El Cáncer, Enemigo Invisible y Silencioso de los Bomberos
Se podría pensar que la mayor amenaza para un Bombero es una explosión o un derrumbe, pero su descuido frente a las toxinas que inhalan y se impregnan en su piel es, a la larga, su peor enemigo.
El fuego avanza amenazador, pero el carro bomba no tarda en llegar. Los vecinos se acercan a la máquina y, desesperados, gritan que existen hay víctimas en el interior. Se prepara de inmediato un equipo de búsqueda y rescate para ingresar, mientras el fuego y el terror lo consumen todo. Otro equipo baja una línea de agua de primera intervención y entra como una tormenta sobre las llamas, dando la oportunidad al resto para que rastree el lugar en busca de las víctimas que no alcanzaron a evacuar.
El tiempo de búsqueda se extiende y hay que tomar una decisión: el agua disponible debe usarse para evitar la propagación. Surge la orden de retirarse del lugar. Ya no hay nada que hacer salvo controlar el siniestro desde una distancia segura. Hay sabor a derrota: el fuego se ha llevado dos vidas, tres viviendas y un poco del alma de quienes lo combatieron. Sí,; de no ser por ellos, el incendio se habría propagado sin control, pero cualquier esfuerzo parece insuficiente si se pierden vidas.
Llega la hora de remover los escombros y realizar la recuperación. Sacando fuerzas de su espíritu de servicio, los Bomberos vuelven a caminar entre las ruinas humeantes para extinguir hasta la última chispa.
Al imaginar un siniestro, ese es el primer retrato que nos llega a la mente, pero el fuego no es el único peligro al que se enfrenta un Bombero. No estamos hablando de una viga suelta o de una explosión de gas, sino de un mal mucho más sutil que ha cobrado la vida de miles de Bomberos alrededor del mundo y que es tan temible que solo su nombre basta para infundir un miedo de muerte: el cáncer.
La exposición a las toxinas que lo provocan no solo ocurre en incendios estructurales convencionales, sino que también en emergencias como incendios de interfase forestal, quemas de basura, incendios de vehículos e inclusive en situaciones tan habituales e como tener el carro en marcha dentro de la sala de máquinas sin ningún tipo de ventilación. Más aún, hoy en día, las nuevas tecnologías en materiales de construcción, transporte y mobiliario aportan nuevas toxinas y contaminantes a los ya clásicos elementos de combustión.
Una amenaza tardía
Todos conocemos la tragedia del 11 de septiembre en Nueva York, que se llevó –además de las icónicas Torres Gemelas– la vida de 353 Bomberos del legendario Departamento de Bomberos de Nueva York. Sin embargo, no todos saben que esta calamidad ha seguido cobrando vidas de aquellos Bomberos que intervinieron en la zona cero: el número de víctimas fallecidas por diversos tipos de cáncer asciendíae a más de 2500 a fines del año 2012, según informes de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego y del Departamento de Bomberos de Nueva York. Más aún, en la actualidad existen decenas de Bomberos en proceso de tratamiento por esta enfermedad y día a día se siguen lamentando muertes de rescatistas participantes de la zona caliente. Y es que esta emergencia significó la liberación de una cantidad enorme de contaminantes, muchos de ellos carcinógenos reconocidos, haciendo presumible un nivel de exposición ocupacional sin precedentes.
Tiendo esto en cuenta, ¿qué le falta a Chile para reconocer la posibilidad de exposición ocupacional a carcinógenos en sus Bomberos? O, mejor aún, ¿qué debe pasar para que sus Bomberos reconozcan que existe esta exposición ocupacional?
Revisando aAlgunos estudios de cáncer en Bomberos
A nivel mundial, es sabido que el cáncer es la enfermedad que en el futuro próximo cobrará la mayor cantidad de vidas humanas; de hecho, es, de hecho, más probable morir de cáncer que morir atropellado por un vehículo motorizado. Existen numerosos estudios respecto al cáncer en Bomberos, y todos ellos muestran que ser Bombero se asocia con una mayor probabilidad de muerte debida a cualquier tipo de cáncer;. Mmás aún, demuestran que la probabilidad de muerte por cáncer es mayor que la de muerte por caídas de altura o derrumbes de estructuras durante el combate de incendios. Por ejemplo, estudios realizados por la Asociación Internacional de Bomberos evidencian que el 61% de las muertes de Bomberos en servicio activo –entre los años 2002 y 2016– tuvo que ver con el diagnóstico de cáncer. En números, esto nos dice que 1053 Bomberos murieron por algún tipo de cáncer. Entre estos destacan el de colon, pulmón, piel, próstata, recto, estómago y linfoma de Hodgkin.
Teniendo esto en cuenta, ¿podemos tomar alguna medida para evitar el desarrollo de esta enfermedad en la población bomberil? En primer lugar debemos considerar que, pese a que los Bomberos no están respondiendo a emergencias de proporciones en forma permanente, sí están expuestos día a día y en cada incidente a químicos y toxinas que son producto de la combustión. Ya sea en un incendio de pequeño tamaño –que para muchos puede ser un acto común de relevancia inocua–, como tambiéno en cualquier lugar en donde funcione el motor de un carro, es posible la exposición es posible. Estos químicos, entre los que se cuentan el arsénico, el benceno y el benzopireno, son reconocidos carcinógenos humanos; por ello, desde el año 2010 la Organización Mundial de la Salud reconoce la labor bomberil dentro del grupo de riesgo 2B, según la clasificación del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), siendo esta actividad posiblemente carcinogénica, según se aprecia en la siguiente tabla.
Posiblemente carcinogénico para los seres humanos.
Existe evidencia limitada de una asociación con cáncer en seres humanos e insuficientes pruebas asociadas con cáncer en animales de experimentación.
- Bomberos (exposición ocupacional).
- Gasolina.
- Anticonceptivos de progestágeno solo.
- Betunes: exposición ocupacional a betunes de carrera recta y sus emisiones durante la pavimentación de carreteras.
Clasificación dell IARC de agentes 2B.
Existe limitada evidencia de asociación de la actividad bomberil con cáncer en seres humanos. Por ello es de fundamental importancia la realización de estudios que permitan fortalecer la evidencia científica de esta asociación. Por ejemplo, un estudio realizado en 30 000 Bomberos de San Francisco y Filadelfia –entre los años 1950 y 2009– evidenció un incremento en la incidencia de varios tipos de cáncer asociados a la exposición ocupacional a diversos agentes, destacando el maesotelioma maligno en mujeres y el amianto en hombres. Esta sustancia, más comúnmente conocida como asbesto, fue muy utilizada hace algunas décadas como componente de numerosos materiales de construcción y, especialmente, como aditivo retardante del fuego. Afortunadamente –y gracias a la evidencia científica–, el asbesto ha sido gradualmente eliminado del mercado, llegando a prohibirse en nuestro país desde el año 2001, tal como lo establece el Decreto 656.
Ahora bien, ¿qué tan conscientes son los Bomberos de la cantidad de carcinógenos presentes en el humo? Sin ánimo de generar una reacción excesiva, la verdad es que podemos encontrar carcinógenos en el humo de cualquier emergencia estructural, sin que esta sea necesariamente de grandes proporciones. Más aún, es posible considerar que cualquier emergencia con fuego tiene el potencial de liberar carcinógenos en forma de productos de la combustión, y especialmente de liberar hidrocarburos cuando la combustión es incompleta. En efecto, si observamos el grupo de riesgo 1 de la IARC, encontramos compuestos presentes universalmente en el humo, tales como arsénico y benceno, así como también humo de escape de motores dieseldiésel, tal como se aprecia en la tabla a continuación.
Carcinogénico para los seres humanos
La evidencia ha probado que es un agente que se asocia con cáncer en seres humanos.
- Arsénico.
- Amianto (todas sus formas).
- Benceno.
- Escape de motor diésel.
Por otra parte, en el pasado las construcciones estaban compuestas fundamentalmente de elementos naturales, como el algodón y derivados de la madera.. SSin embargo, en la actualidad las nuevas tecnologías constructivas incorporan una enorme variedad de elementos sintéticos.; Aasí, es como en un incendio común los Bomberos pueden verse expuestos a la inhalación de muchos agentes tóxicos, como acrilonitrilo, arsénico, benceno, hidrocarburos policíclicos, cromo, monóxido de carbono, dioxinas, óxido de etileno, formaldehído y cloruro de vinilo. Todas estas sustancias tienen en común el potencial de ser carcinógenos y, –lo que es peor aúún peor,– comparten la capacidad de adherirse a la piel expuesta, al tejido pulmonar, a los ojos, a la ropa de trabajo, a las mangueras y a las herramientas, llevando con ello la contaminación a carros, cuarteles, guardias nocturnas y domicilios. Organizaciones como la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades han publicado perfiles tóxicos de algunos agentes, entre los cuales encontramos algunos carcinógenos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Los HAP están conformados por un grupo de más de 100 sustancias y están presentes en todas las combustiones que involucren carbón, madera, basura, residuos del escape de vehículos, quemas controladas de carácter agrícola y chimeneas a leña o quema de esta de forma residencial, e incluso están presentes en todos los incendios forestales. En resumen, los HAP están presentes prácticamente en cualquier proceso de combustión.
Por ello, a objeto de evitar la exposición ocupacional, es indispensable concientizar a todo el personal –tanto voluntario como rentado– sobre el uso de los equipos de protección personal durante el trabajo en cualquier emergencia que involucre fuego, así como también sobre las precauciones a mantener ante actividades que liberan humos y que son efectuadas cotidianamente en las Compañías, tales como poner en marcha los carros bomba en un lugar que no cuente con adecuada ventilación o la realización de pruebas de equipos a combustión al interior de lugares cerrados.
Entonces, ¿con qué frecuencia un Bombero inhala agentes carcinógenos durante un incendio? Un estudio de la Universidad de Harvard evaluó la frecuencia con la que podemos encontrar un reconocido carcinógeno como el benceno en incendios estructurales. Para ello se obtuvieron datos mediante el muestreo del aire a través de dispositivos instalados en el equipo de protección personal de los Bomberos que participaban de las emergencias. Los resultados evidenciaron que de 200 incendios estudiados, en 181 existía presencia de benceno (> 90%). Además, en al menos el 5% de las muestras se evidenció una concentración de 10 ppm, superando por 10 veces el límite de exposición ocupacional a este contaminante determinado por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés). En consecuencia, podríamos considerar que en todos los incendios el Bombero está en riesgo de inhalar carcinógenos.
En este punto podríamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Ccuántas veces en sula vida bomberil se dejóa de usar protección respiratoria deliberadamente, por ejemplo, por mayor comodidad en una emergencia estructural?; ¿Cuántas veces se dejan los carros encendidos dentro de sul cuartel sin ninguna ventilación en la sala de máquinas?; ¿Cuántas veces se ha realizado una descontaminación primaria de sul equipo de protección personal al salir de una emergencia, especialmente si si estuvo expuestohubo exposición al fuego?
La capacitación es lacomo clave para el cambio de mentalidad
En el año 2017, Jesse Roman publicó en el NFPA Journal Latinoamericano publicó un artículo llamado “Enfrentando el Ccáncer” (por Jesse Roman), en donde se expone la evolución que ha tenido el proceso de concientización del riesgo de cáncer para los Bomberos de la ciudad de Boston. En el artículo, los Bomberos reconocen que en la realidad, –y hasta hace un par de años antes del artículo,– era mal visto usar permanentemente el equipo de respiración. Más aún, muchos permanecían en un ambiente altamente tóxico y aguantaban ahí hasta el punto de vomitar o sentirse asfixiados con la intención de que el cilindro de aire durara más tiempo, obviamente sin considerar todos los químicos que estaban inhalando y sin pensar que con ello estaban acortando sus vidas. El cambio experimentado por los Bomberos de Boston los ha posicionado como un referente en la prevención del cáncer en todo el país, siendo su objetivo limitar la exposición de los Bomberos a los productos químicos. En la actualidad, el departamento de Boston trabaja arduamente en la prevención del cáncer en Bomberos, gestionando fondos para la implementación de equipos y lavanderías conforme a normativas como la NFPA 1851 (referente a la elección, cuidado y mantenimiento de conjuntos de protección para el combate de incendios estructurales y el combate de incendios en proximidad).
En ese contexto, un estudio llamado “¿Qué tan limpio es limpio?”, publicado poren Fire Engineering en Jjunio de 2018, ha permitido establecer de mejor manera los requerimientos de limpieza establecidos detallados en la norma. Sin embargo, lo más destacable de los Bomberos de Boston es que cambiaron su mentalidad,: limitaronndo al máximo su exposición a productos químicos,, dieronando primordial importancia al uso correcto del equipo de protección personal durante toda la emergencia, fomentaronndo la correcta limpieza del equipo estructural luego de su utilización para reducir la cantidad de productos de la combustión que se adhieren a la ropa –y, por consiguiente, a la piel– y promovieronndo la tenencia de dos uniformes de trabajo para permitir el adecuado lavado y recambio. Claramente, la capacitación ha sido clave en la revelación de la importancia del uso consciente del equipo adecuado de protección personal.
Chile y la concientización de la exposición ocupacional
La exposición ocupacional es un tema incipiente en nuestro país, pero no por ello es algo que podemos dejar de considerar. Hay dos formas básicas en que un Bombero puede reducir el riesgo de desarrollar un cáncer: la primera es usar adecuadamente sus equipos de protección personal, como el equipo de respiración autocontenida, los guantes, la esclavina, la capucha y el equipo estructural. La segunda es cambiar la mentalidad; esto es, tomar consciencia de que a través del humo se adhieren elementos cancerígenos a la ropa y la piel, emanando tóxicos hasta por días después de terminado el incendio. Además, es importante recordar que un punto crítico en la contaminación ocurre cuando se deja de evidenciar la presencia de humo y nos olvidamos de que los contaminantes aún están presentes en el ambiente.
Finalmente, y volviendo a las cifras de la IAFF, esas 1053 personas muertas a causa de cáncer no sóolo eran Bomberos:. Eeran hijos (as), sobrinos (as), hermanos (as), madres, padres y esposos (as) que dejaron de lado a sus familias y seres queridos en el cumplimiento de su deber. En nuestro caso, podríamos considerar que ningún Bombero se arrepiente de llevar a cabo esta hermosa labor de servicio auto impuesta, aún pese a tan elevado costo. Sin embargo, debemos considerar que si tomamos consciencia, si prevenimos y nos capacitamos, podremos arrebatar vidas a este asesino silencioso que se acumula en nuestros cuerpos. Así, en nuestro próximo incendio, cuando nos miremos unos a otros con la cara negra de tizne, recordemos la importancia del uso del ERA y demás elementos de protección personal. Pensemos en nuestra familia, en nuestros compañeros de bomba, y en nuestros seres queridos y: seamos capaces de empoderarnos de nuestras vidas, generando un cambio en nuestro actuar que no sóolo se traduzca en reducir contaminantes en nuestro equipo, sino que también se manifieste efectivamente en salvar las vidas de otros Bomberos y de otras familias.
Para este fin podemos efectuar algunas acciones hoy mismo:
- Efectuar una limpieza rutinaria (primaria) inmediatamente después de cada intervención. Este proceso consta de una escobilla suave y agua corriente aplicada sobre el equipo estructural (completo) del Bombero, el que se mantiene presurizado durante el procedimiento. La descontaminación se realiza una vez se estabiliza la emergencia o bien cuando el Bombero es relevado, y permite reducir significativamente los contaminantes llevados en el uniforme. Para más detalles revisar la norma NFPA 1851.
- Procurar que los Bomberos que realizan la descontaminación de rutina (primaria) utilicen guantes y mascarillas para evitar tocar o inhalar contaminantes del incendio.
- Lavar periódicamente el equipo de trabajo estructural, –casco, guantes y esclavinas–, permitiendo reducir los contaminantes que puedan persistir en el uniforme luego de la limpieza primaria.
- Limpiar y descontaminar cada equipo de respiración autocontenido (ERA) antes de ser almacenado. Este proceso se puede realizar en conjunto con la descontaminación primaria a la salida de la emergencia, mientras el bombero aún lo utiliza.
- Utilizar protección respiratoria y equipo de protección personal completo durante toda la emergencia, incluso en la etapa de remoción.
- No exponer la piel a material particulado en ambientes contaminados.
- Lavar materiales y herramientas utilizadas antes de guardarlas en los carros, evitando subirlos contaminados a la cabina del carro.
- Utilizar guantes y mascarilla durante toda la manipulación de equipos de trabajo o materiales contaminados.
- Guardar el equipo de trabajo contaminado en bolsas selladas.
- Lavar manos, cara, boca y cualquier parte del cuerpo que pueda haber estado expuesta al contacto de contaminantes, inmediatamente al salir de la emergencia, y, especialmente, antes de consumir cualquier alimento o bebida.
- No almacenar el equipo de trabajo contaminado en el maletero del auto, a menos que lose lleve en una bolsa sellada.
- No guardar el equipo de trabajo en lugares donde regularmente se duerme o donde pueda ser manipulado por otras personas, especialmente niños.
- Retirarse el equipo de trabajo apenas haya culminado la emergencia, evitando hacer uso de él en dependencias del cuartel u otros lugares, ya que los contaminantes se adhieren a las paredes asientos y superficies, pudiendo liberar toxinas por días o meses.
- Ducharse después de cada emergencia,; sobre todo en las que hubo exposición a fuego o humo.
- No mezclar equipos de trabajo limpios con equipos contaminados.
De esta maneraAsí se reduciremos reduce al mínimo la presencia de carcinógenos en nuestros implementos y uniformes, disminuyendo la posibilidad de exposición a contaminantes en los cuarteles, el material mayor, el material menor y nuestros los hogares de los Bomberos, permitiendo así lograr con éxito el principal objetivo: salvar vidas.
Referencias
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