Ejercito y los Vigilantes de Aniguo Egipto
En el antiguo Egipto no hay información acerca de si los faraones tenían un ejército estable hasta el Imperio Nuevo, es decir, entre los años 1550 y 1069 antes Cristo. Tampoco tenían un cuerpo de policía organizado y su labor era mantener el orden público.
Había muchos tipos de seguridad con sus diferentes labores: Los Sasha, los vigilantes entre ellos porteros, sa-per, la policía local, soldados-policías, los nuu y los medjay.
Los soberanos de la corte tenían un propio cuerpo de seguridad que eran los guardaespaldas. De la vigilancia del harén real, es decir, de las mujeres y los niños de la familia real, se encargaban un grupo de hombres conocido como los Sasha.
Los vigilantes eran funcionarios que operaban a escala local y estaban pagados por el Estado con el fin de cumplir unas tareas específicas. Ejemplo: en la ciudad de los constructores de pirámides, estaban los vigilantes quienes se encargaban de controlar las construcciones y hacer sentir el dominio del faraón sobre los trabajadores. Algunos de estos vigilantes también trabajaban como porteros-policías, estos eran sobornados por los artesanos que deseaban salir del recinto para descansar. Esto podemos encontrarlo en la Sátira de los oficios, un texto del Imperio Nuevo.
Sa-per era otro grupo de policías del faraón que acompañaban a los recaudadores de impuestos cuando éstos acudían, cada dos años, a cobrar el «recuento del ganado». Estos golpeaban a los campesinos ante los escribas para que declararan sus ganancias, además de apalear a quienes se mostraban incapaces de pagar.
En los pequeños poblados estaba la policía local, quien se encargaba de mantener el orden los días del mercado, estos utilizaban animales como monos o perros para intimidar a las personas.
La seguridad de las fronteras se encargaba de la defensa militar y de impedir la entrada de «inmigrantes». Esto fue sobre todo en Nubia, donde se construyeron una serie de fuertes con soldados-policías encargados de impedir que ningún nadie pueda cruzar la frontera por ningún medio, agua o por tierra. Solo los negros podían pasar cuando venía a comerciar en Iken o para dar algún tipo de mensaje.
También había patrullas fronterizas en el desierto líbico, por donde deambulaban beduinos que realizaban incursiones hasta el Nilo. Para evitarlo, empezaron a recorrer el desierto grupos de hombres llamados nuu, que viajaban acompañados por perros especialmente adiestrados en labores de detección.
Los guardianes de tumbas o también llamados medjay, era el grupo de seguridad más evolucionado que hubo en el antiguo Egipto. Eran mercenarios que habían intervenido al servicio de los reyes de Tebas en las luchas contra los invasores hicsos por el control del país. Sus buenos oficios en la expulsión de los hicsos hicieron que el faraón los convirtiera en un cuerpo de soldados-policías.
Además de patrullar el desierto, también protegían el Valle de los Reyes y otras zonas de especial relevancia para el soberano.
En el Valle de los Reyes, no se conocen los métodos de estos cuerpos de seguridad, podían ser patrullas nocturnas a ciertas horas, o bien recorridos por la cima del acantilado, controlando desde arriba lo que pasaba. Pero no hay duda de que esa vigilancia no era una de las mejores.
Así lo muestra el caso de la tumba de Tutankamón, que fue saqueada dos veces al poco de ser enterrado en ella el faraón. En la primera ocasión, los ladrones se llevaron aceites, ungüentos, joyas pequeñas, quizá los papiros, etc… En la segunda ocasión, los ladrones no tuvieron tanta suerte pues fueron pillados y la tumba fue sellada hasta 1922, cuando Howard Carter la descubrió.