protección de la infancia (denominándolo oficialmente Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
Estos derechos son garantizados por un tratado Internacional llamado “La Convención sobre los Derechos del Niño” (o CDN), el cual contiene 54 artículos que reconocen que todas las personas menores de 18 años tienen derecho a ser protegidos, desarrollarse y participar activamente en la sociedad, estableciendo que los niños son sujetos de derecho. Fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, ratificado por todos los miembros de las Naciones Unidas, a pesar de que suele ser diferente la legislación y el sistema jurídico de cada país, casi la totalidad de los países han replanteado medidas especiales para su protección, a nivel legislativo e incluso constitucional con excepción de Somalia y Estados Unidos de América, éste último fundamentalmente debido a la prohibición de la aplicación de la pena de muerte a niños que contiene esta convención.
Es importante mencionar en este ensayo de los derechos humanos universales que el encargado de vigilar que se cumplan estos derechos es el Comité de los derechos del niño que es un órgano establecido por la propia Convención que tiene como objetivo realizar un seguimiento y evaluar el cumplimiento de la misma por parte de los Estados. Conformado por 18 expertos independientes de distintas nacionalidades.
Es así que cada cinco años los distintos gobiernos de todos los países que han ratificado la Convención deben presentar un informe al Comité donde explican la situación de los derechos de los niños y las niñas en su país y deben informar sobre las medidas que han adoptado para hacer que se cumplan sus derechos. El Comité por su parte, tiene la tarea de analizar estos informes y debe elaborar recomendaciones (llamadas Observaciones Finales) con el objetivo de que cada país mejore su forma de proteger a los niños y las niñas, con el fin de que toda persona con autoridad sepa aplicar e interpretar correctamente los Derechos de los niños y niñas.