Discurso del Estado de la Unión ante el Congreso Norteamericano por Monroe
La doctrina Monroe es considerada como una de las políticas exteriores ejercidas por Estados Unidos, promulgada en 1823 en el discurso del Estado de la Unión ante el Congreso norteamericano por James Monroe, presidente de los Estados Unidos durante 1817 y 1825, en esta se declaraba la prohibición a cualquier intento de colonización por parte de Europa en el continente americano, y en caso de que esto ocurriera pues se vería con la intervención de Estados Unidos, ya que en esta doctrina se rechazaba todo intento europeo de retomar las colonias en América que se estaban logrando independizar, pues se tomaría como un acto de agresión puesto que los europeos buscaban un intento por recuperar sus viejos territorios, a lo cual a Estados Unidos no le convenía.
Durante el siglo XVIII, el continente europeo se vio envuelto en conflictos por diferentes causas, en 1804 iniciaron las Guerras Napoleónicas, y posteriormente en 1808 Napoleón Bonaparte irrumpió España y obliga al Rey Fernando VI a que su hermano José Bonaparte ascienda al trono, consecuentemente esto generaría en los años de 1810 y 1825 que en las colonias españolas se incentivara el proceso de independencia.
En 1823, se restauró la autoridad del Rey Fernando VI. La doctrina Monroe fue directamente una estrategia del país norteamericano para impedir que España u otras potencias europeas del Viejo Mundo se alinearan para invadir nuevamente las colonias que se independizaron o que estaban intentando independizarse, por lo que esto alarmo de sobremanera a Estados Unidos puesto que temían que sus oponentes comerciales terminaran con los territorios del Caribe y Sudamérica, por lo que la idea a alcanzar era comprensible, impedir que las potencias europeas ampliaran su influencia tanto comercial como política en las colonias americanas. Luego de Estados Unidos alcanzar con éxito la Doctrina Monroe, impidiendo la colonización nuevamente a América Latina esta quedo en deuda con ella, por lo que generaría posteriormente consecuencias económicas tanto favorables como desfavorables para américa latina, así lo menciona el escritor Bulmer-Thomas La Historia Económica de América Latina desde la Independencia(1994, reeditado en inglés en 2003). Según su punto de vista en el siguiente texto:
“… la Independencia ofreció dos grandes ventajas: el libre comercio y el acceso a los mercados internacionales de capital, que a largo plazo crearon oportunidades para el avance económico, pero también acarreó toda una serie de desventajas que, en el corto plazo, en la mayoría de las repúblicas superaron los beneficios. Donde se pudieron minimizar los costos gracias a fronteras relativamente seguras, un gobierno estable y unos ingresos fiscales saludables (como en Chile), las primeras décadas de la Independencia fueron exitosas; donde los costos se exacerbaron por conflictos territoriales, inestabilidad política y crisis fiscal (como en México), no se pudo revertir la crisis económica de las dos primeras décadas del siglo.” (Bulmer-Thomas, 1994:43-44)
En el cual se puede evidenciar como el autor hace referencia que luego de la independencia los países latinoamericanos se vieron sumergidos en una mala economía, que incluso muchos autores la consideran como una economía estática, debido al comercio internacional ya que este no estaba produciendo como se esperaba, además de los impuestos propuestos por otras naciones por la exportación, sin embargo Bulmer-Thomas aclara que Chile fue uno de los países latinoamericanos con suerte que luego de su independencia logra un crecimiento en el PIB per cápita cerca del 1,5% anual que exhibía a Estados Unidos, a pesar de ello hay que tener en cuenta las expectativas que se tenía en el proceso de independencia de potencial que exponía la economía latinoamericana a causa de las Reformas Borbónicas, en el cual se despierta el sentimiento de independencia y de estados modernos.