El Nacionalismo Como Forma De Unidad Central De Un Estado NaciÓn
Desde la formación de los Estados, las personas han tenido la necesidad de buscar una manera de unidad ya sea a través de la religión, origen común, creencias compartidas u otras razones que los hagan sentir que pertenecen al mismo territorio, formando el sentimiento de nacionalismo, pero hay casos en los que, aunque se cumplan los requisitos para formar un sentimiento nacionalista, los países son más regionalistas, incluso claman por una independencia.
Antes de adentrar más en el tema, es pertinente desarrollar el concepto de nacionalismo, que como lo define Ernets Gellner, el nacionalismo se autodefine desde el principio universal y necesario de la identificación excluyente entre organización social, cultura y Estado.
Para este autor, el nacionalismo es de origen histórico relacionado con los factores socioeconómicos, culturales y políticos, que con el estallido de la época moderna y todos los avances que trajo con sigo, las creencias, mitos, leyendas y el orden jerárquico desarrollado de manera lineal de arriba hacia abajo, contribuyeron a formar un sentimiento en común.
En el caso estadounidense, la construcción histórica ha forjado el sentimiento común. Este caso es muy particular debido a que su construcción de una nación y la manera de como forjaron su sentimiento nacionalista es muy interesante, ya que en principio no se concebían como un país, ni siquiera como nación, sino como una reunión de estados confederados independientes que lucharon por una misma causa.
Si bien el nacionalismo dentro de este país comenzó a surgir dentro del siglo XVIII en conjunto con los movimientos nacionalistas europeos, estos diferían ampliamente ya que los europeos buscaban rasgos en común como la religión, la presencia histórica, incluso tomaron el colonialismo como manera de nacionalismo, en Estado Unidos no quería estar ligados a su pasado independista como colonia británica, por lo tanto, estos no actuaron del mismo modo.
La independencia de Estados Unidos significó, para muchos, la separación de un grupo de colonias británicas y por lo tanto, no querían identificarse como descendientes de británicos, pero compartían la historia de su guerra de independencia, así que, aunque eran colonias que se autogobernaban, compartieron una constitución que los uniera y desde allí comenzó a forjarse un sentimiento que se ha venido incrementando a lo largo de los años, sea de manera extrema –como las política anti inmigratoria de Trump, o los “americanos nativos” que significa “recuperar” la natividad prohibiendo la migración o quitándole el derecho al voto a los ciudadanos de orígenes diferentes como los afros o latinos- o de manera más pasiva, como sentirse orgulloso de pertenecer al ejército de su país y pequeños actos que las personas consideren que reivindiquen su lugar en el territorio nacional.
Es interesante y paradójico analizar como Estados Unidos, siendo un país con una construcción particular desde el punto de vista histórico es a su vez el país con el sentimiento nacionalista más arraigado y fortalecido al rededor de todo el mundo. Pero más allá de toda historia en común o culturas en común, hay territorios que presentan fuertes disputas debido a la falta de un sentimiento nacionalista. Siendo el caso más conocido he interesante España, un país que al pasar los años no ha podido consolidar su unidad nacional y por lo tanto, no es un país nacionalista.
Los expertos catalogan el caso español como “la maldición de España”, ya que es un país conocido por su poca unidad y uno de los pocos donde los habitantes tienen una mala imagen de sí mismo. Durante el siglo XVIII comenzó a tomar fuerza un movimiento llamado ‘Nacionalismo Español’, que pretendía darle una unidad nacional a España, el cual movía aspectos sociales, políticos e incluso económico, pero al final este movimiento terminó por fracasar. La pregunta que surge es el por qué.
En un país que tiene elecciones independientes que ni siquiera logra ponerse de acuerdo para establecer un idioma –dependiendo de la comunidad o provincia, deciden cual es la lengua aunque la nacional sea el español- y donde las reivindicaciones autónomas tienen una fuerza política muy grande, lo político es complicado.
En España, las comunidades autónomas como País Vasco, Cataluña, Canarias, Navarra o Galicia exigen su independencia, puesto que consideran que están sometidos a un imperio que ellos rechazan y las otras comunidades o provincias tienen un sentimiento más provincial que nacionalista es muy difícil establecer marcos en común, ya que, a pesar de lo que nos cuenta la historia, en España las comunidades se identifican como pequeños Estados sometidos a un imperio que rechazan rotundamente.
El caso español es particular sobre todo porque los mismos españoles no se consideran como tal, sino que dependiendo de la región se perciben a ellos mismo como catalanes, vascos, andaluces, murcianos y así. Y la xenofobia entre habitantes de las comunidades llega a niveles astronómicos. Pero ¿por qué se produce esto? Los expertos coinciden en un fallido –o falta de- proyecto de nación y también la falta de un plan nacional y supranacional para consolidar una nación como tal.
El caso España y el caso Estados Unidos muestran dos caras de cómo se consolida las creencias y como se forma un sentimiento de nación y también nos enseña que no importa tener un crecimiento común para formar un sentimiento de nación entre sus habitantes. Así mismo, si se parte del nacionalismo como algo que da pie para la construcción de una nación estable y duradera, con relaciones fuertes habría que pensar en políticas firmes respecto a la nación y a la población para poder tener méritos de una gobernanza efectiva, sin riesgo a que la nación se vaya a las ruinas.
