El Voto Femenino En Las Elecciones De 1933 Y 1936

Introducción

Esta revisión bibliográfica plantea una aproximación crítica a los estudios realizados sobre la influencia que tuvo el voto femenino en los resultados electorales de 1933 y 1936.

Estos resultados no han sido ampliamente analizados desde la perspectiva de género, partiendo de su necesidad a raíz del debate Constitucional de 1931 en el que los opositores a la concesión de este derecho a la mujer argumentaron que esta, en ejercicio de su derecho, tendría impacto negativo para la República, por lo que es esencial conocer qué ocurrió realmente.

Históricamente, el triunfo del bloque conservador en las elecciones de 1933 se ha achacado al voto femenino, siendo hoy en día una idea que no se sostiene  por el conocimiento actual historiográfico, político y social.

Asimismo, se ha abordado a través de trabajos incompletos y tratando por separado los temas de mujer y república, siendo necesarios más análisis sobre la influencia de la mujer es los resultados electorales para poder realmente abordar la cuestión, ya que una vez que se celebran las elecciones de 1936 no aparece tratada esta causalidad, siendo un asunto aun pendiente para el historiador  pero que no se manifiesta en la producción bibliográfica.

En la primera parte de esta revisión se van a tratar los resultados electorales centrados en 1933 para ver cómo los diferentes autores abordan esta tarea y entrar en la crítica de la falta de datos disponibles y la necesidad de tratarlos desde un contexto interdisciplinario. En la segunda parte el análisis se realizará sobre los resultados de las elecciones de 1936, donde sí que se encuentra una mayor producción bibliográfica pero no se aborda desde la perspectiva de género que se aplica a las primeras elecciones. Para finalizar se recogerán las principales conclusiones de la revisión.

 Los resultados electorales de 1933

En 1931, durante el debate Constitucional, los partidos conservadores se posicionaron a favor de conceder el derecho democrático a la mujer del voto, mientras que los progresistas se mostraron reacios a ello, ambos con fines partiditas  y basados en que la mujer no votaría libremente, sino que estaría influencia por la iglesia y sus confesores.

Este caso estaría enmarcado en el pensamiento anterior a la primera ola del feminismo en el que se ha retratado en la historiografía a la mujer como ama de casa y religiosa, sin considerarla como una persona crítica y de ideas propias.

Sin embargo, para conocer la repercusión real que tuvo la aprobación de dicho derecho hay que adentrarse en la escasa bibliografía que se encuentra al respecto y que resalta la importancia de contextualizar los datos disponibles antes de llegar a una afirmación.

Los trabajos sobre estos comicios, al menos hasta finales del siglo XX, no han entrado a analizar profundamente los resultados electorales, sino que se han quedado con la imagen somera que reflejaron tanto los partidos políticos como la prensa (Camino Rodríguez, 2017, 181). Bien es cierto que al ser el voto secreto se dificulta más el análisis, pero por ello hay que acudir a la sociología electoral y usar herramientas para llegar a una aproximación de la problemática.

En 1933, la alianza de las fuerzas políticas progresistas que reunía a republicanos y socialistas que gobernaba se vio fragmentada de cara a las elecciones del mismo año, lo que, según la bibliografía (Villalaín García, 2012; Villa García, 2013), hizo que el bloque conservador se llevase la victoria de estas elecciones, contradiciendo con la propaganda que se hizo a este respecto. Este hecho fue ampliamente utilizado para que los opositores a la concesión del derecho al voto a la mujer reafirmaran las ideas que expusieron, es decir, que el voto de ellas iría dirigido hacía posiciones conservadoras.

Por lo tanto, se puede observar como estos resultados electorales han sido tratados siempre desde un discurso incriminatorio hacia la mujer que, poco a poco, va desapareciendo gracias a la labor historiográfica.

Los resultados electorales de 1936

Los comicios de 1936 se saldaron con la victoria del Frente Popular surgido por la coalición de partidos políticos de izquierda.

Para estos comicios, historiográficamente se ha considerado la opción política femenina como un voto familiar, es decir, toda la unidad familiar vota lo mismo por lo que no influye en las correlaciones de fuerzas resultantes, solo que se dobla el apoyo a estas fuerzas.

Un cambio significativo que hubo respecto a los anteriores comicios fue la manera de atraer el voto femenino hacia las diferentes opciones políticas, presentando reclamas específicas en sus programas electorales para este grupo elector por lo que partidos que no se adaptaron a ello se vieron desfavorecidos.

Para las elecciones de 1936 se ha realizado un completísimo trabajo sobre tendencias de voto en Barcelona en el que se divide la muestra del censo electoral por la participación entre hombres y mujeres, diferenciando también grupos de edades, nivel de alfabetización y profesión. En este análisis las autoras exponen la importancia de indagar en las condiciones de cada votante más allá del sexo. Como ejemplo se muestra que hay una distribución geográfica del voto entre barrios obreros y residenciales, así como la importancia del grado de abstención presente en la población de ambos sexos.

Pese a que hubo un cambio de tendencia política en este periodo, los estudios en sociología electoral republicana afirman que los cambios respecto a las de 1933 fueron de menor impacto pese a que los resultados fueran dispares en la composición final del Parlamento, es decir, el voto de la mujer se repartió por las tendencias electorales ya existentes, siendo el impacto mayor en la participación de la mujer en las actividades y afiliación a partidos políticos.

No obstante, estos resultados electorales no han sido tratados con la misma perspectiva de género que pudimos ver en los de 1933, tal y como destaca Camino Rodríguez en sus trabajos. En esta ocasión no se crea un debate sobre el voto femenino porque ya no hay victoria del bloque conservador. Este hecho me parece muy destacable, puesto que no permite que haya patrones para poder comparar bajo las mismas condiciones ambos comicios y que no haya sido considerado como un suceso relevante.

Otro de los aspectos que llama especialmente la atención es que los trabajos que analizan las elecciones se hayan centrado de manera provincial o autonómica, en publicaciones como la de González Martínez y Nicolás Marín (1996) en el que se analiza el caso de Murcia; García García (1996) centrado en los resultados en la provincia de Huelva. Como ejemplo de compendio a nivel nacional se encuentra el análisis realizado por Liz y de Miguel (1977), pero necesita una revisión pormenorizada con el caso femenino.

Conclusiones

En el tratamiento del debate suscitado por la inclusión de la mujer en la vida política mediante el ejercicio del derecho al voto por primera vez en España en 1933 y posteriormente en 1936 se puede observar como hay una importante carencia de trabajos y estudios realizados que analicen los resultados desde el punto de vista de la sociología electoral, carencia que afirman los autores pero que no participan en la producción de trabajos de esta índole. Hay una carencia de información que la agenda histórica debe investigar.

Por lo que se ha podido ver, la revisión historiográfica es necesaria para tener una aproximación más acertada sobre el tema y así poder eliminar importantes tópicos, mediante la divulgación, que se han centrado en culpabilizar a la mujer de los resultados electorales de 1933.

En este trabajo también se ha reflejado que, pese a la escasa producción bibliográfica e historiográfica del tema que se trata, los análisis que se han realizado de los resultados de ambos comicios no han sido tratado desde una misma perspectiva.

A las elecciones de 1933 se le ha dado más importancia a la ideología que pudo votar la mujer y se ha tratado desde esta temática; mientras que las de 1936 no han sido examinadas desde este punto de vista, por lo que considero que, si no se encuentran un modo de estandarizar los estudios desde las mismas posiciones, realmente la comparación entre ambos se convierte en una tarea ardua.

Del mismo modo, ambos resultados se comparan con los últimos en el que solo se contaba con sufragio masculino y sería interesante y necesario ver las condiciones de estas también, buscando la estandarización para comparar nuevamente.

Si bien es cierto que faltan estudios en materia de género sobre las primeras elecciones en el que las españolas pudieron votar, en la historiografía de otros países también existe esta carencia, no siendo únicamente una carencia a nivel de España. 

20 Jun 2021
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