El Papel De La Lingüística En La Formación Del Maestro De Lenguaje

A lo largo de la historia, la educación ha pasado por diferentes etapas, provocando problemáticas debido a la falta de formación del estudiante o la enseñanza del docente, donde, los resultados de los estudiantes, muestran calificaciones muy por debajo de lo esperado. Debido a esto, la lengua dejó de ser un objeto de estudio en sí mismo para adquirir un carácter utilitario, es decir, ya no se encamina al conocimiento y la inclusión del sistema lingüístico, sino al funcionamiento del sistema como instrumento en la enseñanza-aprendizaje de actividades como la lectura y la escritura, para profundizar en otras áreas. Inicialmente, el concepto de inteligencia se enfocaba en el aspecto cognoscitivo, pero después, fueron involucrándose aspectos referidos a las dimensiones cultural, social, afectiva, entre otras. Es por esto que hoy día se ha ido implementando la formación del maestro mediante el uso de la lingüística, generando nuevas formas y métodos de estudio, donde propone que el docente debe tener una función critica con el fin de fortalecer los conocimientos e intuiciones que se requieren para poder así enseñar a sus estudiantes, se quiere que el estudiante tenga conocimientos en diferentes saberes, como científico, tecnológico, personal y profesional, donde se destaque la parte del lenguaje verbal o escrito. Por lo cual, la actividad docente está sujeta en cada momento a un análisis de renovación continua en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje basándose fundamentalmente, en la relación que este tenga con sus alumnos, y se lleve a cabo tareas esenciales para la evaluación de todos los elementos del sistema educativo, pues es el maestro quien ofrece a sus estudiantes diferentes maneras de aprendizaje. Sin embargo, se ha evidenciado que entre los docentes hay un alto grado de decepción ante su propia situación profesional y frente a la crisis económica y ética actual, lo cual hace que la labor del docente se vea afectada en la su formación y la de sus alumnos. (Ponce, 2016)

De tal modo, la inteligencia lingüística, lleva consigo la lectura, la escritura, el escuchar y el hablar; además de estar presente en el modo del lenguaje gestual que emplea eficazmente las palabras, lo cual implica poseer unos conocimientos que permitan manipular la sintaxis y la semántica. Pero también cierta sensibilidad a las connotaciones lingüísticas, a los usos del lenguaje, la fonética, los usos prácticos del lenguaje, aunque se diga que solo la llegan a dominar aquellos que se dedican a profesiones como: escritores, oradores, poetas, etc Todos los seres humanos la tenemos de manera que con el tiempo algunos logran desarrollarla y enriquecerse más de esta. De acuerdo con lo anterior es evidente la necesidad de abrir un espacio significativo al lenguaje en el campo de la educación, con el fin de que su funcionalidad se transmita por medio de la mediación pedagógica de los maestros encaminados al desarrollo cultural y social de sus estudiantes. (Monroig, 2015)

Por lo tanto, educar al futuro docente en el saber, en lo que a esta área se refiere, significa orientarlo en el conocimiento y reflexión de dos procesos fundamentales, el que tiene que ver con el lenguaje en todas sus expresiones y el que tiene que ver con la pedagogía. Desde el principio el niño escucha lo que se habla a su alrededor, y después trata de expresar un lenguaje, sin necesidad de que le enseñen a escuchar ni a hablar, él es capaz de emplear su lenguaje en la combinación con los otros significados que le rodean, aquí es donde entra el docente, pues debe comprender el lenguaje, su proceso de comunicación, con el fin de orientarlo a la expresión y uso del lenguaje en diferentes formas. De acuerdo con (Murguía, 2014) “cultivar el lenguaje es por un lado desarrollar el pensamiento mismo, y por otro dar al hombre la capacidad de proyectarse con plenitud a través de la palabra”. Así mismo, la formación lingüística deberá estar orientada a conseguir del futuro maestro el suficiente conocimiento teórico y formal de la lengua que le sirva de ayuda cuando desempeñe su tarea docente, pero esto requerirá una labor de entrenamiento en diferentes factores como lo son: la gramática y la sociolingüística. La competencia gramatical requerirá un conocimiento práctico de los diferentes elementos de la pronunciación de la nueva lengua, junto con el dominio de los elementos léxico, morfosintáctico y semántico que configuran el funcionamiento de la misma. El área de Lengua y Literatura en el nivel educativo contribuyen a la formación de un pensamiento claro y organizado, al desarrollo de la capacidad de comunicación del niño en su medio, a su incorporación a la vida social y cultural cumpliendo un papel importante en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y poner las bases que aseguren una educación escolar productiva, pues se dice que el docente de la Lengua debe poseer unas condiciones y una preparación tal que propicie en todo momento una enseñanza para la comunicación, a fin de que sepa crear las condiciones óptimas para enriquecer adecuada y progresivamente la competencia lingüística de los alumnos (Gómez, 2015)

Entonces podemos concluir que, si se quiere que el nuevo conocimiento sobre los procesos de obtención de la lengua y del lenguaje, formen parte del saber y del saber hacer del docente, y se conviertan en relaciones y prácticas innovadoras de enseñanza y en aprendizaje por parte de los alumnos y de los propios docentes, en cuanto sujetos de formación y superación constante deberá realizarse la ejecución de un gran esfuerzo y una innovación profunda de la formación docente. Puesto que, la formación lingüística de los docentes propone que ésta debe basarse a partir de la identificación, reflexión, confrontación crítica de los saberes y creencias que tienen los docentes sobre todo de aquellos sobre la labor pedagógica, la relación con el lenguaje y la relación que los docentes establecen consigo mismos, como usuarios del lenguaje.