Elefantes de la Sabana Africana, Conflicto Elefante-Humano
Los elefantes de la sabana son la subespecie más grande de elefante. Se distinguen fácilmente por sus orejas muy grandes, que les permiten irradiar un exceso de calor, y las patas delanteras que son notablemente más largas que las traseras. Se encuentran en las llanuras cubiertas de hierba y los matorrales de África. Los elefantes de la sabana viven en el este y el sur de África, donde las densidades más altas se encuentran en Botswana, Tanzania, Zimbabwe, Kenia, Namibia, Mozambique y Sudáfrica.
Como resultado de su visibilidad dentro de las áreas abiertas donde viven, los elefantes de la sabana están bien estudiados y las poblaciones se estiman fácilmente. En la subespecie de la sabana, cada unidad familiar suele estar formada por unas 10 hembras y sus crías, y los toros se asocian con estas manadas solo durante el apareamiento. Varias unidades familiares a menudo se unen para formar un ‘clan’ que consta de hasta varios cientos de miembros liderados por una matriarca. Debido a su hábitat, los elefantes de la sabana se encuentran a menudo pastando en la hierba, pero también se alimentan de una amplia variedad de plantas y frutas. Esta selección varía según la época del año; durante la temporada de lluvias, el elefante se alimenta más de pasto que durante la estación seca.
Dos años después de que China prohibiera el comercio de marfil de elefante, la demanda de marfil de elefante ha bajado. El 31 de diciembre de 2017 fue el último día en que fue legal comprar o vender marfil allí.
Los elefantes de la sabana contribuyen al mantenimiento de las sabanas y los bosques abiertos al reducir la densidad de árboles. Sin ellos, muchas otras plantas y animales no sobrevivirían en las zonas boscosas.
Riesgo de Extinción
Los elefantes de la sabana contribuyen al mantenimiento de las sabanas y los bosques abiertos al reducir la densidad de árboles. Sin ellos, muchas otras plantas y animales no sobrevivirían en las zonas boscosas.
Comercio ilegal de la vida silvestre
La caza furtiva es la principal amenaza para los elefantes de la sabana. Su marfil alcanza altos precios en los mercados negros ilegales de Asia e incluso de Estados Unidos. Los recursos limitados, combinados con hábitats de elefantes remotos e inaccesibles, dificultan que los gobiernos controlen y protejan las manadas de elefantes. Los impactos de la guerra y la sobreexplotación de los recursos naturales a menudo conducen a un aumento de la caza furtiva, ya que los elefantes también se consideran una fuente de carne salvaje. En 2011 se registró el mayor volumen de marfil ilegal incautado desde que comenzaron los registros mundiales en 1989.
Conflicto humano-elefante
El conflicto entre humanos y elefantes afecta a las poblaciones de elefantes de la sabana. Las matanzas suelen ser represalias cuando los elefantes comen y pisotean cultivos, asaltan tiendas de alimentos y dañan la infraestructura de la aldea, incluidas las valiosas fuentes de agua. Dado que un elefante puede comer más de 600 libras de comida al día, incluso una manada pequeña puede acabar con la cosecha anual de un granjero en una sola noche. Los elefantes interrumpen la vida de la comunidad, provocando ocasionalmente lesiones y la muerte de personas. En tales casos, las autoridades están obligadas a tomar medidas y, como resultado, se dispara a muchos elefantes.
A medida que crecen las poblaciones de elefantes y humanos, la amenaza solo empeora. Las áreas protegidas pequeñas son inadecuadas para detener el conflicto, ya que los elefantes requieren mucha libertad para deambular.