Emprendimiento, Conocimiento Y Estado: Entorno Necesario Para La Sofisticación De La Producción De Los Países
Durante las últimas décadas se han logrado avances considerables en nuestra comprensión de la relación entre conocimiento y crecimiento por una mano, y emprendimiento y crecimiento por la otra. De manera similar, se han obtenido también más conocimientos profundos sobre cómo emprender, innovar y su relación con el conocimiento. Sin embargo, aún falta una comprensión integral de la interfaz de todas esas variables: conocimiento, innovación, emprendimiento y crecimiento.
Los emprendedores a menudo se consideran activos nacionales que pueden ser moldeados, motivados y remunerados en la mayor medida posible. Los emprendedores pueden mejorar nuestros estilos de vida. Si tienen éxito, sus revoluciones pueden mejorar nuestra calidad de vida. En resumen, además de crear riqueza a partir de sus emprendimientos, también crean empleos y las condiciones para un florecimiento de la sociedad.
El capital emprendedor se define como la dotación de una región con factores propicios para la creación de nuevos negocios lo cual ejerce un impacto positivo en la economía de la región. Las regiones con un mayor nivel de capital empresarial y emprendedor muestran mayores niveles de producción y productividad, mientras que aquellos que carecen de este capital tienen una tendencia a generar niveles más bajos de producción y productividad.
Las ofertas innovadoras de emprendedores, en forma de nuevos bienes y servicios, dan como resultado un nuevo empleo, que puede producir un efecto en cascada o un círculo favorable en la economía. La estimulación de negocios o sectores relacionados que apoyan a la nueva empresa se suma a un mayor desarrollo económico. Por ejemplo, el florecimiento de algunas compañías en el área de tecnología de la información genera que millones de otros sectores sean beneficiarios de ello. Negocios en industrias asociadas, como operaciones de call center, mantenimiento de redes de empresas y proveedores de hardware y software. Sin embargo, los futuros esfuerzos de desarrollo en los países subdesarrollados como Colombia, requerirán un sólido apoyo logístico, inversión de capital y personal capacitado, es decir, se requiere de conocimiento para fomentar la innovación y con ello la sofisticación de la producción de los países. De esta forma se observa que el emprendimiento ofrece beneficios en un amplio espectro de la economía.
Los emprendimientos literalmente generan nueva riqueza. Las ofertas, productos o tecnologías nuevas y mejoradas de los emprendedores permiten desarrollar nuevos mercados y crear nuevas riquezas. Además, el efecto en cascada de un mayor empleo y mayores ganancias contribuye a un mejor ingreso nacional en forma de mayores ingresos fiscales y mayores gastos gubernamentales. Estos ingresos pueden ser utilizados por el gobierno para invertir en otros sectores y capital humano.
A través de sus ofertas únicas de nuevos bienes y servicios, los emprendedores se separan de la tradición e indirectamente apoyan la libertad al reducir la dependencia de obsoletos sistemas y tecnologías. En general, esto da como resultado una mejor calidad de vida y mayor libertad económica. Los emprendedores fomentan regularmente emprendimientos empresariales por parte de otras personas con ideas afines. También invierten en proyectos comunitarios y brindan apoyo financiero a organizaciones benéficas locales. Esto permite un mayor desarrollo más allá del de sus propias empresas. Algunos empresarios famosos, como Bill Gates, han usado su dinero para financiar causas benéficas, desde la educación hasta la salud pública. Las cualidades que hacen de una persona un emprendedor son las mismas cualidades que motivan a los emprendedores a apostar por nuevos emprendimientos y a la construcción de una mejor nación con efectos positivos en sus áreas de influencia.
Sin embargo, para que los emprendimientos puedan brindar todos los beneficios anteriormente mencionados, el Estado debe ser su aliado. Las regulaciones juegan un papel crucial en el fomento del emprendimiento, pero la regulación requiere un perfecto equilibrio por parte de la autoridad reguladora. Si no es regulado, el espíritu emprendedor puede conducir a resultados sociales no deseados, incluido un mercado con prácticas injustas, corrupción generalizada, crisis financiera e incluso actividad criminal. Paradójicamente, un número significativamente alto de empresarios puede conducir a feroces competencias y pérdida de opciones para otros individuos. Con demasiados emprendimientos, los niveles de aspiraciones suelen aumentar. Debido a la variabilidad del éxito en emprendimientos, el escenario de tener demasiados de estos también puede conducir a las desigualdades de ingresos, haciendo que los ciudadanos sean más infelices.
La interacción del emprendimiento y el desarrollo económico tiene una importancia vital. Por lo cual es necesario un equilibrio entre las políticas del Estado, institutos de fomento y desarrollo y los dueños de negocios. La política pública debe promover las condiciones adecuadas para que los emprendimientos más dinámicos y sofisticados logren crecer de manera rápida y sostenida, integrando a sus procesos la tecnología e innovación. Si entendemos los beneficios y las desventajas, se puede generar un enfoque equilibrado para fomentar el espíritu empresarial, lo cual definitivamente dará como resultado un positivo impacto en la economía y la sociedad.
Sin embargo, el equilibrio con el Estado y sus regulaciones, no son el único factor a tener en cuenta, también es necesario el conocimiento, ya que con ello llega la innovación. Al conectar el conocimiento, la innovación y el emprendimiento, es esencial enfatizar lo no rutinario, aquellos procesos que son fenómenos conspicuos de la dinámica del desarrollo económico.
La innovación se considera frecuentemente como un proceso lineal, siendo un resultado de actividades y un conjunto de otros procesos, tales como aprender haciendo, habilidades cognitivas, las percepciones, etc. La curiosidad, la investigación y los experimentos son partes cruciales del proceso de innovación. Las actividades de generación de conocimiento de los emprendedores han sido mostradas como el resultado de la investigación de áreas funcionales diferentes. Esto significa que se requiere la creación de conocimiento relevante para la innovación y el crecimiento económico. En Colombia se requiere articular el sistema de educación, con las tendencias tecnológicas y de innovación para que responda a las necesidades y tendencias de los mercados locales, nacionales e incluso internacionales.
El proceso de emprendimiento en relación con el conocimiento lo podríamos dividir en tres etapas. La primera etapa implica el descubrimiento técnico de nuevas cosas o nuevas formas de hacer las cosas. En la segunda etapa ocurre la innovación, es decir, la comercialización exitosa de un nuevo bien o servicio derivado de una nueva combinación de conocimiento (nuevo y viejo). La última etapa es la imitación, etapa en la que se difunden los nuevos procesos, bienes o servicios al mercado.
A pesar de realizar pequeñas inversiones y otras actividades formales que generan conocimiento, los emprendedores y las pequeñas empresas aún pueden contribuir de manera sustancial a la innovación agregada, gracias a sus habilidades emprendedoras. Sin embargo, no hay garantía de que ese nuevo conocimiento con potencial comercial sea transformado en un emprendimiento. Las empresas y los emprendedores tienen que desarrollar estrategias para equilibrar el conocimiento y la innovación con sus procesos para encontrar ventanas de oportunidades que permitan acelerar la explotación de los recursos innovadores. En este punto, el Estado y el sistema financiero, evaluando emprendimientos prospectivos, movilizando y canalizando ahorros para financiación y aumento de la productividad, y creando políticas públicas, juegan un papel vital. Por lo tanto, el diseño de los sistemas financieros y de las políticas del Estado influye en el crecimiento de modelos de emprendimiento innovadores, exitosos, escalables y dinámicos.
En conclusión, se requiere de una perfecta simbiosis entre el Estado y los emprendedores, promoviendo la creación de conocimientos que lleven a la innovación y la creación de entornos propicios para que el emprendimiento se dé y se convierta en un motor de competitividad y crecimiento para el país.