El Concepto de La Ética Como Ciencia Universal
En la vida diaria suele ser cotidiano hacer juicios éticos, no habrá que ser clérigo o filósofo para afirmar “esto es bueno” o “esto es malo” todos damos por hecho el saber que es lo “bueno” generalmente adjudicando este calificativo a la conducta humana, clasificando nuestras acciones como “buena, buena, mala” sumado a esto afirmamos también que existen “cosas buenas” respondiendo un ¿Qué? con un “esto” sin más explicaciones.
Aquí es donde comienza lo complejo para la ética, definir qué es lo “bueno” ya que la ética no goza de una lista de acciones que la definen, sino que ofrece razones para juzgar distintas acciones, aun así es difícil poder afirmar que una acción es en verdad, totalmente buena, ya que por lo general hacemos este juicio según la mayoría de las personas lo acepten. G.E. Moore en su obra, “Principia Ethica” (1903) pone como ejemplo los colores, que son llamados por su nombre no porque exista una razón lógica para hacerlo sino simplemente porque así es como lo conocemos y punto, o el de las figuras geométricas, una línea recta y un círculo tienen grandes diferencias, porque nosotros así lo definimos.
Encontrar una definición para “bueno” es difícil, solo podemos ser puntuales en aquello que no lo puede ser. En la misma obra Moore concluye con que lo “bueno” es una noción simple e indefinible, un concepto vacío, y es muy preciso en aclarar que con “vacío” no hace referencia a la “nada” ya que sobre la “nada” no se puede decir nada.
Esto nos lleva a otra interrogante, si lo bueno es un concepto vacío ¿es posible una ética como ciencia universal? La respuesta inmediata es NO, pero como en el mundo de la academia no se puede afirmar o negar algo sin tener argumentos sólidos es necesario dejar claro por qué.
Al ser lo bueno un concepto vacío los seres humanos buscan como “llenarlo” casi siempre haciendo referencias al placer, lo deseado, la virtud o lo valioso. Pero no termina ahí, es tan grande este vacío que no basta con ello para ser llenado, se vuelve entonces un problema de urgente solución, y es aquí donde la ética sale al rescate presentándose a sí misma como la única solución, en un principio ninguno se atreverá a negar la necesidad del establecimiento de una “ética” para el sano desarrollo de la sociedad pero ¿bajo el juicio de quien esta ética conducirá a ese fin? Friedrich Nietzsche en “La genealogía de la moral” (1887)
‘Los auténticos filósofos son hombres que dan órdenes y legislan: dicen -¡así debe ser! Son ellos quienes determinan el donde y para que del ser humano. Su «conocer» es crear, su crear es legislar, su voluntad de verdad es – voluntad de poder”
Con base en lo anterior se puede aseverar que detrás de toda ética, existe entonces una estructura de poder que determina lo “bueno” o lo “malo” según convenga en el proyecto político impuesto para cada grupo social, por lo que dicho proyecto tendrá varianzas respecto los conceptos que estudie, aquello que para unos será aberrante otros encontrarán satisfactorio. Por ello la ética como ciencia universal es imposible.
Hacer este tipo de descubrimientos genera en algunos idealistas un gran dolor, tomar conciencia a veces implica perder la inocencia, y con ello todas las posibilidades del establecimiento de un bien común, pero es quizás este el comienzo para un verdadero planteamiento sobre la utilidad de la ética en la sociedad.
BIBLIOGRAFIA:
- G. Moore. (1997). Principia Ethica. MEXICO: UNAM.
- Friedrich Nietzsche:. (1996). La genealogía de la moral Un escrito polémico. Madrid España: Alianza.