El Bitcoin, La Moneda Virtual Del Futuro

A lo largo de la historia, dieferentes sistemas económicos y sociales han ido desarrollándose y estableciéndose en las sociedades humanas. De todos ellos los más destacados tal vez haya sido: los primeros sistema agrarios, el feudalismo y por último y en el que nos encontramos hoy día, el capitalismo. Aunque tanto los mercaderes como el comercio existen desde los inicios de la civilización, el capitalismo como sistema económico, en Europa, no apareció hasta el siglo XIII. Éste, surgió para proponer el trabajo a cambio de capital (sueldos), en vez de por servidumbre o esclavitud como era habitual en la época feudal. Una de sus caracteristicas más representativas es que separa a clases sociaeconómicas específicas agrupadas en: capitalistas y trabajadores.

En los últimos años se está viviendo en nuestras sociedades un desarrollo evolutivo sin precedentes, debido casi exclusivamente al avance de las tecnologías. Estos avances se viven y perciben en todos y cada uno de los estamentos y pilares sobre los que se asienta nuestra civilización. Evidentemente, en el campo de la economía, este cambio también se hace notar, incluso si cabe con mayor ímpetu. En los últimos 30 años, el capital financiero (sistema que persigue el beneficio mediante la especulación, moviendo el capital o dinero atendiendo a las tasas de interés, tipos de cambio, variaciones de precios, adquisición y venta de numerosos productos financieros y derivados financieros), se ha convertido en el capital dominante en las principales economías capitalistas, superando a la élite industrial en poder e influencia. Esta evolución ha llevado a que el sector productivo se vea cada vez más sometido a la dinámica volátil del sector financiero. Además, están comenzando a surgir en algunos nichos de la economía de la información, un capitalismo diferente: más participativo, igualitario y humano: lo que algunos han comenzado a llamarlo capitalismo 2.0. Nos encontramos en un mundo sin fronteras, en la que la información fluye por medio de la tecnología y se nos escapa en cuestión de segundos, a cualquier parte, por lejos que esté. Pero no sólo eso, también nos encontramos en la era de internet, una tupida red que nos permite estar en contacto con cualquier parte del mundo en un instante. Esto se debe a lo que algunos autores denominan “Globalización”.

Tanto el avance de las redes sociales que facilitan la movilidad de información masiva en segundo, como imponente llegada del capitalismo financiero como sistema económico que necesita de nuevos productos finanieros para su manteniemito como el nuevo capitalismo 2.0 que facilita las relaciones laborales y se establece principalmente en sectores que priman el trabajo del ingenio y la creatividad, son un caldo de cultivo óptimo para la creación de productos como el bitcoin. ¿Pero qué es exactamente en Bitcoin?

Bitcoin, de forma resumida, es una criptomoneda o moneda virtual. Una unidad de pago autorregulada sin referencia física ni respaldo de un país, que preserva el anonimato de sus propietarios y cuyas transacciones se realizan a través de internet mediante códigos cifrados y confirmados de manera múltiple por los propios integrantes de la red (mediante la denominada tecnología ‘blockchain’, en la práctica un libro contable o registro compartido de la actividad). El conocimiento de un código te hace propietario de ese activo (criptomoneda). Es una moneda completamente digital. Las nuevas monedas son generadas por “minerías”, procesadores que trabajan 24 horas al día, siete días a la semana, para resolver problemas informáticos, puzles criptográficos de una deliberada y enorme complejidad, para que la red sea segura, a cambio de una retribución en bitcoins.

El 31 de octubre de 2008 a las 18:10:00 GMT, Satoshi Nakamoto, nombre ficticio, publica un artículo en internet donde plantea conceptualmente la idea del bitcoin. Por lo tanto situaríamos su surgimiento en el contexto de la crisis financiera del 2008, creada mediante un programa informático y que se programa para que en la obtención de una unidad halla que resolver una serie de problemas numéricos, teniendo en cuenta que fue diseñado como un bien escaso, por lo que solo existe un total de 21 millones de bitcoin.

Los defensores del bitcoin lo presentan como una moneda totalmente revolucionaria nunca antes vista que facilitaría su uso a cualquier usuario. Pero, al enumerar la serie de ventajas que ofrece esta criptomoneda, tal vez una de las que más llame la atención y a la vez, la que con más vehemencia defienden sus seguidores quizá sea que las transacciones financieras podías ser realizadas sin control estatal. Los defensores del Bitcoin le dan suma importancia a que la moneda no pertenezca a nadie y que sea descentralizado. Es decir, que no está controlado por ningún gobierno, ni banco, ni institución financiera ni empresa y que, a priori, cualquier individuo pueda crear criptomonedas a partir de una potente computadora desde la comodidad de sus casa.

Esta cuestión nos hace pensar que la función de Bitcoin no está enfocada a su uso como moneda, o al menos no es su única función ni la principal, sino que trata de convertirse en activos de inversión. El mercado financiero no para de crecer y ya está tomando la delantera al industrial en estos últimos años, en el caso de la criptomoneda no podía ser distinto. De hecho, podría decirse que Bitcoin es más un bien en sí que una moneda útil para la compra de bienes. Se debe principalmente a la fluctuación de su valor y la concepción del mismo como un activo financiero por una gran parte de sus usuarios.

Debido a los cambios bruscos de precio que ha sufrido en sus pocos años de vida no inspira confianza a la hora de adquirirla como moneda mientras que, por otro lado, cada vez son más comunes los fondos de inversión que están interesados en la criptomoneda. Por lo tanto, el interés en fomentar el uso una moneda fuera de todo control estatal parece responde a las ansias de los inversores en crear un libre mercado en torno a ella para, de ese modo, poder ampliar su capital comprando y vendiendo bitcoin en el mercado financiero.Pero al mismo tiempo conviene que este bien que se pone en venta tenga cierta confianza de los ciudadanos, ya que perdiendo esta confinaza, la moneda/productor perdería valor y carecería de sentido invertir en ella. ¿Y cuál es el problema respecto a la confianza del Bitcoin? ¿porque los posibles usuarios pueden dudar de él? La ciberdelincuencia.

Uno de los estigmas que más merma la confianza por parte de la ciudadanía en el bitcoin y de la que más ganas parecen tener de deshacerse los interesados en él es el de que la moneda deje de estar ligada a la ciberdelincuencia que se traudce en la compra de; drogas, armas, animales exóticos o toda clase de “producto” que sea capaz de encontrar uno en mercados ilegales de la web. Tal vez uno de los más sonados sea Silk Road. Se trata de un mercado negro en línea desde un sitio de internet operado como uno de los servicios ocultos de la red Tor conocido en términos informáticos como Internet profunda. Dado el anonimato que impera tanto en las adquisiciones como en las transacciones de bitcoin, es muy fácil que sea usado por ciberdelincuentes para la compra de materialies ilegales, pero, no solo eso, todo esto también puede ayudar al blanqueo de dinero de procedencia ilegal de personalidades defensores públicos del bitcoin, de hecho ya ocurrió.

Charles Shrem es un joven empresario y pionero del bitcoin. Sus empresas se caracterizaban por ser parte de los que al comienzo del artículo hemos denominado como capitalismo 2.0. Es decir, empresas menos jerarquizadas, más humanas, más igualitarias… De este modo se consigue que los empleados puedan sentirse más cómodos en los puestos de trabajo y ser más capaces de desarrollar su creatividad y buscar soluciones originales, algo sumamente importante cuando hablamos de bienes y mercados nuevos. Además, también el fudador de Intellsisys Capital, una empresa dirigida a adminiatras fondos de inversión de Bitcoin. La ocupación del mercado financiero por fondos de inversión es también de creciente importancia. Los activos de inversión, son productos en los que los compradores invierten su capital. Estos inversores adquieren lo que se denomina “activo financiero” que consiste en un título o simplemente una anotación contable por el que el comprador del título adquiere el derecho a recibir un ingreso futuro de parte del vendedor. Las empresas fundadas y dirigidas por Shrem estaban dirigidas principalmente al negocio del bitcoin, se trataban de empresas que ayudaban a conseguir bitcoin, dar a conocerlo, ayudar con las transacciones, administrar fondos de inversión de bitcoin, etc.

El capitalismo 2.0 corresponde a una reforma del tradicional capitalismo, igual que a su vez el mercado de finanzas corresponde a un reajuste del mercado industrial, dirigido por la ley de la oferta y la demanda. Estos reajusten no son casuales, los inversores capitalistas buscan la forma de expandir ese capital, y las “mejoras” realizadas en el sistema son dirigidas para conseguir ese objetivo. Por lo tanto, resultaría un tanto inocente creer que la criptomoneda solo fue creada con el objetivo de facilitarle la vida a la gente de a pie, de poder realizar trasferencias bancarias de forma más sencilla. El caso es que la extraña manera en que surgió la moneda, las tramas de blanquero de dinero que se han forjado en torno a ella, y la enormes cantidades de inversiones de capital depositados en esta criptomoneda junto a las ansias de estos mismos inversores en hacer de la moneda un bien fuera de control estatal, hacen creer que las intenciones de sus impulsores no son la de facilitar las transacciones, o desde luego no son el único motivo.

El interés generado en el Bitcoin no parece residir en su valiosa utilidad como moneda de intercambio, sino en el descubrimiento de un nuevo producto de inversión. El hecho que no sea propiedad de ninguna institución facilita su compraventa e inversión al estilo más puro de libre mercado. Pero como la mayoría de ciudadanos no estarían interesados en inversión de productos financieros, hay que buscar otras formas de vender el producto a los ciudadanos para que estos confíen en él como producto seguro y comiencen a utilizarlo en su día a día. Y he aquí otro de los componentes en los que los seguidores del bitcoin están interesados, en generar confianza al ciudadanos respecto a esta nueva moneda. La desconfianza en un activo resulta de extrema peligrosidad para sus inversores y por ello, una de las grandes desventajas que se le atribuyen a Bitcoin es esa, la falta de confianza de los posibles usuarios en él. Además, teniendo en cuenta que para la mayor parte de los agentes la existencia de intermediarios de confianza no es un problema, así como los costes e ineficiencias que se generan al tratar de eliminar a estos intermediarios, no parece que Bitcoin, en su configuración actual, vaya a tener un impacto significativo para el sector financiero como un sistema de pago alternativo a los canales tradicionales.

Por lo tanto, el uso del Bitcoin como moneda de cambio tal y como se plantea, fuera de control estatal puede resultar una idea muy jugosa para los inversores amantes del libre mercado que pueden ver la oportunidad de ampliar su generoso patrimonio. Para lo que para un ciudadanos medio no sería más que un “dinero” con el que realiza las trasacciones diarias más elementales, para los grandes especuladores sería un nuevo bien con el que hacer negocio, de ese modo perdería gradualmente su utilidad original, o al menos quedaría en segundo plano, y sería dedicado para su nuevo uso como ya ocurrió con bienes tan necesarios como las viviendas; el de mercancía y activo financiero.

17 August 2021
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