Diseño en México a Partir de la Habitabilidad Ubrano-Arquitectónica
Resumen
Este ensayo tiene como objetivo analizar el futuro del diseño en México a partir de la habitabilidad urbano arquitectónica, haciendo especial énfasis en el sentido social del diseño.
Es indudable la omnipresencia del diseño en las ciudades. Las experiencias del ser humano se basan en lo que percibe de su contexto, por lo que se puede decir que el diseño urbano-arquitectónico condiciona en gran medida la manera de pensar, vivir y sentir de las personas. De ahí que resulte de suma importancia plantear una reflexión sobre lo que implica el futuro del diseño en México desde la habitabilidad urbano-arquitectónica.
Introducción
Este ensayo parte de hacer una reflexión de lo que implica, actualmente, el diseño urbano- arquitectónico desde la habitabilidad, entendida como: la capacidad que tienen los espacios construidos para satisfacer las necesidades de las personas y generar a su vez un bienestar y una calidad de vida.
Posteriormente se retoma el concepto de Francisco Irygoyen (2008), que sugiere entender el diseño como un proceso de cuatro etapas: prefiguración, figuración, configuración y modelización, entendiendo que el diseño urbano-arquitectónico condiciona en gran medida la manera de pensar, vivir y sentir de las personas.
Estas cuatro etapas plantean una aproximación de el diseño urbano arquitectónico desde la perspectiva de lo social, desde una reflexión que ve al diseño no solo como un elemento contemplativo, sino también utilitario que juega un rol substancial pero silencioso en la vida de la ciudad, se convierten en parte del paisaje, de la arquitectura, del urbanismo, y también en un recurso de interconexión que transforma la vida de los individuos, familias, barrios y comunidades. Desde el diseño considero importante hacer una valoración de la imagen urbana como un elemento de reconocimiento del entorno, pero también como un elemento que permite mejorar los espacios sociales.
Desarrollo
Para Pallasmaa (1994) el hombre se relaciona con el mundo por medio del acto de habitar. Es fundamentalmente un intercambio y una extensión. Dice que el habitante se sitúa en el espacio y el espacio se sitúa en la conciencia del habitante, por lo que dicho espacio o lugar se convierte en una exteriorización y una extensión de su ser, tanto desde el punto de vista mental como físico.
Si se retoma el concepto de Francisco Irygoyen (2008), que sugiere que el diseño urbano-arquitectónico condiciona en gran medida la manera de pensar, vivir y sentir de las personas, y lo que dice Pallasmaa (1994) sobre el concepto de habitar entonces se puede decir que el diseño urbano-arquitectonico es un proceso de significación que le da sentido de pertenencia al ser humano, y más aún, lo relaciona en sociedad, entendiendo que el acto de habitar es una cualidad humana, que depende del lugar y lo que se construye en él. Así mismo se puede decir que el diseño urbano-arquitectónico no es solamente funcional, sino que parte de un entendimiento de las necesidades humanas, así como de las estructuras y formas en que se organizan y viven las personas.
Precisamente Yves Zimmermann (1998) en su libro Del diseño, hace una reflexión sobre el concepto de diseño y lo plantea como una práctica contingente cuyas técnicas, metas y objetivos están en un proceso continuo de cambio porque se realiza en función del hombre y de sus necesidades.
Irygoyen (2008), Pallasmaa (1994), y Zimmermann (1998) nos dan a entender que en diseño no hay absolutos en tanto que el verdadero diseño no responde a lo general sino a lo particular y en tanto que el hombre no crea objetos nuevos, solo los recrea generando nuevas relaciones entre ellos.
Irigoyen (1998) plantea abordar los problemas de diseño desde la prefiguración, estableciendo una relación del contexto material (es decir el mundo físico) y la imaginación (entendida y ligada a la creatividad), siendo el pensamiento una forma de imaginación ampliada donde se une significación y aprendizaje. En el sentido del diseño urbano arquitectónico Mandoki (2006) nos dice que, si bien la creatividad es personal, su existencia depende de la influencia del entorno social, es decir de un contexto que debe ser tomado en cuenta.
Para Lynch (2009) la imagen urbana es el resultado de un proceso bilateral entre el observador y su medio ambiente. Entonces se puede decir que el diseño urbano arquitectónico se asocia con la percepción, del observador, el cual, según sus propios objetivos) escoge, organiza y dota de significado lo que ve.
Por otro lado, Cullen (1981) hace referencia a lo que puede ser reconocido como paisaje urbano. Menciona que es el resultado de la configuración espacio temporal de un sitio expresada a través de la conjunción de un grupo de elementos físicos, naturales y humanos. De acuerdo con Lynch K. (2009) la valoración dual del paisaje urbano en su carácter físico (en el espacio tiempo) y su carácter representativo (en su carácter perceptual, es decir, en lo que perciben a través de los sentidos) conlleva a definir lo que entendemos por habitabilidad.
Pasada la etapa de prefiguración se pueden realizar los ensayos de pensamiento en los que se construyen estructuras y esquemas que representan las ideas derivadas del pensamiento, Irigoyen (2008) denomina a esta etapa figuración. Dentro del diseño urbano estos ensayos de pensamiento se pueden llevar a cabo mediante la significación y el reconocimiento de los espacios que la persona tiene al transitar por la ciudad (la interrelación de los elementos urbano arquitectónicos que la personas puede identificar).
De lo anterior dependerá el grado de legibilidad y comprensión que se tenga del espacio urbano. Por lo tanto, la calidad perceptual puede contribuir a reforzar el grado de satisfacción que a nivel de sensaciones transmiten los lugares, es decir, lo que se ve y lo que se siente. Esta premisa es fundamental en el diseño urbano arquitectónico ya que constituye el primer eslabón que pone al diseño en contacto con el mundo real, con el mundo que nos rodea.
Al desplazarnos por la ciudad aprehendemos formas edificadas ordenadas y significativas, porque la percepción se organiza como sistema estable en la relación de las partes con el todo y de las partes entre sí, de acuerdo a esquemas o conceptos. De la organización, disposición y jerarquía que podamos observar en los elementos provenientes del entorno edificado, depende el éxito en la conformación de la imagen urbana.
La imagen que guardamos en nuestra mente de un conjunto o sector urbano es asimilada y comprendida pasando a formar parte de nuestra memoria, lo que coadyuva a nuestro sentido de orientación y legibilidad en la ciudad. Para Innerarity (2006) el diseño urbano arquitectónico ha de pensarse y realizarse en torno al movimiento de sus contradicciones, entre el orden y el caos, entre lo público y lo privado, entre la indiferencia y el compromiso ciudadano, entre la alienación e identificación.
La siguiente etapa de Irigoyen (2008) es la configuración. En esta etapa se relaciona el diseño urbano arquitectónico con el espacio físico donde suceden los hechos donde se relacionan las personas, en el espacio habitable. Para definir esta etapa es útil preguntarse de qué manera la estructura del espacio influye en los eventos y serie de acontecimientos que ahí suceden. En esta etapa se establece el conjunto de relaciones como partes dentro de un todo.
Zumthor, P. (2004) menciona que el proceso de diseño no es algo que pueda planificarse en su totalidad, ya que existe una sucesiva y simultánea variedad de factores contextuales. El lenguaje del diseño, entonces, será el que proporcione la coherencia a los actos individuales, haciendo las veces de un código que guía el desarrollo de las partes en concordancia con el todo.
Soja (2000) plantea que el diseño urbano debe tener en cuenta el espacio físico, pero también la gestión de todos aquellos elementos que forman parte de una ciudad y que influyen tanto en el diseño de ésta, como en el día a día de sus habitantes. Se puede decir que uno de los principales motivos por los cuales el diseño urbano arquitectónico es un elemento fundamental en cualquier ciudad es el hecho de que las personas se desplazan, se comunican y se interrelacionan en sus espacios.
En ese sentido se hace imprescindible el cambio y evolución constantes del diseño para que así las ciudades puedan mejorar su aspecto y organización (adaptando los espacios públicos a las necesidades y preferencias de una sociedad actual).
Finalmente, Irigoyen (2008), propone como último paso la representación, es decir es decir llevar nuestras ideas al mundo físico y ponerlas a prueba. Quizá la reflexión quizás más importante, radica en que la propuesta de diseño urbano arquitectónico deberá integrarse a la existente, creando espacios intersticiales y nuevos lugares con elementos urbanos y arquitectónicos propios.
Conclusiones
El ser humano habita los lugares, no sólo vive en ellos, por tal motivo la importancia del diseño urbano-arquitectónico no sólo radica en crear espacios que respondan a características de uso y función, sino que, además, necesita generar ambientes capaces de producir significación y una sensación de bienestar a las personas que los habitan.
Se debe reconocer el aspecto social en la manera en que pensamos y generamos el diseño urbano-arquitectónico, lo cual implica a su vez reconocer a las personas que habitan las ciudades. En ese sentido el diseñador tendrá la responsabilidad, y la oportunidad, de ejercer su profesión con ética, a fin de crear mejores escenarios donde el ser humano pueda habitar.
Fuentes
- Cullen, G. (1981). El paisaje urbano: tratado de estética urbanística. Barcelona, España: Blume.
- Innerarity, D. (2006). El nuevo espacio público. España: S.L.U. ESPASA Libros
- Irigoyen Castillo, J. F. (2008), Filosofía y Diseño, Universidad Autónoma Metropolitana, uam-x, México.
- Lynch K. (2009) La imagen de la ciudad. Barcelona, España: Gustavo Gili
- Mandoki, K. (2006), ‘Hacia una cartografía del espacio simbólico’ en Ciudades, Tiempo-Espacio y Territorio, Issue 70, México.
- Pallasmaa, J. (1994) Habitar, Gustavo Gilli, Madrid, España.
- Soja, E. (2000). Postmetrópolis: estudios críticos sobre las ciudades y las regiones. Los Ángeles California, EUA: Blackwell Publishing.
- Zimmermann, Y. (1998). Del diseño. Barcelona: Gustavo Gili.
- Zumthor, P. (2004), Pensar la Arquitectura, Gustavo Gilli, Madrid, España.