Efecto Curativo de La Cultura Pop y de Las Películas en Los Problemas de Las Comunidades
El cine tiene un papel importante en la sociedad. Las películas hacen llorar, reír, entretener, educar y permiten que las personas reflexionen sobre la historia o se asombren de lo que puede pasar en el futuro. Particularmente en España, el papel del cine tiene una reputación para crear películas que se centran en las diferentes naciones dentro de España y sus relaciones entre sí y con el resto del país. En las películas, Ocho apellidos vascos (2014) y La isla mínima (2014), los directores usan el humor y el drama, respectivamente, para mostrar que los grupos en conflicto en cada película son mas que sus estereotipos.
Ocho apellidos vascos se enfoca en el conflicto entre los andaluces y los vascos y “cuenta la complicada historia de amor entre un chico sevillano y una joven vasca, cuya relación pone de manifiesto en clave de comedia las enormes diferencias culturales, identitarias e idiosincrásicas existentes entre el norte y del sur de España” (Bermúdez 129). Esta es una película donde el director Emilio Martınez-Lazaro eligió el método del humor para crear algo que las naciones pueden apreciar y reírse de sí mismos. Cuando la película fue estrenada en 2014, “Spain was able to laugh at the longest-lasting historical trauma that it had endured in the post–civil war era, and…Basque audiences laughed along with the Spanish” (Buse 229). Al mostrar el romance ‘prohibido’ entre un andaluz y un vasco, Martínez muestra de manera efectiva y divertida los estereotipos de los que se burla Rafa, pero debe adaptarse cuando intenta ganar el corazón de Amaia. Rafa y sus amigos hacen comentarios y bromas contra las mujeres vascas y cómo son violentas, odian a los andaluces, tienen mala higiene, y no son compasivas ni sensibles. Está claro que estos son estereotipos popularmente sostenidos por los andaluces, pero a pesar de todas las nociones preconcebidas, Rafa desarrolla sentimientos por Amaia que muestra que el amor es más poderoso que el juicio. Amaia tiene sus propios estereotipos contra los hombres andaluces, como se muestra en la escena inicial con sus amigas en el bar. Ella no aprecia los chistes que Rafa tiene contra los vascos y lo deja muy claro al causar una escena. Pelean y segundos después están juntos en la casa de él, la primera de las múltiples escenas en la película donde pelean, pero termina en besos. Amaia y Rafa representan las peores características de la persona estereotipada vasca y andaluza, “The most abusive stereotypes are expressed by Andalusian characters about Basques and vice versa: that all Basques are cold, potential terrorists, and live in “las Vascongadas,” and that Andalusians are lazy, hortera (tacky), and braggarts in matters of romance” (232). Se supondría que cada lado se ofendería con estas representaciones, pero el director hace referencia a Freud sobre por qué esta película demostró ser tan exitosa entre todos para superar las diferencias. “For Freud, humor triumphs over suffering by replacing suffering with pleasure, or even translating suffering into pleasure” (236). Freud, conocido por su análisis de la psique humana, descubrió que el uso del humor incluso en situaciones tensas tiene poderes curativos. Con el éxito de esta película humorística, dos grupos en conflicto de personas pudieron unirse para reírse de los eventos pasados y mostrar al mundo que son más que sus diferencias.
La relación rígida entre el pueblo andaluz y el vasco se debe a un momento difícil en la historia marcado por la violencia y la opresión. La lucha por la independencia creó una división en la sociedad durante muchos años que hasta Ocho apellidos vasco no se había abordado de manera tan pública. Esta película ejemplifica cómo la cultura pop puede tener un efecto curativo en comunidades con problemas previos entre sí y permite que las audiencias se rían de sí mismas y de cómo ven a otras personas en un entorno seguro. Ocho apellidos vascos conmocionó a España y al mundo con una película que no era solo una comedia romántica, sino una oportunidad para que los andaluces y los vascos se unieran sobre sus diferencias y se alzaran sobre su pasado.
La película La isla mínima se enfoca en un conflicto interno de la nación de Andalucía y con el uso de drama, muestra como el mundo afuera ve la gente andaluza. No es un tema a la vanguardia de la película, pero el problema del robo de la identidad andaluza y problema de “los otros” que se “infiltran” a Andalucía son temas importantes que el mundo debe entender sobre Andalucía. En su artículo, “La isla mínima: Un relato sobre la identidad andaluza,” la autora María José Bogas Ríos explica que la película retrata a las personas como
Personajes andaluces que aparecen son de extracción social baja, siendo el principal rasgo distintivo el habla… piel y pelo morenos, ropa de faena en general, camisa con puños remangados, pantalones, botas altas de campo y gorra o boina para ellos en tonos verdes, ocres y marrones; y batas de algodón abotonadas y delantal para ellas, que también aparecen con el pelo recogido de aspecto desaliñado y pocas joyas. Son numerosos los personajes que llevan alguna cadena al cuello con medallas religiosas o cruces como adorno casi exclusivo… son personajes de aspecto curtido por el trabajo duro. (Bogas 180)
Estos estereotipos son importantes para distinguir cómo los forasteros, el policía español, se representan y se comparan con los de la gente del pueblo. Estos policías españoles vienen a la ciudad para resolver los asesinatos de mujeres jóvenes que han estado ocurriendo. Tienen un sentido de superioridad proveniente de la ciudad y creen que son mejores que los locales. Estos hombres hacen que la ciudad sea cautelosa como “los dos protagonistas de la historia, no hablan andaluz, lo que hace pensar que no pertenecen a la comunidad, ya que por la asociación con los personajes principales de los que sabemos no son Andaluces” (185). Esta idea del ‘otro’ es un problema que enfrentan los andaluces cuando los extranjeros ingresan a su cultura, pero esta película también destaca que la cultura andaluza no es menos importante que otras, sino que hay un problema de clase. Bogas escribe, “el filme presenta las diferencias dialectales, distinguiendo mediante él a los personajes andaluces de los que no lo son como rasgo principal, pero en el que hay ausencia de vulgarismos, retruécanos y frases hechas, lo que no hace que haya un sometimiento cultural en el discurso, aunque sí de clases” (193). La historia juega un papel importante en la razón por la que existe la tensión entre España y Andalucía. Durante la época de Franco, los españoles rechazaron gran parte de la cultura y la existencia andaluza. En su artículo, “La Distorsión de Al-Andalus en la Memoria Histórica Española,” el autor Alejandro García Sanjuán explica, “la exclusión de lo andalusí en el marco ideológico del españolismo, dado que la recuperación de España suponía, de modo necesario, la eliminación de lo andalusí. De ahí se derivan las fuertes connotaciones antiislámicas que siempre han caracterizado el pensamiento españolista” (García 65). La exclusión de Andalucía y cómo España las ve como diferentes, incluso como un grupo menor de personas, ha sido prominente durante décadas. Aunque no es completamente obvio como el mensaje principal de la película, La isla mínima muestran las luchas internas que enfrentan los andaluces alrededor de la trama de la película; Una forastera que viene a la ciudad para asesinar y tentar a las jóvenes, mujeres que son el futuro de los andaluces. En conclusión, esta película da muestras de una sociedad previamente juzgada y excluida de España que quiere ser aceptada y vivir libremente sin el juicio de los forasteros.
Desde una perspectiva externa, España es un país hermoso con una rica historia y cultura. Cuando alguien mira más de cerca ciertas regiones del país, la historia está marcada por la violencia entre naciones vecinas con diferentes idiomas, culturas y tradiciones; Un hermoso mosaico con piezas rotas. Una de las formas en que las piezas de mosaico se han vuelto a unir y permiten que diferentes naciones se recuperen de conflictos anteriores es a través del cine. A través de las películas Ocho apellidos vascos y La isla mínima, el director de cada película utiliza el humor y el drama, respectivamente, para retratar públicamente a los vascos y andaluces en formas que brindan una nueva perspectiva pública. Para influir en el cambio de los pensamientos de la gente, muchos lo han visto públicamente. Es el resultado de estas películas, no solo en la taquilla, sino también en la forma en que arrojan luz sobre los estereotipos cambiantes que han resultado en fenómenos culturales.
Obras Citadas
- Bermúdez de Castro, Juanjo. “RE-ESCRITURA DISCURSIVA DEL TERRORISMO A TRAVÉS DEL CINE ESPAÑOL CONTEMPORÁNEO: OCHO APELLIDOS VASCOS (2014) Y LA REVOLUCIÓN DE LOS ÁNGELES (2014).” Studia Romanica Posnaniensia, vol. 42, no. 2, 2015.
- Bogas Ríos, M. J. (2016). La isla mínima: un relato sobre la identidad andaluza.
- Creatividad y Sociedad (25) 170-200
- García Sanjuán, Alejandro. “LA DISTORSIÓN DE AL-ANDALUS EN LA MEMORIA HISTÓRICA ESPAÑOLA.” Intus-Legere Historia.
- Martinez-Lazaro, Emilio, director. Ocho apellidos vascos. Universal Pictures Spain, 2014.
- Peter Buse & Nuria Triana Toribio (2015) Ocho apellidos vascos and the Comedy of Minor
- Differences,Romance Quarterly, 62:4, 229-241, DOI: 10.1080/08831157.2015.1068637
- Rodríguez, Alberto, director. La isla mínima. Atípica Films, 2014.