Desigualdad Extrema, Política Laboral y Riesgos de Trabajo en México

México ha experimentado un crecimiento de la desigualdad extrema mientras la economía se ha estancado. El crecimiento económico es magro, los salarios promedios no crecen, la pobreza persiste, pero la fortuna de unos cuantos sigue expandiéndose.

Nuestro país está inmerso en un ciclo vicioso de desigualdad, falta de crecimiento económico y pobreza. Siendo la decimocuarta economía del mundo, hay 53.3 millones de personas viviendo la pobreza. La desigualdad ha frenado el potencial del capital físico, social y humano de México. ¿En dónde está esa riqueza mexicana? En términos de renta y capital, se encuentra concentrada en un grupo selecto de personas que se han beneficiado del poco crecimiento económico del que ha gozado México en las últimas dos décadas. Así, mientras el PIB per cápita crece a menos del 1% anual, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplica por cinco.

Vemos con preocupación la excesiva e indebida influencia de los poderes económicos y privados en la política pública. Las personas más afectadas por esto son las personas más pobres. La desigualdad limita el desarrollo del capital físico, social y humano.

Por lo tanto, combatir la desigualdad para reducir la pobreza es una tarea que nos implica a todos y nos beneficia a todos.

La desigualdad se puede revertir a partir de la colaboración entre actores políticos, sociedad civil y sector privado. México necesita un Estado que trabaje para los muchos y no para los pocos.

En enero de 2014, Oxfam revelo que las 85 personas más ricas controlaban tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial. Para enero del 2015, el número se había reducido a 80.

Entre mediados de los noventa y 2010, la desigualdad de ingreso disminuyó. Sin embargo, la desigualdad es mayor a la que había en los ochenta; frente a dos eventos contradictorios: ha crecido el ingreso per cápita, pero se han estancado las tasas de pobreza en el país.

La cantidad de millonarios en México creció en 32% entre 2007 y 2012.

El número de multimillonarios en México hoy en día son sólo 16; lo que han aumentado es la magnitud de sus riquezas.

Uno de los grandes problemas reside en que nuestra política fiscal favorece a quien más tiene.

La política social asimismo ha sido un rotundo fracaso. Un ejemplo es el salario mínimo.

La agenda para el futuro:

  1. La creación de un auténtico Estado Social.
  2. Política fiscal progresiva y una distribución más justa.
  3. El gasto en educación, salud y acceso a servicios básicos, en infraestructura, en escuelas que cuenten con servicios.
  4. Fortalecer el nivel de compra del salario mínimo.
  5. La transparencia y rendición de cuentas.

El problema de la desigualdad cobra cada vez una mayor importancia a nivel mundial.. América Latina es la segunda región con mayor afectación por dicha tendencia en los próximos 12 a 18 meses.

I. La magnitud de la desigualdad en México

Desigualdad en México en perspectiva comparada

¿Qué tan desigual es la distribución del ingreso en México?

México tiene mucha más desigualdad que el promedio de todos los países en la muestra. De hecho y al ordenarlos de menor a mayor nivel de desigualdad, México ocupa el lugar 87 de 113 países. México está dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo.

Evolución de la desigualdad en México

La magnitud de la desigualdad en México es mayor de lo que era a principios de los ochenta.

La reciente reducción de la desigualdad en México se ha atribuido a tres factores principales: a las remesas; programas sociales; y a una menor desigualdad en los ingresos salariales.

El verdadero tamaño y evolución del decil superior del ingreso en México

El porcentaje del ingreso que corresponde al decil superior no sólo es mucho más elevado—alrededor de 60% versus una participación sin ajustar cercana al 45%—sino que su tendencia es exactamente la contraria a la que se obtiene con los datos originales.

El 1% de mayores ingresos

México es el país de la muestra en donde al 1% más rico le corresponde un mayor porcentaje del ingreso total (21%).

La distribución de la riqueza en México

No hay cifras oficiales sobre la riqueza en México.

II. El círculo vicioso de la desigualdad y la captura económica y política

El ascenso de los multimillonarios mexicanos

Entre 1996 y 2014: la tasa de crecimiento del PIB per cápita ha sido ligeramente superior al 1% en promedio anual. En dicho lapso, sólo ha crecido alrededor de 26%; crecimiento muy por debajo de lo que de hecho han aumentado las fortunas de los multimillonarios mexicanos.

Sectores privilegiados

La falta de competencia económica y un débil marco regulatorio constituyen el escenario ideal para el abuso por parte de empresas con un cierto poder monopólico u oligopólico.

Caso emblemático ha sido el de Carlos Slim, magnate por antonomasia de las telecomunicaciones mexicanas. El control de la red nacional de telefonía le permitió establecer tarifas de interconexión muy elevadas a sus competidores. De esto no sólo obtuvo ingresos extraordinarios para su empresa. Lo anterior le permitió consolidarse como uno de los hombres más ricos del mundo.

El campo minero

Se trata de uno de los sectores que se ha privilegiado de manera importante en México. La extracción de oro en México en el periodo 2000- 2010 fue equivalente a más del doble de toda la extracción realizada a lo largo de los 300 años de la época virreinal en México. Los recursos naturales de la nación entera han beneficiado sólo a unos cuantos.

Una política fiscal favorable para los de mayores ingresos

El diseño y estructura del sistema tributario es uno de los aspectos de política en los que la élite económica mexicana ha logrado influir de manera preponderante. No tenemos una política fiscal especialmente progresiva. Por el contrario, ésta parece estar diseñada de tal manera que el efecto redistributivo de la política fiscal sea mínimo, por no decir nulo.

Reparto capital-trabajo

México ha tendido, de manera sistemática y gradual, a modificar la distribución del ingreso entre lo que corresponde al pago del factor capital y lo que corresponde al pago del factor trabajo. A partir de 1981 y 2012, la participación del capital aumentó del 62% al 73% y la del trabajo disminuyó del 38% al 27%. La exacerbada concentración tanto del poder económico como del político, desembocan en un ciclo que perpetúa las ya de por sí acentuadas desigualdades.

III. Consecuencias económicas y sociales de la desigualdad y la captura política

Desigualdad y crecimiento

El crecimiento de una economía se puede ver francamente demeritado cuando los ingresos se distribuyen con desigualdad; misma que se vale de diversos canales.

La capacidad de inversión de los pequeños negocios se trastoca seriamente por una economía que ofrece un mercado financiero imperfecto, en la que sólo unos cuantos gozan del privilegio del ahorro.

Crecimiento económico excluyente

Se sigue de analizar la escasa relación que existe entre el crecimiento del ingreso per cápita y la evolución de las tasas de pobreza en el país. Si el crecimiento en el ingreso per cápita hubiera ocurrido a ese mismo ritmo a lo largo de toda la distribución del ingreso, se esperaría que las tasas de pobreza disminuyeran.

Salario mínimo

El salario mínimo en México se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo o de pobreza extrema. El salario no está ni cerca de ser suficiente para adquirir una canasta básica que les provea de los nutrientes mínimos indispensables para llevar una vida saludable. Contraviene lo estipulado en la Constitución: en ella se estipula que un salario mínimo debe garantizar un nivel de vida digno.

Desigualdad, Marginación y Exclusión de la Población Indígena

Uno de los datos que mejor plasma la marginación y exclusión de este segmento de la población es la composición con base en su bienestar multidimensional. Mientras que el 38% de la población indígena vive en pobreza extrema.

El proceso de marginación y exclusión no siempre se debe a la falta de oportunidades laborales; en más de una ocasión es resultado de la discriminación pura. Ejemplos de esto se aprecian en los ingresos que obtienen los trabajadores del sector agrícola. Muchos de estos trabajadores son jornaleros agrícolas, sin tierras, y que deben desplazarse largas distancias y recorrer trayectos prolongados. Suelen, pues, vivir y trabajar en condiciones muy desventajosas.

Educación privada vs. Educación pública: un trato desigual

De acuerdo con dicho Censo, el 48% de las escuelas púbicas carecen de acceso a drenaje, 31% carecen de acceso a agua potable, 12.8% no cuenta con baños o sanitarios y 11.2% no tienen acceso a energía eléctrica. Por otro lado, en 61.2% de ellas, los alumnos no cuentan con acceso a un equipo de cómputo que sirva y 80% de los estudiantes no tiene internet. Algunas zonas del país las escuelas públicas ni siquiera cuentan con acceso a servicios básicos como electricidad, agua potable, baños o drenaje, o a infraestructura tan elemental como sillas, escritorios o pizarrones, está claro que quienes estudian en estas condiciones parten de la desventaja absoluta. La infraestructura educativa, pues, no parece contribuir a la reducción de las disparidades iniciales.

Desigualdad, Marginación y Violencia

El aumento generalizado de la violencia en el país se explica—al menos en parte—por la llamada Guerra contra las drogas iniciada durante la administración del presidente Felipe Calderón, una hipótesis recurrente es que la desigualdad, la marginación o la pobreza podrían jugar su rol en el aumento de la violencia. Esta hipótesis se acentuó a raíz del muy lamentable caso ocurrido en septiembre de 2014 cuando 43 estudiantes desaparecieron en el estado de Guerrero, uno de los más pobres del país.

La desigualdad ha jugado un papel importante en el aumento de la violencia en México en años recientes.

Corona-Juárez muestra que, a nivel estatal, los niveles de actividad criminal y de homicidios en México se asocian de manera significativa con bajos niveles de educación entre los jóvenes y con altas tasas de desempleo juvenil. Esto resulta aún más claro en las zonas urbanas, en donde la concentración de jóvenes con pocas oportunidades de estudiar o trabajar suelen traducirse en mayores niveles de violencia y criminalidad.

IV. Un programa para combatir la desigualdad y la agenda para el futuro

  1. Creación de un auténtico Estado Social. En lugar de continuar con múltiples programas asistencialistas que sólo buscan mitigar la profundidad y extensión de la pobreza, debemos enfocarnos en una política social basada en los derechos: a la alimentación, a la educación, a la salud, etc. Acceso a educación de buena calidad y en instalaciones que cuenten con la infraestructura adecuada; acceso a la salud desde la infancia hasta la vejez, también en instalaciones adecuadas y con garantía de abasto de medicamentos y acceso a servicios hospitalarios mínimos; derecho a una alimentación suficiente y nutritiva, etc.
  2. Política fiscal más progresiva. Los impuestos a la propiedad también deberían ser más progresivos. En un gran número de municipios, el impuesto predial es prácticamente nulo o inoperante. Ha de cambiar la forma en que opera este impuesto para garantizar su efectividad. Quizá debería contemplarse la posibilidad de una administración centralizada por los gobiernos estatales y que reintegren a los municipios lo recolectado por esta vía. El impuesto a la tenencia de automóviles desapareció en varios estados o el subsidio es muy alto. Sin duda debe haber un cambio, ya que se trata de uno de los impuestos más progresivos y fáciles de aplicar, por lo que se considera deseable su restitución.
  3. Gasto mejor focalizado. El gasto debe identificar las prioridades en materia de educación, salud y acceso a servicios básicos que requiere la población. Debe garantizar también que estos servicios tengan un mínimo de calidad. Debe concentrarse en la creación de infraestructura básica que eventualmente pueda detonar otros proyectos complementarios de inversión privada. En particular, debe concentrarse en el impulso a proyectos supraestatales, especialmente en las zonas de menor desarrollo socioeconómico.
  4. Política salarial y laboral. Este cambio de política tendría un primer efecto positivo: mejorar y fortalecer la capacidad de compra y el nivel de vida de los trabajadores. Uno de los beneficios que seguiría a este primero sería el fortalecimiento del mercado interno. Esta política puede contribuir de manera indirecta a mejorar la capacidad de negociación de los trabajadores y podría contribuir a revertir las tendencias observadas en la distribución funcional del ingreso.
  5. Mecanismos de transparencia y de rendición de cuentas. Hacer públicas las declaraciones patrimoniales de todos los miembros de las tres ramas de gobierno: ejecutiva, legislativa y judicial. Medida tan sencilla revelaría los potenciales o reales conflictos de interés en los que incurrirían los servidores públicos y ayudaría a combatir la corrupción y a fortalecer el estado de derecho.

Dicho documento, es sutil para aquel que esté interesado en ayudar y estar al pendiente sobre la desigualdad que existe en nuestro país, asimismo, este artículo es de forma concreta y completa de cierta forma, ya que, es entendible y da a conocer la situación económica en sentido de los ingresos y cómo estos no son distribuidos de forma igual o equitativa, engañando a la gente con ciertos programas, como lo es prospera. No solo se necesita un programa o programas para aclarar este asunto, sino, también contar con recursos y servicios a todo mexicano, sin exclusión alguna.

Por último, al haber realizado la lectura y de la misma forma el resumen, se tiene que el país no ha hecho muy pocas cosas para mejorar la situación de la pobreza o que esta se reduzca; notamos que, aunque se den medidas para erradicar con este problema, no son aplicadas a todos. Se sabe que esto no terminara de un día para otro, tanto la pobreza como la desigualdad, pero, si el estado contribuyera de forma eficiente y veras, esta situación cambiaria.

Gerardo Esquivel, economista por la UNAM y el Colegio de México y autor del informe, indicó que “México está dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo y es uno de los dos países más desiguales de la OCDE”, por lo que la desigualdad extrema en el país debe ser debatido por razones éticas, morales, económicas y políticas.

Bibliografía

  1. Esquivel, G. (2018). Desigualdad extrema en México: México: Oxfam.
05 January 2023
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