Resumen de Don Quijote De La Mancha
Introducción
Son varios los narradores, ya que es una obra de gran relevancia, uno de ellos es Cide Hamete Benengeli, quien es de descendencia árabe, y el supuesto autor del libro Don Quijote de la Mancha, el traductor morisco quien es conocedor y hablante de la lengua castellana, el autor implícito, que no sabía todo, únicamente lo que estaba en la obra, y los propios personajes que narraban sus historias.
Desarrollo
Así que una mañana, se subió en su caballo Rocinante, y dio rienda suelta a sus aventuras como el gran Quijote de la mancha, luego de andar por varias horas sintieron hambre y sed, así que vieron a lo lejos una torre, y fuera de ellas estaban dos damas, por lo que estas se asustaron al ver a Don quijote con todas sus armaduras, pero este les dijo que se calmara que venía en son paz, y el dueño de esta torre le dio de comer y beber a él y a su caballo, conforme entablaban una conversación, este señor se daba cuenta de la insensatez de las palabras de Don Quijote, pero igual lo escuchaba sin que él se sintiera incómodo, así que ese día pudo saciar su hambre.
Seguían los recorridos, en busca de alguien que infringiera las reglas, escucho la voz de un muchacho que se quejaba al parecer recibía azotes, y cuando se acercó al hecho, efectivamente, era un labrador y un muchacho, el cual estaba recibiendo azotes por parte de este, y en ese momento actuó Don quijote salvándolo de aquella paliza, y diciéndole al labrador que si volvía a suceder él regresaría a castigar al labrador.
Entonces Don quijote se marchó a seguir con sus aventuras en el que se encuentra con unos mercaderes y uno de ellos le dio una paliza, y lo dejo tendido en el piso, por lo que un vecino recogió las cosas de él y lo llevo a casa, y este se dispuso a descansar para levantarse con energía, pero estuvo 15 días en cama sin poder recuperarse, y en ese transcurso llamo a un vecino de él, para que le sirva de escudero, aquel vecino era Sancho panza quien desde ese momento lo acompaño a todo lugar, y salieron una noche sin que nadie se dé cuenta para seguir con sus aventuras.
En el camino se encontraron con cada situación, donde Don quijote pensaba que eran adversarios y atacaba para según el salvarlos de algún peligro a las otras personas, en una de esas situaciones se encontró con varios presos que llevaban para darles sentencia y les pregunto cuál era el motivo de su encerramiento, por lo que varios contestaron que eran por enamorados o porque cantaban, y Don quijote vio esto como absurdo, ya que a nadie los podían apresar por eso, en eso se acerca al hombre que estaba más encadenado y le pregunta por qué iba a hacer sentenciado y un guardia le responde que él era el más atrevido de todos, este era el famoso Ginés de Pasamente, así que Don quijote se lanzó contra los guardias con sus armas y espadas, por lo que los presos aprovecharon en escaparse incluyendo a Ginés de Pasa monte, al ver la libertad de este Don quijote le pide, que se vayan a la ciudad de Toboso y le digan a su amada Dulcinea todo lo que había acontecido, y Ginés le dijo que no podían hacer eso, ya que los podían apresar nuevamente, así que esté viendo que Don quijote no era muy cuerdo, él junto a sus compañeros le empezaron a lanzar piedras, y Don quijote cayó, hasta que cada uno de los presos se marcharon.
Llegaron hasta una posada, donde Don quijote y Sancho Panza procedieron a descansar, pero al momento de dormir se escuchaban gritos como si estuvieran en una batalla, era Don Quijote quién estaba teniendo un sueño de estos, y se acercó el dueño de la posada a ver que acontecía, y vio que estaba regado el vino y varias cosas de la habitación, así que los desalojo, y estos se fueron, después de 6 días de largas caminatas junto a sus animales, llegaron a su pueblo, donde Don quijote fue recibido por su sobrina y su ama y Sancho panza por su hija y su mujer. Así que el cura del pueblo fue a visitarlo, ya que no lo había visto en casi un mes, tuvieron charlas de varios temas y el sacerdote se marchó para dejarlo descansar.
Luego Sancho tuvo una conversación con su mujer, donde le decía, que si seguía conquistando batallas con Don Quijote, él iba a ser el gobernante de una isla, pero su mujer no se sintió tan a gusto con los pensamientos de Sancho, así que acabaron con la conversación y Sancho volvió donde Don Quijote.
Entre más pasaban los días, ellos iban teniendo más aventuras y las personas de diferentes pueblos, ya estaban al tanto de quién era Don Quijote de la Mancha, pero Sancho fingía creerle todo lo que decía Don Quijote, ya que eran grandes amigos.
Una mañana salió Don Quijote, y en su paseo, vio a un caballero también armado, que en su escudo traía una resplandeciente luna, por lo que al momento que cruzaron palabras, este le dijo que era El Caballero de la Blanca Luna, y que venía a competir con él para probar fuerzas, y que si él ganara, Don Quijote tendría que irse a su tierra por un año y trabajar como una persona normal, y si Don Quijote lo venciera este podría ocupar todas sus armaduras. Entonces Don Quijote acepto el desafío, entonces procedieron con la batalla por lo que El Caballero de la Blanca Luna, arremetió fuertemente sobre Don Quijote por lo que este resulto herido y tuvo que hacer lo que su contrincante le propuso antes de la batalla.
Conclusión
Don Quijote de la mancha regreso a su tierra después de tantas aventuras, y paso 6 días en cama, donde se enfermó fuertemente, así que fue visitado por el cura y el resto de sus amigos, principalmente Sancho Panza. Entonces llego el médico, lo reviso, y dijo que es mejor que atendiesen la salud de su alma, porque la de su cuerpo estaba en peligro.
Así que Don Quijote había recuperado juicio y estaba libre y claro de pensamientos, y en eso momento detesto los libros de caballerías porque lo llevo a estar postrado en una cama, ya que por ellos había perdido su juicio y lo llevo a hacerse caballero andante, ya viéndose mal hizo un testamento donde dejo sus bienes a Sancho Panza y a su sobrina. Pasaron tres días, cuando en medio de sus amigos y familiares, Don Quijote de la Mancha pereció, en medio del dolor y llanto, que profanaban los presentes.