El potencial Cognitivo de la Escritura: Alfabetización Académica
Alfabetización académica es el conjunto de conocimientos y habilidades requeridas para participar en una comunidad científica y/o profesional, lo cual incluye: las actividades de producción de análisis de textos necesarias para aprender en la universidad y el proceso para pertenecer a dicha comunidad. Existen diferentes maneras de leer y escribir en distintos ámbitos, debido a la diversidad de temas, clases de textos, propósitos, destinatarios y contextos en los que se lee y escribe, por lo cual, la persona que inicia en este ambiente se enfrenta a nuevos retos que exigen continuar aprendiendo a leer y escribir, durante la educación universitaria.
El problema con la alfabetización académica es la variedad de esquemas de pensamiento, producto de las diferentes disciplinas en este campo, las cuales están compuestas de ciertos usos del lenguaje que involucran determinados modos de comprensión y organización de los fenómenos estudiados y que los profesores universitarios no son plenamente conscientes de la necesidad de continuar enseñando a leer y a escribir.
Una queja falaz que oculta la cultura escrita propia de la universidad. Las investigaciones sobre alfabetización académica confirman que los estudiantes no saben leer, ni escribir adecuadamente y suele responsabilizarse a la educación secundaria de este hecho, cuando en realidad la causa está en que la alfabetización es un proceso, un saber en desarrollo y no un conocimiento que se tiene o se carece de él.
También se cree que la comprensión y producción de textos universitarios son procesos básicos, separados e independientes del aprendizaje de cada disciplina, aunque las investigaciones comprueban que son indisociables del campo de estudio y se aprenden al enfrentar las tareas de producción.
El potencial cognitivo de la escritura
Se considera a la escritura como únicamente una vía para expresar lo que se piensa y transmitir conocimiento, por lo tanto, es suficiente estar alfabetizado y tener algo que decir. La escritura es un instrumento para desarrollar, revisar y transformar el propio saber. Sin embargo, para que incida sobre el aprendizaje, quién redacta debe coordinar sus conocimientos sobre el tema que se redacta, destinatario y propósito de la escritura, para producir un texto adecuado.
Los docentes y administradores universitarios tienden a desconocer que escribir es una herramienta capaz de incidir sobre el conocimiento y por ende, es inusual promoverla y desarrollarla entre los alumnos. La escritura es utilizada simplemente para evaluar lo aprendido, sin retroalimentar lo escrito con la finalidad de continuar aprendiendo, debido a que no es considerado parte del contenido de sus programas. La alfabetización académica universitaria es desarrollada en algunos talleres de escritura introductorios y en ciertas materias vinculadas con la educación.
Leer, escribir y aprender a aprender en la educación superior australiana
En Australia debido a las necesidades detectadas en un estudio del “Comité del Senado para la educación, el empleo y la capacitación”, las universidades y facultades han reconocido explícitamente que cada disciplina constituye una particular cultura escrita, con prácticas de interpretación y producción textual propias, por lo cual, es función de los estudios superiores ayudar a los alumnos a ingresar en estas comunidades discursivas.
La mayoría de las universidades públicas han creado Centros de Aprendizaje y Enseñanza, para investigar las necesidades educativas de su población estudiantil y docente, y desarrollan programas de orientación a profesores para mejorar la educación que imparten. Además consideran que cualquier asignatura, debe enseñar los conceptos específicos de la materia y contemplar acciones tendientes a desarrollar “habilidades de comunicación” en los alumnos, así como, promover actitudes y estrategias para su aprendizaje por cuenta propia.
La enseñanza de la alfabetización académica debe integrarse a cada asignatura debido a las siguientes razones: existe una relación muchas veces indisociable entre pensamiento y lenguaje escrito; ciertas estrategias de estudio, que involucran la lectura y la escritura, son dependientes del contexto y no logran ser transferidas si se aprenden por fuera del abordaje de ciertos contenidos específicos y por último es necesario que cada docente se haga cargo de enseñar las prácticas discursivas propias de su dominio si quiere ayudar a sus alumnos a ingresar en su cultura (modos de pensamiento y géneros textuales instituidos).
Escribir a través del curriculum en universidades canadienses y norteamericanas:
En las universidades canadienses y norteamericanas la escritura es esencial en la formación de los estudiantes, donde se aprende a escribir a partir de los problemas inherentes a una determinada disciplina. La comprensión de los alumnos ante lo que estudian se debe a como logran entrelazar la lectura, la escritura y el pensamiento.
La mayoría de estas universidades poseen Programas de Escritura alineados al movimiento Writing Across the Curriculum (Escribir a través del Curriculum), donde integran en cada materia actividades de composición de dos maneras, la primera consiste en escribir para aprender los contenidos de una materia, basados en que los estudiantes asimilan lo enseñado cuando se involucran activamente en los temas tratados, y escribir sobre esos temas es una manera de adueñarse del contenido; y la segunda, consiste en escribir para apropiarse de las convenciones discursivas de la misma, debido a que escribir permite internalizar los patrones comunicacionales de cada disciplina, constitutivos de sus formas de pensamiento.
En casi todas las universidades investigadas se exige a sus egresados cumplir ciertas materias relacionadas con la composición, independientemente de la carrera que cursen, incluyendo así la enseñanza de la escritura académica. El cumplimiento de este requisito puede realizarse de las siguientes maneras:
- Cursos de Composición en los inicios de los estudios, sin embargo, estos deben complementarse con otros requisitos porque es preciso enseñar a redactar y a analizar textos dentro del contexto en donde se requiere escribirlos e interpretarlos.
- Centros de Escritura conformados por tutores de escritura (estudiantes de grado y postgrado, capacitados y supervisados), quienes reciben las consultas de alumnos que muestran sus borradores de trabajos realizados para sus materias, a fin de recibir comentarios y orientaciones sobre cómo desarrollarlos y mejorarlos. Adicionalmente, estos centros ofrecen materiales para abordar problemas puntuales de escritura.
- Sistema de Compañeros de Escritura en las Materias, con el mismo perfil y tareas que los tutores de escritura, pero que funciona dentro de las clases de las distintas materias que los solicitan.
- Materias de Escritura Intensiva son la adaptación de diversas asignaturas que en sus contenidos han incluido un componente de enseñanza de la producción escrita.
En los estatutos de las universidades que cuentan con materias de escritura intensiva, se especifican los créditos adicionales que estas materias otorgan por contener este componente de escritura, cómo es la evaluación y los docentes reciben formación y asesoramiento en las prácticas de evaluación a través de la escritura.
Las universidades australianas, canadienses y norteamericanas se ocupan de cómo sus alumnos interpretan y producen textos académicos alentados por la constatación de que:
- lectura y escritura son necesarias para aprender a pensar críticamente dentro de los marcos conceptuales de cada disciplina,
- ingresar en la cultura escrita de cualquier dominio de conocimiento exige dominar sus prácticas discursivas características,
- producir e interpretar textos especializados, según los modos académicos, implica capacidades aún en formación no alcanzables espontáneamente.
Las instituciones requieren estatutos y programas que fundamente, oriente, estimule y reconozca a las cátedras que sostienen la alfabetización académica a lo largo y ancho de la universidad.
Tal vez sea difícil institucionalizar las “materias de escritura intensiva”, tal como son planteadas por las universidades anglosajonas, debido a los cambios que conlleva. Sin embargo, instituir un programa de “tutores de escritura” o de “compañeros de escritura en las materias”, requerirían escaso financiamiento, si se lo compara con la utilidad del servicio que podrían brindar a toda la comunidad universitaria.
Conclusiones
Los estudios sobre alfabetización académica revelan las dificultades de los universitarios para interpretar y producir textos académicos en el contexto de las diversas materias. Sin embargo, existen otros países que se han esforzado para enfrentar estas dificultades, partiendo de los desafíos discursivos propios de los estudiantes y de la responsabilidad institucional de disponer los medios para ayudarlos.
El problema de la lectura y la escritura en la universidad debe cambiar de rumbo y convertirse en un tema de ocupación institucional y establezcan condiciones en el curriculum de las carreras y en las autoridades que gestionan los recursos.