El Emprendimiento Es El Camino: como hacerlo realidad

Estando en la universidad, durante el pregrado en ingeniería industrial, los docentes en su mayoría guiaban hacía la creación de empresa, hacia eso que llamamos “emprender”; según Joseph Alois Schumpeter (1966), ibid., p. 132., “la función de los emprendedores es la de reformar o revolucionar las formas de producir poniendo en uso una invención o, más en general, una posibilidad tecnológica aún no probada de producir una mercancía nueva o de producir una ya conocida en una forma nueva. Actuar con confianza más allá del horizonte de lo conocido y vencer la resistencia del medio requiere aptitudes que solo están presentes en una pequeña fracción de la población y que definen tanto el tipo como la función del emprendedor”. Para mí, emprender es iniciar una actividad retadora, que requiere pasión, disciplina y trabajo arduo. Alrededor de esa palabra se tejía un sin número de opiniones de mis compañeros, y generalmente esas opiniones se encontraban divididas. Yo por mi parte, le he tenido una fe desconocida, y digo “desconocida” porque aún continua viva, sin una idea clara de qué camino tomar. Menciono esto, teniendo en cuenta que el desarrollo de ideas de emprendimiento nos es inculcado desde inicios de una vida académica, puesto que hace parte del desarrollo de la economía de un país, y un país con una población emprendedora, es un país que crece bajo la evolución de sus habitantes. Siendo así, el impulso de los gobiernos se hace necesario bajo leyes que favorezcan el desarrollo de emprendimiento y establezcan políticas para estos se mantengan en el tiempo.

Alrededor del emprendimiento hemos escuchado varios mitos, y un mito lo defino como un imaginario que se construyen a través de creencias populares y al cual se le da una importancia más alta de la que tienen. Ahora, ¿será que el emprendimiento es el camino?, ¿Será esto un mito o una realidad? Para ello, es importante definir qué significa realidad. Según la RAE (Real academia de la lengua española), realidad es “existencia real y efectiva de algo”. Para mí la realidad está supeditada a la forma en que cada uno concibe el mundo, por ello resulta siendo subjetiva e interpretada a través del nivel de desarrollo de la conciencia y a su vez, ese desarrollo va ligado a las experiencias, necesidades y evolución de cada ser. Por lo anterior, lo que para unas personas es real, es probable que para otros no lo sea. Si nos vamos a las definiciones anteriores, cuando validamos si el emprendimiento es el camino y si esto es una realidad o un imaginario construido a través de las creencias populares, para serlo entonces debe hacer parte del deseo y del propósito de la persona. Emprender es iniciar, con pasión y convicción, y esto debe estar ligado a ese propósito personal, que explico mejor como un ideal de vida que nos lleva a crecer y muy seguramente a buscar un bien común, no sólo personal, sino de un grupo de individuos de una comunidad, por pequeña que sea.

Los mitos sobre el emprendimiento cómo: los empresarios, nacen, no se hacen; los emprendedores deben ser puros; todo lo que se necesita es dinero; todo lo necesario es suerte; el empleo es seguro, los negocios no… etc. pueden tomar fuerza cuando no hay claridad en propósito de vida y del emprendimiento, puesto que resulta ser la guía principal para el desarrollo de una idea de negocio donde no sólo está guiada a la generación de bienes y servicios, sino que va más allá; es una visión de un mundo mejorado, no sólo para el bienestar propio, es creado para impactar una necesidad a través de la creatividad y para ello no hay mito que valga.

Así entonces, empresas creadas con pasión, amor y con un propósito específico como nuestros panelistas del foro de emprendedores al cual tuve la oportunidad de asistir, nos muestran la importancia de construir sueños en torno a la creatividad, al bien común, al ser basados en pasiones de vida y no sólo bajo la premisa de riqueza, sino bajo la responsabilidad de impactar e inspirar a la comunidad, a que cada cual desde su perspectiva puede lograr construir sueños y aportar a la evolución de nuestras economías, donde el factor de productividad llega como un resultado del trabajo y el establecimiento de metas específicas. Por esto, la fortaleza de los emprendedores y de sus modelos de negocio está asociado al desarrollo de una visión global, a través de la generación de bienes y servicios innovadores, creativos, con responsabilidad social, de manera que impacten en la sociedad, con la combinación de los recursos necesarios que lleven al éxito.

Entre los factores que inciden en la existencia de los mitos antes mencionado, estaría el poco conocimiento del propósito de modelo de negocio, que sería la guía más clara para desarrollarlo de manera eficiente. Por lo tanto, se puede decir que la planeación, y una estructura clara, una amplia visión del negocio repercute positivamente a la hora de ejecutar actividades y permite que los imaginarios creados a nivel de la sociedad no afecten de manera negativa los resultados esperados.

Ahora, haciendo alusión a los panelistas y en especial de proyectos como SIMONÉ, Featevents, y Ehuingeniería, entendemos más claramente cómo al construir proyectos innovadores, disruptivos y de impacto social se rompe cualquier mito, y se logra enfrentar el miedo de los posibles resultados que sus creadores en algún momento pudieron tener, y ¿Por qué? Precisamente porque estaban ligados a sus propósitos de vida, a ir más allá de lo que pueden dar comúnmente, a pensar en un beneficio de un determinado grupo de personas o de un sector, y es ahí donde el impacto se ve reflejado en los resultados.

Finalmente, y después de exponer la incidencia de los mitos para los emprendedores y de preguntarnos si es el camino adecuado o no, puedo concluir que la frase objeto del título del ensayo, más que un mito es una realidad ligada al propósito personal que estará guiada por el deseo de impactar más allá del bienestar propio, porque emprender es para personas que arriesgan, que sueñan en grande, que visionan el mundo de algún modo diferente o mejor y que saben que el riesgo siempre será menor a los beneficios que se obtienen de los esfuerzos realizados.