El Aprendizaje en los Niños con Discapacidad Auditiva
Los padres y docentes tienen un rol fundamental en el aprendizaje en los niños con discapacidad auditiva. La detección temprana y el conocimiento del grado de deficiencia son claves para el desarrollo del pequeño. La discapacidad auditiva incluye la hipoacusia y la sordera profunda. La primera es una disminución de la audición que puede variar en grado y atacar uno o los dos oídos.
La sordera profunda supone una discapacidad auditiva superior al 90%, por lo que no es funcional para su vida ordinaria. Lo cierto es que ambas situaciones afectan de modo diferente los aspectos cognitivos y de socialización. Sin embargo, es posible aprender con la suficiente motivación y la adaptación de su entorno.
¿Cómo favorecer el aprendizaje en los niños con discapacidad auditiva? La falta de audición puede convertirse en un obstáculo para la adquisición del lenguaje; sin embargo, a nivel intelectual estos niños son iguales al resto. Lo importante es ofrecerles las herramientas necesarias para adquirir los conocimientos.
- Estimulación de la audición residual
Quienes presentan hipoacusia poseen un grado de audición que se denomina residual; es el que les permite adquirir conocimientos por la vía auditiva. La estimulación de esta facultad en el núcleo familiar, escolar y con fonoaudiólogos genera resultados muy positivos.
- Proveer un sistema de comunicación temprano
Es preciso comenzar desde la detección a generar un sistema de comunicación oral o por señas que le informarse. El conocimiento y la posibilidad de comunicarse con otros favorece su desarrollo cognitivo y social.
- Complementar con otros sistemas
El aprendizaje en los niños con discapacidad auditiva mayor puede volverse más lento y ocasionar frustraciones. La integración de otros sistemas complementarios a la audición es muy beneficioso.
Este tipo de medidas les permite a los pequeños conocer y comprender valores, normas y hasta el propio lenguaje. Además, se evita el aislamiento de su grupo de amigos y compañeros.
- Desarrollar la capacidad de comprensión lectora
Los niños escolarizados consiguen una gran mejoría en su aspecto cognitivo con la lectura y escritura. El sentido de la vista es uno de sus mejores aliados. Acceden a un nivel de autonomía que les brinda seguridad y aumenta su autoestima. También pueden acceder a la información que necesiten por sus propios medios.
- Adaptación curricular
En las escuelas, la primera medida a tomar es la adaptación curricular para el aprendizaje en los niños con discapacidad auditiva. Si bien los contenidos a desarrollar siguen la misma línea, la estrategia y los métodos varían. Se suma el apoyo logopédico, tecnológico y demás herramientas para conducir a la integración.
- Dispositivos tecnológicos para personas con discapacidad auditiva
En la actualidad se observan grandes avances en la materia; los expertos pueden orientar a la familia para elegir la tecnología ideal para el niño. Existen audífonos digitales que amplifican únicamente la deficiencia. Con ellos es posible acercarse en un gran porcentaje a la audición de una persona sin deficiencias.
Existen también auxiliares auditivos que recuperan un porcentaje de la escucha. Prótesis internas y demás productos que intentan mejorar la calidad de vida de los hipoacúsicos. Pero en todos los casos es necesario verificar cuál es el que mejor se adecua al pequeño.
- Lengua de signos
El acceso al aprendizaje de la lengua de signos también es una gran medida. En muchas ocasiones, es la única manera que tienen los niños de adquirir un sistema de comunicación. Es indispensable que toda la familia participe de esta propuesta. Asimismo, no hay que abandonar la motivación para sistemas complementarios.
- Familias responsables del aprendizaje en los niños con discapacidad auditiva
Las familias son el primer eslabón para construir un aprendizaje feliz en los niños con discapacidad auditiva. La prioridad está en tomar consciencia de la discapacidad y actuar rápidamente. La participación activa del entorno familiar garantiza los avances rápidos y fructíferos.
Las personas con audición disminuida pueden tener problemas para el habla. En el caso de no recibir una enseñanza personalizada, esto repercute directamente en su desarrollo cognitivo. Sin embargo, está comprobado que llegan al mismo nivel intelectual que los oyentes con acompañamiento. Los retrasos en la adquisición de ciertos conocimientos también son factibles de corregir. Por lo tanto, hay que tener paciencia y adaptar el entorno para colaborar con ellos.
Para conseguir los beneficios esperados hay que buscar ayuda de profesionales, capacitarse y fomentar la socialización. La seguridad en sí mismos y en sus capacidades debe ser uno de sus mayores fuertes.