El Poder Y El Príncipe De Nicolás Maquiavelo
“El príncipe” es una obra escrita por el filósofo político y escritor italiano, Nicolás Maquiavelo. Nos habla de que cuando la gente desea por sobre todas las cosas obtener poder sobre todo el mundo, lamentablemente, tanto beneficio y autoría produce consecuencias inimaginables.
El poder ha seducido al hombre desde los tiempos más remotos.
El origen y la práctica del poder ha sido irregular a través de la historia de la civilización, sin embargo nadie se había acercado a descubrir la naturaleza del poder de manera tan real como Nicolás Maquiavelo, no obstante, hoy en día esta disciplina se ha perfeccionado mucho más, la noción que se tiene de Maquiavelo y su libro, es la del cinismo como actitud inevitable en las tareas del gobierno y expresaba todo lo que había reunido durante su vida observando a los gobiernos, fijándose en qué fallaban y en qué tenían éxito.
El príncipe es una especie de manual de gobierno, en esa época el sistema de gobierno más común era el de los señores feudales, llamados príncipes. El autor habla sobre cada una de las situaciones que suceden entre los distintos gobiernos, la forma de regir sus estados y la forma correcta en la que se debe gobernar para mantener esa estabilidad entre estado y príncipe.
Desde el principio, Maquiavelo habla sobre los tipos de gobiernos (principados) que pueden existir, como los nuevos, los hereditarios, los eclesiásticos y los mixtos. La mayoría de los hechos ocurrieron en Italia, España y Francia, además da ejemplos de situaciones que sucedían en esa época, una de estas situaciones se puede apreciar en el caso de los papados y sobre el reinado de Fernando de Aragón, los cuales eran contemporáneos a él.
La obra claramente era exclusiva para los príncipes de la época, aunque podría ocuparse en algunas características modernas, ya que Maquiavelo se adentra en la mente del hombre y cómo reaccionaría en diversas situaciones, el hombre actuaría igual a como actuaba hace siglos atrás y un ejemplo actual podría ser Irak. Para Maquiavelo los fines políticos eran inseparables del ‘bien común’. El bien del Estado no se subordina al bien del individuo o de la persona humana en ningún caso, y su fin se sitúa por encima de todos los fines particulares por más deseables que se consideren. Y el príncipe, en cuanto conquistador y dueño del poder, en cuanta encarnación del Estado, está por principio exento de toda norma moral. Lo importante es que tenga las condiciones naturales como para asegurar la conquista y posesión del poder.
Maquiavelo habla también sobre las personas de las cuales hay que cuidarse, y sobre las personas en las cuales hay que confiar. Por supuesto todo lo que dice, lo apoya ejemplificando con hechos históricos, los cuales respaldan su tesis.
El bien del Estado no se somete al bien del individuo o de la persona humana en ningún caso. El sentido de la vida y de la historia no acaba para los hombres si ellos siguen en la tarea de perfeccionar la sociedad sobre bases racionales que los trasciendan, más allá del simple plano individualista o de atomización social en el que viven dentro de las sociedades de finales del siglo XX.
Este manual es importante para todo aquel que quiera gobernar y no ser odiado al mismo tiempo. La obra representa una perspectiva interesante para comprender la evolución social y política del mundo moderno surgida en el Renacimiento.
Maquiavelo no era un mal hombre. Al contrario, era más bien un partidario de las instituciones republicanas, que percibía más que el resto de sus compatriotas.
En lo personal, creo que fue el realismo de Maquiavelo lo que permitió diagnosticar el sentido del orden europeo, establecer los fines ideológicos que convenían a la comunidad de la que formaba parte y señalar los medios eficientes para lograrlos a partir de las situaciones reales que predominaban en la Italia de su tiempo.
