El Porfiriato: Época Decisiva Y Complicada En México
En las páginas del presente ensayo se aborda una época decisiva y complicada en la historia de México, llena de grandes cambios económicos, políticos y sociales que buscaban instaurar un mejor país de orden y progreso, esto mediante la modernización de varios sectores de la Nación.
El Porfiriato se ha consolidado con una de las etapas más importantes y difíciles en la historia de México, esto debido a que durante este periodo el General Porfirio Díaz se consolidó por más de 30 años en la presidencia de México, comenzando en 1877 después de que proclamara el Plan de Tuxtepec, destituyendo a Sebastián Lerdo de Tejada de la presidencia y con el cual según Díaz buscaba establecer el principio de “no reelección” y ‘rechazaba el excesivo poder del presidente de la república frente a los poderes legislativo y judicial y frente a los gobiernos estatales’ (Speckman, 2008, p. 337), después de más tres décadas, finalmente este régimen fue derrocado por medio de una lucha armada que surgió en 1910 con levantamientos armados desde varios estados del país, este movimiento fue liderado por Francisco I. Madero.
Antes de obtener una postura crítica con respecto al Porfiriato, es necesario analizar la vida y forma de pensar de Don Porfirio Díaz, además de que con base en ello se podrá entender el por qué de su forma de gobernar, su verdadero propósito y como se mantuvo tantos años en el poder hasta el punto de convertirse en un dictador.
José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, ‘nacido en Oaxaca en 1830, desde muy joven optó por la carrera de las armas’ (Serrano, 2012, p. 7), probablemente esto debido a que su padre también formo parte del ejército, participo en varias batallas decisivas para el país convirtiéndose en un militar experimentado, según Serrano (2012), Díaz comenzaría su carrera militar el 1 de Julio de 1846 gracias a la influencia de uno de sus profesores, debido a ello se enlista dentro del ejército con el fin de defender al país de la invasión Norteamérica, aunque no llega a formar parte de la lucha armada.
Tiempo después en 1850, comienza a estudiar Leyes en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, para así posteriormente incorporarse como pasante al bufete de Marcos Pérez. Poco a poco va abriéndose paso en el mundo laborar, comenzando como bibliotecario en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, supliendo después dentro del mismo instituto como profesor interino de Derecho Natural al licenciado Manuel Iturribarría (Serrano, 2012, p.16).
Díaz participó en diversas luchas armadas, pero la principal que marcó un antes y un después en su participación dentro de las fuerzas armadas y con la que se adentró totalmente al mundo militar fue la Revolución de Ayutla, con el fin de derrocar al dictador Antonio López de Santa Anna, a quien “declara su hostilidad, y en las elecciones de 1854 vota en favor de Juan Álvarez y en contra de su gobierno” (Serrano, 2012, p. 16). Sucesivamente Díaz poco a poco escalaría de rangos, pasando de ser un simple soldado hasta convertirse en General debido a las victorias que obtuvo.
En 1860, a los 30 años, sale por primera vez de Oaxaca. Había librado ya 12 batallas -fieras aunque no siempre victoriosas- contra las fuerzas conservadoras, suficientes para que desde Veracruz el presidente Juárez exclamasé: “Díaz es el hombre de Oaxaca” (Krauze, 1987, p. 15).
Entonces, obteniendo apoyo por parte del presidente Juárez como sugiere Krauze (1987) en la anterior cita, Díaz fue considerado como un héroe dentro de la tierra que lo vio nacer, consecuentemente participó en la Guerra de Reforma, tiempo después lucharía contra las tropas invasoras francesas en la Batalla de Puebla, también se proclamó en contra del ascenso de Maximiliano de Habsburgo como emperador y finalmente en su búsqueda por obtener la presidencia establece el Plan de La Noria tratando de evitar la reelección de Benito Juárez, fracasando en el intento y por ello, posteriormente asciende victorioso con presidente de México mediante el Plan de Tuxtepec derrocando a Sebastián Lerdo de Tejada.
Resulta interesante comparar como en un comienzo a través del Plan de Tuxtepec y particularmente en los primeros años en la presidencia Díaz se opone a la reelección, además de descalificar por completo que el poder se concentrara en una sola persona (presidente), así mismo lo anterior contrasta radicalmente con sus más de 30 años en el gobierno y como todo el poder recae sobre él, consolidando así su tiranía. Poco a poco el deseo de poder corrompió, como se ha observado en distintas ocasiones a lo largo de la historia de México, la aplicación de los ideales que defendía antes de acceder a este.
Díaz ocupo la presidencia en 1877 y con ello:
Toda la experiencia política y militar y administrativa que acumulo en más de 20 años de andanzas guerreras, y toda la sabiduría heredada de sus teocráticos antepasados las pondría al servicio de una idea: embridar a la Nación y fortalecer su poder personal, instaurar el reino del orden y la paz. (Krauze, 1987, p.31).
Sin duda alguna estaba decidido a forjar un nuevo país, pero estaba consciente de que no podría cumplir sus ideales en su corto periodo como presidente (cuatro años), pese a ello ‘en su primer periodo respetó la bandera antirreeleccionista: en 1878 promovió una reforma constitucional que prohibía la reelección inmediata’ (Speckman, 2008, p. 338).
Díaz no dejaría escapar su oportunidad para gobernar el país, había disfrutado del poder y ciertamente le fascino, en este punto sus principios cambiaron drásticamente, autoconvenciéndose de que él era la única persona que podría transformar al país. Con ello en 1880 entregó el poder a su compadre, Manuel Gonzales, para así aumentar su caudal político, estableciendo nuevos lazos y alianzas que lo llevarían a ganar las elecciones para un segundo mandato de 1884 a 1888 (Speckman, 2008, p. 338).
Según Krauze (1987) el proceso para embridar a la Nación duraría 12 años, de 1876 a 1888, y requeriría el dominio simultáneo de doce riendas:
- Represión o pacificación
- Divide y vencerás con los amigos
- Control y flexibilidad con los gabinetes y los gobernadores
- Sufragio efectivo, sí reelección
- Domesticación del Poder Legislativo
- Domesticación del Poder Judicial
- ‘Pan y palo’ con el ejército
- Política de conciliación con la Iglesia
- Gallardía en la política exterior
- Acoso a la prensa
- Doma de intelectuales
- Culto a la personalidad
Estas doce riendas serian claves para que el Porfiriato prevaleciera más de 30 años, aunque si bien logro controlar y reprender con ellas al país, nunca pudo censurar completamente a la prensa, la cual sería pieza clave para acabar con la dictadura.
Surge entonces, después de un breve análisis y cronología sobre la vida, ideales y doctrinas que adopto Porfirio Díaz, la cuestión sobre si fue en realidad un completo villano en la historia de México, Analizando diferentes perspectivas, partiendo desde la economía a Díaz le entregaron un país en crisis,