El Bando Nacional Y El Frente Mediático
El bando nacional, al contrario que el bando republicano, unifica enseguida sus fuerzas en el frente mediático. Logra así, a pesar de su escasez de recursos de difusión propagandística en los inicios de la guerra, cuando la mayoría de las emisoras y periódicos han quedado en el bando republicano, una gran eficacia. Fueron en parte el ejército y el clero los encargados de una concienzuda unificación de la información y la propaganda.
La Iglesia cubre la minoría de recursos de difusión disponiendo toda su organización al servicio de la propaganda de los franquistas, aportando contenido ideológico y proporcionando la justificación necesaria para su acción.
“La principal diferencia, con respecto a la España republicana, es que en la España nacional la dirección unidireccional de la propaganda posibilitó una implicación mucho más intensa”.
Los insurrectos fueron desde el principio conscientes de la importancia que tendría el medio radiofónico, cuyas bases ya estaban asentadas en España. Ya desde el comienzo la radio cuenta con un gran papel en el golpe de estado. Su estrategia es muy eficaz y hay que reconocer, independientemente de la ideología, el valor que tienen sus medidas.
“El 18 de julio el ejército empleó Radio Tenerife con un discurso en el que proclaman el estado de guerra. Misma emisión que se reproduce desde Radio Las Palmas (EAJ-50), Radio Tetuán o Radio Ceuta. Además, se une enseguida a esta proclamación Unión Radio Sevilla (EAJ-5), que ya desde el inicio del levantamiento es tomada por el poder militar.”
Los ciudadanos descubren así que la insurrección no es exclusiva del exterior peninsular, a pesar de que las autoridades republicanas aseguran que estas primeras emisiones en Sevilla son en control de Radio Ceuta.
Según distintas fuentes, el propio Franco realiza el 18 de julio de 1936 una intervención radiofónica, pero no existe unanimidad al respecto, señalando unos que emite en la emisora Radio Tenerife o Radio Las Palmas, mientras otros hablan de la propia de la Guardia Civil de Tetuán. Se cree que todavía no ha marchado a Tetuán, por lo que no puede haber realizado allí su intervención. Lo que es seguro es que en su discurso se dirigiría ‘a cuantos sentís el santo amor a España’ y pide su apoyo en la rebelión. Se refiere además “al caos, la anarquía, el marxismo, el separatismo y los agentes extranjeros o extranjerizantes”, aspectos que posteriormente se repiten en la propaganda nacional.
Otra intervención que tuvo lugar ese 18 de julio es la de Queipo de Llano, personaje recurrente después en la radio nacionalista y cuya propaganda por medio de emisiones periódicas se extenderá el 1 de febrero de 1938.
Esta diferencia de medios se soluciona, en parte, gracias a la ayuda portuguesa, a la que posteriormente se une la alemana e italiana.
A pesar de que en ese primer golpe la mayoría de grandes emisoras quedan en territorio republicano, los insurrectos tenían como prioridad el control de la emisora de radio de cada espacio que conquistaban, por lo que según avanzan por el territorio español “se unen a ellos Radio Pamplona (EAJ-6, que rápidamente pasaría a ser Radio Requeté de Pamplona), Radio Valladolid (desde agosto), Radio Castilla (EAJ-27, Burgos), Unión Radio San Sebastián (EAJ-8) y Radio Oviedo. Todas ellas eran radios locales con una potencia limitada.”
Desde las radios en su poder daban actualizaciones de aquellos territorios en los que triunfaba su levantamiento y convocaban el Estado de Guerra. Ya desde el comienzo realizan una intervención en las ondas nacionales para informar a la nación de la situación.
Pero, pese a sus grandes esfuerzos, no logran alzarse con el poder en Unión Radio Madrid, lo que convierte a la emisora en un punto de máximo interés, por su importancia nacional. Es esta la emisora empleada por el gobierno republicano para su propia propaganda.
Una semana después se instaura la Junta Nacional de Defensa, en el que en los artículos séptimo, octavo y noveno se establece la censura, incautan los medios de comunicación y toman control sobre las radios:
- “ARTÍCULO SÉPTIMO. Serán sometidos a la previa censura dos ejemplares de todo impreso o documento destinado a la publicidad.
- ARTÍCULO OCTAVO. Se declaran incautados, y a mi disposición, todos los vehículos y medios de comunicación de cualquier clase.
- ARTÍCULO NOVENO.— Queda prohibido, hasta nueva orden, el funcionamiento de todas las estaciones radio-emisoras particulares de onda corta o extracorta, considerándose a los infractores como rebeldes, a los fines del Código de Justicia Militar.”
La censura es empleada como un elemento más de propaganda, con especial insistencia en la censura de las retransmisiones enemigas, prohibiendo su escucha y difusión.
En 1937 se es plenamente consciente de la importancia de la propaganda llevada a cabo hasta el momento. El 14 de enero se crea la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda (DEPP), gestionada por la Secretaría General del Jefe del Estado. En 1938 la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda pasa a estar bajo el control del Ministerio del Interior, con Ramón Serrano Suñer.
La Oficina de Radio se dio a Emilio Díaz Ferrer. Uno de los primeros actos de la delegación fue la creación de Radio Nacional de España en Salamanca, inaugurada el día 19 por Franco. “Esto es posible gracias a la ya mencionada ayuda técnica de Italia y Alemania. La emisora se funda basándose en el Ente Italiano per le Audizione Radiofoniche (EIAR) de Italia y la Rundfunk Reichs Gesellschaft (RRG, Compañía de Radiodifusión del Reich) de Alemania. La emisora era una Lorenz de 10 Kw., alemana.” “Radio Nacional de España se convierte en la mayor fuente de propaganda del régimen. A través de ella los ciudadanos escuchan partes de guerra y las crónicas, sobre las que el resto de medios, como la prensa, escribían después sus informes. Cuando el comandante de ingenieros Arias Paz se hizo cargo de la Delegación de Prensa y propaganda, en abril de 1937, nombró director de la emisora a Jacinto Miquelarena quien continuó al frente de la misma a pesar de las sucesivas reorganizaciones de los servicios de propaganda franquistas. Además de Radio Nacional y de Unión Radio Sevilla, en el bando franquista se fue gestando una red de emisoras dependientes de F.E.T y de las J.O.N.S.”
Los nacionales contaban con Servicio de Escucha que, contra la censura a la que sometían a su población en las emisiones republicanas, recogía toda la información emitida por las emisoras enemigas.
Queipo de Llano entre otros empleaba en sus emisiones esa información para lanzar ataques e intimidar, gracias a las referencias a la situación ocurrida en el otro bando, a la población enemiga que seguía sus emisiones.
Como ya se ha mencionado, uno de los eventos de mayor relevancia propagandística en la radio nacional durante la Guerra Civil, junto a la creación de RNE, son las emisiones realizadas por Queipo de Llano en Unión Radio Sevilla desde el 18 de julio de 1936 al 1 de febrero de 1938.
Éste puede considerarse una de las primeras estrellas radiofónicas en España, seguido por numerosos oyentes pese a su lenguaje vulgar y macabros mensajes. Desde la primera a la última emisión, celebró un programa todos los días, siendo escuchado en ambos bandos.
Fue nombrado el “virrey de Andalucía”, con mandatos como “perseguir a los rojos como a fieras, hasta hacerlos desaparecer a todos”. “Decía lo primero que se le pasaba por la cabeza”, contando simplemente con un esquema previo. Su discurso no era retórico, disfrutando la intimidación:
“Por cada uno de orden que caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos —gritaba Queipo desde los micrófonos de la emisora—, y a los dirigentes que huyan, no crean que se librarán con ello: les sacaré de debajo de la tierra si hace falta, y si están muertos los volveré matar”.
Empleaba un tono ordinario y grosero, humor negro, vocabulario burdo y palabras amenazadoras, incitando frecuentemente al asesinato y la violación, con odio visceral al enemigo: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen”.
Sus emisiones se detienen finalmente a instancia del propio bando franquista, que encuentra trabas en su empresa de ganar la aceptación internacional, especialmente Francia e Inglaterra, en los que Queipo de Llano ha alcanzado los periódicos.
Los partes de guerra son sistematizados, difundidos por Fernando Fernández, destinados a animar a los combatientes y desmotivar al adversario. En 1938 Antonio Tovar comienza a dirigir la Sección de Radio y desde el 13 de febrero será el máximo responsable de RNE. Intenta unificar las pequeñas emisoras del bando nacional. Además durante su dirección finalizan las emisiones de Queipo de Llano.
El último parte de guerra se retransmite por RNE desde Salamanca, por Fernando Fernández. Tiene lugar el 1 de abril de 1939 el último parte de guerra y está firmado por el propio General Francisco Franco. Pone fin oficialmente a la Guerra Civil Española.
“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.
El Generalísimo Franco
Burgos, 1° de abril de 1939.”
Antes de que termine la guerra en el bando sublevado ya son conscientes de que la victoria será suya. Por este motivo deja de centrar todas sus fuerzas en la propaganda radiofónica y emiten otros formatos guionizados, como el teatro.
Además, la censura se recoge en Boletín Oficial del Estado de la orden de 6 de octubre de 1939 (BOE del 7). Firmada por Serrano Suñer y ejecutada por Antonio Tovar, bajo la amenaza de un nuevo enfrentamiento, la Segunda Guerra Mundial. No puede emitirse ningún tipo de programa (incluidos los formatos de entretenimiento como las cadenas musicales) sin censura previa.