Dilema Ético entre el Nintendo y la República Democrática del Congo
En los últimos diez años, los activistas de la República Democrática del Congo han presentado milicias armadas y condiciones similares a la esclavitud en muchas operaciones mineras del país. Las materias primas que se utilizan en la fabricación de piezas de ordenadores y otros componentes, con frecuencia se extraen de minas en estas condiciones. A pesar del avance logrado recientemente, Nintendo se ha ubicado cerca de los últimos puestos en la lista de compañías involucradas con proveedores en conflicto. La empresa ha explicado que esta subcontrata la fabricación y montaje de todos sus productos y por tanto no está implicada directamente en la obtención de los materiales que se usan, además que como corporación mundial se toman muy seriamente sus responsabilidades sociales y esperan que sus socios de fabricación hagan lo mismo (Nintendo, 2015), sin embargo, múltiples acusaciones y especulaciones sobre los orígenes de las materias primas de sus componentes siguen en duda (Pratka, 2017).
El fin de Nintendo como compañía es producir ganancias económicas y proveer servicios de entretenimiento como consolas de videojuegos a la sociedad (Brownstone, 2013). El dilema ético se presenta porque Nintendo tiene la opción de mantener sus costos de materias primas bajos si sigue comprando a proveedores baratos como lo son los países subdesarrollados que frecuentemente están en conflicto bélico local o presentan ambientes inadecuados para los empleados como el Congo, o bien cambiar de proveedores a otros que cumplan con normas de responsabilidad social y ética aunque esto eleve los costos de sus productos y pueda cambiar las propiedades de sus materias primas.
El siguiente texto busca presentar los argumentos tanto en contra como a favor de que Nintendo siga abasteciendo sus materias primas de los mismos proveedores de países en problemas bélicos locales como el Congo para dar una perspectiva más amplia de la problemática y las posibles repercusiones que el cambiar o no de proveedores puede acarrear con el fin de plantear propuestas de solución al dilema ético establecido en cuanto al entorno social y realizar una reflexión crítica y en consideración de la dignidad humana de las mismas.
Análisis crítico: La República Democrática del Congo es un vasto país con inmensos recursos económicos y, hasta hace poco, ha estado en el centro de lo que algunos observadores llaman ‘la guerra mundial de África’, y el resultado ha sido un extenso sufrimiento civil. Según una investigación publicada en 2014 por IPIS, un instituto de investigación belga, más de la mitad de los mineros congoleños trabajan en minas donde hay grupos armados (GW, 2013). Los grupos, que incluyen elementos del ejército congoleño, Raïa Mutomboki y Mai-Mai Sheka, se benefician de los impuestos ilegales, la excavación de minerales o el trabajo forzado. De acuerdo a la agencia de las Naciones Unidas para la infancia, UNICEF, alrededor de 40,000 niños trabajan en minas de cobalto en la República Democrática del Congo. Para un turno de hasta 24 horas bajo tierra, la mayoría gana menos de $ 2 (1,80 euro) por día, muchos reciben la mitad de eso (OMT, 2018). A pesar de una disminución en la tasa de pobreza, del 71% al 64% entre 2005 y 2012, la República Democrática del Congo sigue clasificada entre los países más pobres del mundo, en el puesto 176 de 187 países, según el Índice de Desarrollo Humano más reciente calculado por la ONU (2015). Empresas multinacionales como Nintendo, utilizan minerales como el cobalto para fabricar componentes de sus consolas y generalmente abastecen sus materias primas de países subdesarrollados que presentan conflictos bélicos como el caso del Congo. Sin embargo, puesto que la mayoría de los yacimientos de estos minerales solo se encuentran en estos países, las empresas tienen pocas opciones para adquirir los minerales en otros países.
