El Impacto De La Crisis Sanitaria Por Covid-19 En El Sistema Financiero Y Económico Español
Introducción
Federico Steinberg, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador principal del Real Instituto Elcano, referencia en uno de sus últimos artículos para este prestigioso think tank español la explicación de Nicholas Taleb de lo que son los cisnes negros:
Acontecimientos muy difíciles de anticipar y que tiene tan elevado impacto que, cuando suceden, nos obligan a poner en cuestión cualquier ejercicio de predicción anterior. Así, la caída del Muro de Berlín y del bloque soviético en 1989, los atentados del 11-S en 2001, la crisis financiera de 2008 y el impacto del COVID-19 al que nos enfrentamos, caerían en esta categoría .
Para este último ejemplo de cisne negro, la pandemia a nivel mundial generada por el virus SRAS-CoV-2 (comúnmente conocido como coronavirus), necesitará medidas de contención extraordinarias, no solo en el ámbito sanitario, si no que deberán extenderse de manera global al ámbito de la seguridad, social o laboral, sin olvidar aquellas que traten de paliar el impacto económico, que vendrá a impactar como un tsunami, irremediablemente después de los primeros meses de las medidas de aislamiento social.
La efectividad de estas medidas de contención, la gestión del miedo social y los efectos de las medidas fiscales y monetarias que se adopten, determinarán el efecto económico final en cada país1. Para que el impacto sobre los mercados y la economía sean transitorios, habrá que “evitar los riesgos que hacen que esa expectativa de temporalidad fracase y los efectos se conviertan en permanentes” . Si las medidas son acertadas, el escenario de recuperación será en forma de V, con un regreso a la normalidad rápido y moderadamente traumático. En caso contrario, el progreso de la recuperación será en forma de U, lento y con secuelas que generarán efectos muy dolorosos.
Aunque a menudo se ha categorizado la crisis del COVID-19 junto con la crisis financiera del 2008, la realidad está siendo muy distinta. Los efectos que está dejando esta crisis sanitaria global, no solo está teniendo un efecto en la demanda agregada del sistema financiero, sino que también está impactando sobre la oferta agregada, con el cierre de fábricas, la cadena de producción se ve afectada significativamente, no hay viajes, ni turismo, los colegios cierran, etc… . La inestabilidad e incertidumbre, catalizadas por la crisis informativa en la que nos encontramos, ha hecho que los mercados financieros exhiban comportamientos de rebaño1 y esto ha afectado “de forma significativa a la confianza de los agentes y, a medio plazo, los ingresos disminuyen para afectar a la demanda agregada”3.
En este trabajo se tratará de trasladar los conocimientos adquiridos en la Asignatura Sistema Financiero, dentro del “Módulo Economía Española y Mundial y Sistema Financiero” del segundo curso del Grado Finanzas y Contabilidad de la Universidad de Granada, aplicados al caso práctico de la actual crisis provocada por la pandemia global del coronavirus, con el objetivo de identificar las medidas no convencionales del sistema económico español que permitan paliar las consecuencias de la crisis financiera ocasionada por esta pandemia.
Estudio
Como se mencionaba en la introducción, el impacto de esta crisis en el sistema financiero se diferencia de la anterior crisis económica de 2008, por estar ocasionando un shock tanto de oferta como de demanda, frente a los que hay que luchar con políticas diferentes.
Por un lado, se están produciendo problemas de abastecimiento y suministro a raíz de los cierres de las fábricas, empezando por China, donde se originó la epidemia, pero poco a poco se ha ido extendiendo el mismo efecto de desabastecimiento por el resto del mundo. Ambos casos, la crisis sanitaria y la económica financiera, son efectos de la globalización, donde a buen seguro radique el origen del problema, pero también parte de la solución. El gigante asiático es origen del 12% de las exportaciones mundiales y el frenazo que ha sufrido en su producción ha tenido un enorme efecto de arrastre sobre el resto de países.
Por otro lado, ha habido una gran caída en la demanda, causada por la incertidumbre. El shock de la demanda depende enormemente de las campañas de información realizadas, “porque influyen en el grado de preocupación de los ciudadanos y, a través de ello, en lo abrupto de la caída de la demanda” . Para evitar un miedo irracional es importante evitar dar señales de alarma. “Un conocimiento global, que abarca todo el espectro de datos asociados a la pandemia, desde la propia biología de virus a la estructura sociosanitaria”, incluyendo las estadísticas de salud y la información de investigación científica, será determinante como herramienta estratégica para los poderes públicos. El uso de los datos para controlar la soberanía está siendo objeto de debate . Además, el pánico también se ha visto reflejado en los mercados financieros volviendo a influenciar la confianza de los consumidores, y, a medio plazo, los ingresos disminuyen, afectando nuevamente a la demanda3. Si no se toman medidas que aumenten la confianza, los consumidores seguirán generando “ventas en cascada, huida hacia activos seguros como el oro o la deuda estadounidense, apreciación del dólar y caída del precio del petróleo y otras materias primas”
Alicia García Herrero, en su última publicación para el Real Instituto Elcano el 25 de marzo de este año contrasta el impacto económico que tiene una pandemia dependiendo de la estrategia sanitaria que se escoja para afrontarla.
El primero, la mitigación, se enfoca en frenar –pero no necesariamente detener– la propagación de la epidemia con el objetivo de reducir la demanda máxima de atención médica y, al mismo tiempo, proteger a las personas más expuestas. El segundo, la supresión, tiene como objetivo revertir el crecimiento de la epidemia, pero con el riesgo de un repunte en el número de casos cada vez que se levanten las medidas de supresión.
En España, las decisiones del gobierno están derivando hacia el segundo escenario. Esta estrategia tiene como objetivo principal controlar la epidemia con mayor rapidez, mediante medidas de aislamiento riguroso. De ese modo, se pretende bajar en poco tiempo la curva de contagios que habían provocado la saturación del sistema sanitario, y así permitir, también en poco tiempo, un regreso a las condiciones de normalidad que permitan que la economía pueda recuperarse antes.
Sin embargo, en estas condiciones de planeamiento, la situación es más propensa a que presente un colapso tanto en la oferta como en la demanda, ya que las medidas de confinamiento social son mucho mayores y la mayor parte de la población no podrá trabajar.
Mirando a China como ejemplo de supresión de la pandemia, el shock de la oferta puede ser aún mayor que el de demanda. En este caso, nos enfrentaríamos a una estanflación, donde el desempleo y la inflación aumentan simultáneamente.
Se puede deducir que ante un impacto global de este calibre y estando los países completamente interconectados, sea necesaria una cooperación internacional “para aumentar la eficacia de las políticas monetarias y fiscales expansivas llevadas a cabo a nivel nacional y para evitar las políticas de «empobrecer a tu vecino», como las devaluaciones competitivas”. Parece que es fácil concluir que un Gobierno o un Banco Central no podrán controlar por sí solos esta crisis con características globales.
La UE debería ocuparse de asegurar la financiación ilimitada de bancos y soberanos, centralizar el gasto sanitario para aprovechar economías de escala en la producción masiva de mascarillas o respiradores, mantener la inversión a través de fondos directos y de proyectos del Banco Europeo de Inversiones (con apoyo del BCE) para evitar una caída del PIB potencial y, si hay consenso, establecer un reaseguro de desempleo a nivel europeo para aliviar las cuentas públicas nacionales
Las medidas nacionales se habrán de sincronizar con las europeas, buscando aliviar el desempleo lo máximo posible y mantener a flote a los trabajadores y a las empresas (sobre todo los más vulnerables: autónomos y pequeñas y medianas empresas).
¿Cuál es, pues, el primer objetivo ante esta situación? Distintas fuentes apuntan que lo primordial es mantener una estabilidad financiera mientras transcurre el impacto del virus2. Esto permitirá que el sistema funcione con fluidez suficiente hasta poder recuperarnos.
La estabilidad financiera se ve amenazada debido a las medidas de contención aplicadas (cuarentenas, restricciones a la movilidad y cierre o cancelación de aglomeraciones y eventos públicos)1, que están impidiendo el desarrollo de la actividad económica y causando una destrucción de empleo. Mirando más específicamente hacia las entidades financieras, “la disrupción de la actividad está intensificando los riesgos de crédito, de mercado y operacional” . Esto significa un impacto sobre los balances. Y es que, en situaciones como esta, el incremento de los impagos y la morosidad están a la orden del día. Esto crea una presión sobre las cuentas de resultados de los bancos españoles. En su último informe de Estabilidad Financiera de Primavera 2020, el Banco de España señala que:
La irrupción de la pandemia del Covid-19 y las necesarias medidas de contención implementadas han afectado adversamente a las expectativas sobre el sector bancario, ya que cabe esperar que tengan un impacto negativo en la morosidad, presionando adicionalmente la rentabilidad a la baja. En este sentido, debe considerarse que las cuentas de resultados son menos holgadas que a principios de siglo, y que la morosidad es superior a la que existía antes de la crisis financiera global.
De igual modo, el Banco de España añade también con relación a los impagos por parte de las familias, que:
En las familias con préstamos de entidades de crédito, los resultados indican que los hogares endeudados, ante dificultades financieras, se retrasan primero en el pago del crédito para consumo, alrededor de un año después dejan de pagar los suministros y, si esa situación persiste un año más, dejan de satisfacer sus obligaciones hipotecarias.
Habrá, además, una presión añadida sobre la rentabilidad de los bancos a causa de la caída de los ingresos8. Más adelante veremos que para que la estabilidad financiera se mantenga, el BCE buscará solventar el riesgo de liquidez y “un riesgo igualmente relevante sobre el valor de los activos que también deriva en problemas de solvencia”
Medidas
Tras una puesta en escena de los principales impactos que ha tenido la crisis del Covid-19 en nuestro sistema financiero, procedemos a explicar las medidas que se han implementado buscando solventarlos.
Remitiéndonos al Tema 2 de esta asignatura, usaré como referencia y guía explicativa las diapositivas de las Medidas no convencionales por crisis financiera.
Reducción de los tipos de interés
La razón por la que se rebaja el tipo de interés durante una crisis financiera es por inducir a los ciudadanos a consumir más. Aunque una bajada de tipos de interés podría ser una manera de intentar trasmitir confianza a los inversores, no sería suficiente para eclipsar la incertidumbre de cómo va a evolucionar esta pandemia. Además, los tipos de interés ya estaban de por si a unos niveles muy bajos. La bajada de los tipos de interés, para que cumpla su objetivo de rejuvenecer la economía, ha de estar acompañada de otros factores que permitan que las condiciones de producción y venta sean optimas y, de esa forma, que los consumidores adquieran los productos y servicios.
Observando las bajadas del tipo de cambio por parte del Banco de Inglaterra y de la Reserva Federal estadounidense en marzo vemos que esto se confirma. Como Gonzalo de Cadenas Santiago explica en su artículo para el Confidencial, publicado en marzo 2020, la bajada de estos tipos:
podrían abrir una guerra de divisas si son percibidas por otros como medidas para depreciar el tipo de cambio. Seguramente, habría sido mejor una respuesta coordinada por parte de los principales bancos centrales del mundo (BCE, Fed, Banco Central Chino, Banco de Japón y Banco de Inglaterra). La acción conjunta habría mandado una señal mucho más potente sobre la disposición de las autoridades políticas de actuar de forma resolutiva, evitando depreciaciones competitivas y contribuyendo a evitar una situación de deflación global generada por el colapso de la demanda, que sería muy peligrosa dados los altos niveles de deuda.
Ampliación de Activos en garantía y compra de deuda privada y pública
En su comunicado del 12 de marzo, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, anunciaba un paquete de medidas de política monetaria, buscando respaldar la liquidez y las condiciones de financiación de los hogares, las empresas y las entidades de crédito.
El 28 de marzo, el BCE lanzó un programa “de compra de activos (el Programa de Compras de Emergencias para Pandemias; o PEPP, por sus siglas en inglés)” , comprometiéndose a comprar un equivalente a 750.000 millones de euros en activos de la zona euro.
La compra de activos es una medida no convencional tomada por el Banco Central Europeo para enfrentarse a períodos de deflación demasiado extensos:
Cuando el BCE compra activos del sector privado, como los bonos de titulización de activos o los bonos garantizados, que están vinculados a los préstamos que los bancos conceden a las empresas y a los hogares en la economía real, el aumento de la demanda de esos activos hace que sus precios suban. Esto anima a los bancos a conceder más préstamos, que pueden utilizar para crear o vender más bonos de titulización de activos o bonos garantizados. El aumento de la oferta de préstamos tiende a reducir los tipos de interés que las entidades aplican a las empresas y a los hogares, lo que mejora las condiciones financieras generales
Posteriormente, el 7 de Abril el Consejo de Gobierno del BCE tomó una serie de decisiones para “la relajación de los requisitos aplicables a los activos de garantía, para ayudar a las entidades de contrapartida del Eurosistema a mantener y movilizar activos de garantía suficientes para participar en las operaciones de provisión de liquidez del Eurosistema” . El mismo Consejo reconoce el peligro que puede suponer esta disponibilidad de activos de garantía, y pide al Eurosistema que aumenten su tolerancia al riesgo temporalmente, “para ayudar a las entidades de contrapartida a obtener liquidez y respaldar así también el crédito a la economía de la zona del euro, inclusive mediante la reducción de los recortes de valoración aplicables a ciertos activos de garantía”.
El 15 de mayo, el Consejo de Gobierno aprobó modificaciones a los marcos de préstamos adicionales temporales de seis bancos centrales nacionales (BCN), a solicitud de los respectivos BCN. Las ampliaciones propuestas se refieren principalmente a la aceptación de un nuevo marco de préstamos adicionales y a que estos marcos se beneficien de los nuevos sistemas de garantía adoptados por distintas jurisdicciones en respuesta a la pandemia de COVID-19
Ofrecer liquidez
En una situación de incertidumbre, la demanda de dinero se dispara porque la reacción inicial de los agentes económicos es acaparar efecto: los ciudadanos lo hacen para poder comprar suministros y resguardarse ante la posibilidad de que deben de recibir ingresos y las empresas para cubrir cobros dudosos que vayan a surgir. Además, el frenazo del crecimiento económico hace que los bancos restrinjan la concesión de crédito. Estas circunstancias hacen que coincida un aumento de demanda de dinero y una caída en su oferta, por lo que la circulación monetaria se reduce y hay una desaparición de la liquidez en el sistema.
Es por esto por lo que, sin” unas líneas de liquidez extraordinarias por parte de los bancos centrales”, sería imposible suavizar en impacto del doble shock de la demanda y oferta del que hablábamos previamente y conseguir una estabilidad financiera.
La práctica del carry trade (recibir liquidez del BCE y comprar deuda pública) se verá intensificada durante los siguientes ejercicios. Para que pueda ponerse en práctica es necesario que ocurran dos cosas: que los estados emitan más deuda para financiar los déficits públicos y que hayan caído los ingresos de las entidades financieras.
Igualmente, también existe una creciente escasez de dólares fuera de EE. UU., por tanto, habrá que implementar los swaps entre la FED y los bancos centrales principales de una manera más ampliada y extensa de lo que hemos visto hasta ahora.
Ayudas financieras a los países de la UEM, MEDE
En los últimos meses se ha alcanzado un acuerdo por el Eurogrupo sobre las características del fondo europeo de rescate (MEDE). Las condiciones establecidas son casi nulas y las ventajas muy beneficiosas, puesto que cada país podrá solicitar el 2% de su PIB para gastos directos e indirectos relacionados con la crisis del Covid-19, pudiéndose devolver en un plazo de 10 años a un tipo de interés simbólico del 0,115%. Otro dato destacable es que, a diferencia de otras situaciones en el pasado, no habrá condiciones estructurales ni planes de austeridad añadidos a la concesión del crédito por parte del MEDE .
La Unión Europea ha implementado esta medida junto a otras en un paquete que ha llamado triple red de seguridad , que movilizará alrededor de 540.000 millones de euros. De estos, los suministros a los gobiernos a través MEDE serán 240.000 millones. Otras medidas en este paquete son los créditos que se hacen a las empresas a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que serán de otros 200.000, y los restantes 100.000 millones costearán las subvenciones a los ERTE (y similares en el resto de países) por parte de la Comisión Europea.
LTROS y TLTROS
Otra forma en la que el BCE se ha centrado para proporcionar liquidez es a través de los programas de financiación en condiciones favorables para la banca, los LTROs. . “A las subastas ya vigentes de refinanciación a largo plazo (LTRO) se va a sumar una nueva en junio a un tipo inferior al -1%. Es decir, un banco puede acudir a la subasta y llevarse 500 millones para conceder financiación a empresas y familias, y para comprar un bono español a 10 años con una rentabilidad del 0,7%”18. Además, habrá unos cambios temporales (que durarán un año) en todas las operaciones TLTRO III vigentes desde junio 2020, buscando respaldar sobre todo el crédito bancario de las PYMES13. La tasa aplicada a los préstamos será “25 veces inferior a la tasa de refinanciación principal, y 25 veces inferior a la tasa de depósito (anteriormente igual a la tasa de depósito) si los bancos cumplen con su punto de referencia para los préstamos”
Conclusión
El gran obstáculo que ha supuesto la crisis sanitaria del Covid-19 ha de ser visto como un escenario de oportunidades de renovación y aprendizaje. En los pocos meses que llevamos de pandemia ha destacado la necesidad de la actuación multilateral y coordinada, donde ha salido a relucir la eficacia de las distintas instituciones financieras, nacionales e internacionales.
Queda por ver cuál va a ser el desenlace de las decisiones ya tomadas y cuáles serán los próximos pasos a seguir para continuar la búsqueda de una estabilidad financiera que no deje a nuestro país a unas secuelas permanentes.
Con este ensayo he querido plasmar parte de la teoría estudiada en la asignatura de Sistema Financiero a un caso concreto y actual, de manera que los conceptos estudiados queden materializados de una forma más precisa.