Ecopedagogía Frente Al Cambio Climático
Vivimos épocas industrializadas, tecnológicas y virtuales, aparentemente modernas que hace a muchos vivir sus propias realidades y negar la presencia del Cambio Climático. Como lo dijo alguna vez Trump, Según El País (2018) “No me lo creo, con estas cuatro palabras el presidente de EE.UU., Donal Trump, tumba 1.656 páginas de un informe que detalla los devastadores efectos del cambio climático en la económica, la salud y el medio ambiente”
Este tipo de pensamiento es justificado por el racionalismo positivista y su visión del mundo, que ha hecho creer que el “ser humano” es un ser superior a todo, capaz de controlar su alrededor. Y la educación ha sido utilizada para adoctrinar y validar dichos paradigmas, convirtiéndose en instrumentos de colonización. Frente al cambio climático dichos paradigmas van perdiendo credibilidad y nace la Ecopedagogía según Gadotti (2003) como proyecto alternativo global, que a partir de la conciencia planetaria pretender ser un modelo de civilización sostenible. Es en tal sentido, que el propósito de este artículo es explicar la importancia de la ecopedagogía frente al cambio climático, para ello se hablará de la Ecopedagogíca como paradigma educativo, como movimiento pedagógico y como abordaje curricular.
Hacer este trabajo permite concluir en la importancia de la Ecopedagogía para desarrollar una conciencia ética planetaria desde la educación sobre todas las diversidades de vidas y poner límite al extractivismo para preservar el planeta y nuestra existencia.
La ecopedagogía como paradigma educativo.
Estamos en medio de una crisis que no queremos ver. Para Ferraz (2012)” La educación escolar y académica, son entendidas como mera palanca de empleabilidad, rentabilidad económica y ajuste de los mercados laborales, con capacidad inconmensurable para escamotear la dimensión crítica y los valores morales universales de los estudiantes” (p.7)
El contexto socio-político-ambiental lleva a cuestionar los paradigmas educativos y de vida de la humanidad, el paradigma racionalista positivista solo ha conseguido poner a la “humanidad” como masa laboral y como ser superior, que saquea la naturaleza, provoca muertes, sufrimiento y destrucción en nombre del desarrollo por muchos siglos. El resultado de sus acciones lo vemos materializado en el “Cambio Climático”, que impacta en todos los seres vivos de este planeta: los últimos escenarios de desastres desde la década del 2000´s, han sido cada vez más aterradores, los incendios forestales del 2019 -2020 en Bolivia, Brasil y Australia así lo demuestra.
Según Espósito y Zandvliet(2013):
La presencia de múltiples crisis globales señala el término de un ciclo capitalista: La Crisis alimentaria, Crisis energética, Crisis económica y financiera, que son englobada por la crisis climática, y está obligando a los países industrializados a asumir la responsabilidad del ajuste del cambio climático en tanto su trayectoria económica es la causante de todo esto (p.40).
Las críticas ecologistas desde el siglo XX a la negación de la naturaleza en las sociedades actuales, se vuelve más incidentes y esto conllevó a la realización de varias conferencias y encuentros académicos. Para Sarmiento, el tema medio ambiental es un problema latente:
En 1972 en Estocolmo se reconoce la interrelación y el conflicto ente medio ambiente y desarrollo, pero el problema era solo de carácter técnico. Ese mismo año se publicaron los estudios sobre el Club de Roma “Los límites al crecimiento” que advierte, de continuar las tendencias del crecimiento poblacional, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y el agotamiento de los recursos naturales, en solo 100 años se alcanzaría el límite del crecimiento del planeta. Para 1975 se reconoce la responsabilidad ética y educativa humana en la Carta de Belgrado, donde señala los objetivos de la educación ambiental mundial. Los esfuerzos pedagógicos sobre el tema, llevo a que en la Cumbre de Rio de Janeiro en 1992, se reconozca las implicancias sociales, políticas, económicas en el deterioro ambiental y el desarrollo, y puso en evidencia el “Calentamiento Global” (2013, pp. 4-5)
Luego de un dialogo intercultural que se llevó a cabo durante una década a nivel mundial en torno a diversos objetivos en común, se tuvo como resultado la Carta de la Tierra. En el año 2000, se concluyó el documento y se dio a conocer públicamente como una carta de los pueblos y como un documento ético que plantea a la humanidad elegir su futuro hacia la transición a una sociedad global sostenible e indica,” somos una sola familia humana, una sola comunidad terrestre con un destino común” (Carta de la Tierra ,2020).
La Carta de la Tierra plantean un nuevo paradigma de vida bajo otros marcos de convivencia, es en estos espacios de dialogo que, la ecopedagogía se consolida como apuesta educativa, como Gadotti (2003) dice:
Lo que llamamos ecopedagogía, inicialmente fue llamado “pedagogía del desarrollo sustentable”, y se está desarrollando como movimiento pedagógico o como abordaje curricular. Adquiere sentido como proyecto alternativo global porque la preocupación no solo es la preservación de la naturaleza (ecología natural) o el impacto humano sobre el ambiente (ecología social), sino que es un nuevo modelo de civilización sustentable (Ecología integral) en tanto implica un cambio de las estructuras económicas, sociales y culturales: por lo tanto, es unido a un proyecto utópico: Cambiar las relaciones humanas, sociales y ambientales. (pp. 7-8)
La ecopedagogía es considerada como nuevo paradigma educativo, una alternativa global un nuevo modelo de civilización sustentable.
La ecopedagogía como movimiento pedagógico
Desde el SXX, el movimiento ecologista ha criticado duramente al sistema capitalista y neoliberal, y lo responsabilizan de la devastación planetaria. De igual manera ha criticado duramente a la educación y su rol adoctrinador que esta el servicio de los poderosos. Chomsky (2014) dice que:
Desde el tiempo de la biblia los intelectuales que más tarde fueron denominados (falsos protestas), trabajaban en pro de los intereses de los poderosos. y así mismo, se sabe que existían intelectuales disidentes con una concepción alternativa del mundo, lo que después fueron llamados (profetas), y que estos fueron torturados u obligados a exiliarse, las cosas no son muy diferentes en nuestros días. Por otro lado, dice que imprescindible analizar la cobertura de la objetividad que utilizan los intelectuales para no incorporar en sus análisis algunos factores poco convenientes, y que revela su complejidad con la eliminación de la verdad al servicio de la ideología dominante. (pp. 14-15)
Grandes fueron los esfuerzos para que la Ecopedagogia fuera concebida como una propuesta alternativa a la educación dominante, sobre todo porque esta plantea cambios estructurales en las escuelas, la sociedad y la concepción del desarrollo. El riesgo que corre, y que ya se viene haciendo, es ser asumida por el sistema como una propuesta ecológica anulando el contenido crítico y político transformador, y se está convirtiendo en iniciativas individuales que no pasa de sembrar huertos o recoger la basura de las calles, y para ello se requiere de una ciudadanía activa como diría Gadotti (2003):
La respuesta parece venir del fortalecimiento del control ciudadano frente al estado, el mercado y la sociedad civil. El ciudadano y ciudadana fortalecido tiene capacidad de gobernarse y controlar el desarrollo. He aquí el papel de la educación, formar para la “ciudadanía activa”. Para que haya una comunidad sustentable que vive en armonía, no solo depende de un compromiso ecológico, sino ético-político que está alimentada por una pedagogía “ciencia de la educación y una práctica social definida”. Al estar la Ecopedagogía inserta en el movimiento socio-histórico, forma ciudadanos capaces de escoger su futuro, solo así sería una pedagogía nueva y democrática. (pp. 12-13)
Humberto citado por López (2017) dice que:
Desde la perspectiva de la Ecopedagogía, se resalta la responsabilidad de la educación en la construcción de un modelo nuevo y diferente del mundo, donde se establezca la importancia capital de la resignificación del sentido de la formación educativa dirigida a la formación de un “ciudadano convivencial” que piense como habitante de una comunidad planetaria, que perciba el planeta como una totalidad única e identifique a los demás seres humanos que lo habitan como sus iguales; por lo tanto, desaparecerán las diferencias por razones geográficas, culturales, de raza, económicas y sociales.(p.10)
Es en este sentido, que la Ecopedagogía como movimiento pedagógico, es vista como una propuesta trasformadora de la realidad, que asocia de una manera holista los derechos de los seres humanos, los seres vivos en general y los de la tierra.
Ecopedagogía como abordaje curricular.
Es imposible mantener este mundo, sus relaciones sociales, y las malas relaciones entre nosotros y el planeta, frente a ello hay una necesidad de nuevos paradigmas educativo, la generación de aprendizaje desde nuevos escenarios.
según Gadotti (2003) la formación está ligada al espacio/tiempo y se realiza en las relaciones entre el ser humano y la naturaleza, y se encuentra a nivel de subconsciencia, por ello es necesario una ecoformación para volverlas conscientes y la ecoformación necesita de una ecopedagogía. (p.8)
Es en tal sentido, para que la ecopedagogía lleve hacia una conciencia planetaria, primero como diría Freire (1992)
Los educadores y educadoras tienen que ser coherentes con su sueño democrático, respeten a los educandos, y por eso mismo no los manipulen nunca. De ahí la cautela vigilante con que deben actuar, con que deben vivir intensamente su práctica educativa; de ahí que sus ojos deban estar siempre abiertos, sus oídos también, su cuerpo entero abierto a las trampas del ‘currículum oculto’. (p.98)
Para Giroux(2004) el curriculum oculto “son aquellas normas, creencias y valores no declarados, implantados y transmitidos a los alumnos, por medio de reglas subyacentes, que estructuran las rutinas y las relaciones sociales en la escuela y en la vida en las aulas”. (p.73)
Entonces ¿se puede aprovechar del curriculum como instrumento para articular la propuesta ecopedagogíca? Abril (2003) dice que sí y que es parte del rigor metódico que exige Freire. Además, indica que el “El curriculum no puede ser un molde que varía según la situación geográfica y las edades de los educandos o los sistemas educativos vigentes, debe tener como punto de partida que “no hay docencia sin discencia” (p.8)
“Hemos dicho que la escuela determina el curso de la vida, en latín curriculum. ¿Qué es un currículum? Es el modo y manera en que se pasa una vida. ¿Quién debe estar autorizado a determinar cómo pasamos nuestra vida? ¿Para qué tipos de vida hay autorización y para qué otros no la hay? ¿Quién otorga semejante permiso? Si admitimos que no estamos autorizados a determinar nuestras vidas, ¿por qué han de determinarla otros?…” (Romano citado por abril, 2003, p.9).
El curriculum debería ser asumida desde la practica liberadora, haciendo un recuento de Paulo Freire (1992), Gadotti(2003), Abril(2003), Regules(2014), y Carta de la Tierra (2020), se tendría la siguiente propuesta de lo que tendría el curriculum:
Primero, El curriculum tendría una reorientación para incorporar principios de la Ecopedagogía, para generar la “conciencia planetaria”. Y tal concepción debería ser orientada en la elaboración de los contenidos y los libros didácticos, debe tener un significado desde la cotidianidad para los alumnos y para el planeta.
Segundo, educar para la libertad, seres humanos capaces e inteligentes conscientes de su existencia y con pensamiento crítico que elige libremente su destino.
Tercero, la generación de vínculos. Partiendo de la vida cotidiana, se camina con sentido crítico y se reeduca la mirada y el corazón. se generan nuevos ciudadanos planetarios que articula la ética, ciudadanía, la multiculturalidad, la madre tierra, género, la paz. como dice Edgar Morin citado por Gadotti(2003)”es necesario ecologizar todo para el descubrimiento de la planetarización”
Cuarto, una Ecopedagogía como educación para la ciudadanía planetaria, no se limita a los educandos, educadores, se vincula a los habitantes de la tierra, inserción del individuo en la comunidad local-global que interactúa y genera compromiso, es un paradigma que abarca la ecología natural, la ecología social y la ecología integral.
Quinto, Ecopedagogía generadora de un movimiento social, al moverse desde las necesidades reales, analiza críticamente, genera acción individual y colectiva transformadora.
Finalmente se concluye que si se esperara un planeta sustentable donde el cambio climático sea solo un llamado de atención. La educación tiene que dejar el mandato adoctrinador y asumir la propuesta Ecopedagogíca, sin desvincularla de la formación del pensamiento crítico, desarrollado individual y colectivamente desde la cotidianidad. Tiene que ser holístico, generar solidaridad, los conocimientos deben ser transformados en oportunidades y tienen que desarrollar una conciencia ética planetaria sobre todas las diversidades de vidas y poner límite al extractivismo para preservar el planeta y nuestra existencia.