Enfocando El Conflicto Ucrania y Rusia En Las Relaciones Internacionales
Analizando la relación entre Rusia y Ucrania, su conflicto, el contexto y la forma de interacción de todos los actores involucrados, se pudo tomar como enfoque de las Relaciones Internacionales, en este caso en particular, la corriente del Realismo con algunos tintes de Interdependencia entre los Estados. Ambos países han estado en un continuo roce, estira y afloja a lo largo de la historia. El conflicto ha estado latente y tocando a la puerta de esta relación donde los intereses particulares toman importancia en la elaboración de la política exterior y doméstica empleada por cada uno de los involucrados. Sin embargo, la necesidad que hay de uno con el otro, principalmente por temas económicos y geográficos, ayuda a que la hostilidad y la fuerza no sean utilizadas de forma desmedida. Pero es por esta misma razón que otros actores de incluso otras regiones han llegado a tener influencia en este conflicto, agravando o dándole un tinte más de complicación a la situación donde el poder es el principal objetivo de cada actor.
Ucrania ha estado bastante fragmentada desde el colapso de la Unión Soviética, entre renunciar a su pasado (Rusia) o tomar el camino contrario. Pero de acuerdo con BBC News Mundo (2018) se ha visto más inclinada hacia Occidente y esto es tomado desde el Kremlin como un “peligro para su seguridad”. Tal y como lo dice Cabral F. (2015) la corriente del Realismo tiene como perspectiva que “la meta de todos los países es la seguridad en un ambiente hostil y anárquico. Las políticas estarán guiadas en la búsqueda de seguridad nacional”. Pero eso no es todo ya que el conflicto entre Rusia y Ucrania no es únicamente por temas de seguridad que pueda tomar un enfoque Realista sino que hay varios elementos evidentes sin profundizamos en él.
Como se ha explicado a lo largo del trabajo, la lucha por el territorio ha sido lo que agravó el conflicto entre estos dos países, especialmente en el momento que Rusia se anexa Crimea. Este territorio con una gran importancia geopolítica es clave para aumentar el poder del Kremlin, tanto por el hecho de expandir su dominio como por los factores de acceso al mar que se ven traducidos en mayor fuerza económica. Cabral F. (2015) señala que para la corriente Realista las Relaciones Internacionales son vistas como una lucha de poder continúa entre los Estados en la que lo más importante es ver quién consigue acumular más. Además la estrategia militar juega un rol primordial en esa consecución del poder y es justo lo que han utilizado tanto Ucrania como Rusia en la región de Crimea. Uno para defender el territorio que según ellos les pertenece y otro para reafirmar su supuesta anexión en el 2014, pero ambos han aumentado su presencia militar en la zona.
Como se mencionó anteriormente, en la relación y en el conflicto entre Rusia y Ucrania se han visto implicados otros actores. Ellos han buscado tomar su tajada del pastel del poder que presenta el Realismo en esta situación, o bien limitar el de sus oponentes. Entre ellos se puede señalar claramente a Occidente, principalmente Alemania y Estados Unidos. El primero por temas económicos relacionados a la adquisición de un gas seguro y de calidad proveniente de Rusia; y el otro por temas de influencia, tratando de limitársela a Rusia para evitar su alcance de poder. Ambas pueden ser incorporadas a una corriente Neorrealista ya sea por temas económicos o políticos porque según Ídem , los realistas contemporáneos han “incorporado más elementos económicos en sus análisis y buscan extender su conocimiento acerca de la estructura básica de las RR.II”. De esta manera ya no se quedan encerrados en el hecho de que el conflicto y el poder es lo único presente dentro del tablero mundial. Aunque sea lo que predomine en la mayoría de los casos, hay nuevos factores capaces de mover las piezas que lo conforman.
A pesar de que los actores dentro del conflicto tienen sus roces en diferentes alturas, hay cierto grado de interdependencia entre ellos. Esto mismo ha puesto una barrera en el nivel de intensidad de la problemática. Los Estados tienen intereses en común o al menos un punto en el que estos se entrelazan y deben ceder, hasta cierto grado, su poder en favor de conseguirlos de manera mutua. Es aquí donde se puede ver el Realismo con ese toque de Interdependencia que le plasma sus matices para obtener un buen análisis del conflicto.
Cada actor está consciente de que en el nuevo orden mundial no hay forma de sobrevivir si se trabaja de forma individual y aislada. Esto es capaz incluso de provocar que dos Estados que se encuentran en un conflicto constante como Ucrania y Rusia, tengan que trabajar juntos en temas como la distribución del gas para Europa. Según Fonseca, B. el Kremlin necesita de Ucrania para poder sacar provecho al comercio del gas y Ucrania sabe que su posición geográfica le da un privilegio, dejándole ganancias financieras y una ventaja política como carta estratégica contra Rusia. Eso sí, las cosas pueden cambiar y este “trabajo en conjunto” de interdependencia viene siempre bajo el marco del Realismo, movido por intereses por detrás que en este caso son muy evidentes.
Está claro que en este conflicto los Estados juegan el rol protagonista (otro aspecto claro de la corriente del Realismo) y que todo se mueve en relación al poder y a algunos otros factores económicos o políticos. No obstante, se puede aún argumentar más acerca del ambiente de hostilidad constante que plantea la corriente en la que se está enfocando el trabajo. Y es que sin tomar en cuenta los momentos en los que estas dos naciones trabajan en conjunto por motivos de interdependencia obligada, la situación es muy accidentada.
Ambos actores se mueven (muchas veces con la ayuda de otros, siendo otro caso de interdependencia) bajo el precepto de atacar a su oponente. Esto se puede ver de forma evidente en la construcción del puente de Kerch, hecho por Moscú para cerrar un estrecho importante para el comercio ucraniano. Así mismo en las regiones de Donetsk y Luhansk que BBC News Mundo afirma que son regiones en continuo combate, donde más de 10,000 personas han muerto y que se debe principalmente a que estas dos áreas están bajo el poder de separatistas prorrusos desde abril del 2014.
No obstante, cabe mencionar que Rusia muy probablemente esté impulsando estos movimientos prorrusos dentro de Ucrania, llegando incluso a ponerse la posibilidad sobre la mesa de que esté financiado las revueltas, está de más decir que el Kremlin lo que busca es atacar constantemente a su objetivo para debilitarlo. Una característica más de lo que se puede llamar Realismo en su estado más puro, donde el combate está tocando la puerta una y otra vez.
Situando el conflicto Ucrania-Rusia en un enfoque de Relaciones Internacionales posguerra fría se pudo ver que tiene una fuerte relación con las palabras expuestas por Samuel Huntington en su libro “Choque de Civilizaciones”. Para entenderlo, se tiene que incluir en el análisis de forma abierta, la presencia de Occidente en todo lo relacionado con el conflicto entre los dos estados protagonistas.
Primordialmente, se puede entrever cómo las palabras de Huntington, S. se cumplen cuando decía que la principal rivalidad se vería entre Oriente y Occidente con la visión de desoccidentalizar un mundo que había estado regido por sus reglas desde hacía bastante tiempo. Efectivamente se está presentando una situación en la que gran parte de los motivos del conflicto Ucrania y Rusia están impulsados por la influencia que estas dos civilizaciones quieren imponer en un territorio que es parte de una fractura entre civilizaciones.
Un área que no tiene claro a qué lado tirar y que se encuentra sumamente dividido, ha llevado al conflicto tanto interno como externo. Lo que llama Huntington un choque de micro nivel, se está haciendo presente en el territorio ucraniano, y está derivado en gran parte por un choque de macro nivel entre los estados de Washington y Moscú (sin tomar en cuenta otros actores como varios integrantes de la Unión Europea, tales como Alemania, Bélgica y Francia).
Según Huntingto el nuevo conflicto que iba a marcar las Relaciones Internacionales de la posguerra fría iba a ser por razones culturales y ya no económicas ni ideológicos como en el pasado. En efecto tenía parte de razón ya que aunque los factores económicos tienen aún una gran relevancia y marcan muchas veces la pauta de cómo se desenvuelven las relaciones internacionales, ahora el choque de culturas se puede ver sin tapujos, en particular en un conflicto como este.
La manera en la que mueven su política exterior las dos grandes civilizaciones de Oriente y Occidente para tomar ventaja y expandir su influencia en un país como Ucrania es un claro exponente de ello. Pero algo que es aún más interesante es ver la forma en que a pesar de que la relación Ucrania y Rusia es bastante complicada, con roces, en constante conflicto y ya lleva un tiempo considerable en tensión, la guerra no ha explotado como tal.
Puede ser quizá porque ahora no es tan sencillo llevar a cabo una invasión como décadas atrás, o declararle la guerra a un país de forma abierta debido a las diferentes barreras y tensiones que se pueden abrir al hacerlo. Pero también puede ser que tenga que ver con lo postulado en “Choque de Civilizaciones” donde se exponía que aquellos estados y grupos pertenecientes a la misma civilización tienen menos posibilidades de enfrentamientos tan violentos.
Es más común que se haga menos uso de violencia o acciones más ligadas a la diplomacia o estrategia. Y aunque es cierto que Ucrania no pertenecer del todo a Oriente tampoco se puede decir que sea de Occidente, sino más bien se encuentra en esa fractura y al tener una base cultural común con el Kremlin, parece que se condiciona más el accionar de los dos Estados, tal y como lo hacía ver Huntington.
Se puede analizar entonces que desde la visión de Huntington, Ucrania es un país escindido. Esto debido a que no tienen del todo claro si su sociedad pertenece a una cultura (Oriente) o a otra (Occidente). Además, de la misma manera que países como México y Turquía en un pasado, se suele tirar más al bando ganador (Occidente) aunque sus raíces, la élite o fuertes grupos dentro los mantienen atados. El conflicto Ucrania y Rusia encuentra su origen aquí y puede agravarse afectando fuertemente al primero. Por ello es importante que decidan de qué parte de la balanza es mejor ponerse para no terminar partidos.