Estructura Familiar y Su Importancia para Ser Humano
La familia es el organismo que forma a un individuo y le imprime características particulares. Todo individuo hubo de estar conectado a un mundo familiar, aprendió de los gestos, vocablos, movimientos, señales que fueron haciéndolo diferente a todos y dependiente de un lado dictado, ordenado y establecido por una familia. El abordaje de cualquier individuo, compromete al núcleo familiar y lo conduce mediante características heredadas o aprendidas.
El estudio de los problemas sistémicos de esos individuos requiere organigrama que distribuyan y ubiquen los caracteres para poder pronunciar un diagnóstico, en procura de la solución de algún problema. Ha de entenderse entonces que la familia es generacional y transgeneracional. Que toda la historia de ella lleva impresas unas cualidades, unas manías, unos criterios que nacieron desde comienzos y siguen ahí, impresos en otras generaciones y tiempos. El diagnóstico de cualquier problema, requiere la aceptación y aprobación congénita de familiares (padres, hermanos, tíos, abuelos etc.) que reconocen la repetición de sus costumbres.
Hernández, castillejo, Gestalt y otros autores enlazan tiempos, actitudes, equilibrios y desequilibrios de generaciones que transfieren actitudes y características similares a los que de alguna forma están en la relación individuo-familia-tiempo. Cuando un individuo tiene un desequilibrio, una enfermedad mental, una patología que implica u obliga a un tratamiento, se hace indispensable que se siga el curso de la historia desde el genoma familiar hasta el individuo. No es conveniente desconocer que los caracteres psicológicos están relacionados con un nivel social, un estrato familiar y un estado ambiental. La historia ha enseñado que los caracteres físicos y psicológicos, en su mayoría, son heredados y transmitidos en los vínculos familiares que condicionan y construyen un conductismo permanente extraído de un genoma familiar, de una estructura social y de unas particularidades individuales que vienen enmarcados por unas costumbres, unos principios y unos lazos efectivos.
Así como en la familia, para que su estructura se mantenga, se requieren homogeneidad, similitud, parentesco, fraternidad, comprensión y afecto, también para que esa familia permanezca y se fortalezca hace falta compromiso, voluntad y lealtad. Una familia está basada en unas normas preestablecidas mediante la individualización, que ofrecen libertad, independencia, respeto y compromiso. Es decir, aunque existen normas, principios y condiciones, estos deben tener la voluntad personal o individual de aceptarlos y cumplirlos. No son requisitos impuestos, afirmados por actos de sumisión, sino que tienen que dársele la posibilidad de aceptar o no los caracteres heredados a través de un árbol genealógico dependen de que los individuos que pertenecen a él, tengan un compromiso tácito, moral, indisoluble y fortalecido por la lealtad.
La lealtad implica consecuencias, aceptación, respeto, admiración y empatía; esta revestida de solidaridad, fraternidad y unidad. Al ser leal, se procura mantener unos procedimientos que se constituyen en reglas de vida, y son esas reglas las que en últimas hacen que las estructuras familiares se sostengan. Se han visto muchas situaciones en las que los abuelos o los bisabuelos son las razones o fuerzas que hacen que unos vínculos familiares se sostengan, inclusive familias que el afecto entre tíos, tías o primos solucionan o establecen una unidad familiar por que guardan cierta igualdad de criterios o características afines.
Para concluir, afirmo que todo lo que el individuo es, ha sido tomado de una estructura familiar, social y natural. Los defectos, los desequilibrios, los trastornos y las patologías, son representaciones de generaciones que han tenido esos mismos problemas y han sido diagnosticados como trastornos conferidos o adquiridos de una familia.